Conversaciones con mi jardinero

Basada en una novela autobiográfica nos muestra la relación de amistad entre un pintor de Paris y un hombre de un pueblo rural francés, jubilado ferroviario. Una deliciosa película entre la pintura, la huerta, el amor, la enfermedad, la plenitud de la vida y sus limitaciones. Un verdadero oasis, sin violencia y sin maldad, para encariñarse con los personajes, con la vida francesa y la auténtica amistad.

Maravillosa película. Simple como la vida misma. Las actuaciones son maravillosas, la música acompaña como debe ser, y la fotografía es digne de lo que nos muestra: campiñas francesas, que más decir?
Para pasar una hora y media (algo más también) a puro cine (frances).
PD, y sin sobresaltos

373/01(01/12/09) El elegante director Jean Becker (“La fortuna de vivir” a la que recuerda bastante) nos obsequia con un tour de forcé entre dos inmensos actores, Daniel Auteuil vs. Jean-Pierre Darroussin, en una historia donde de la sencillez brota una amistad sutil, llena de matices, donde cualquier dialogo se convierte en una delicia, donde dos personajes tan diferentes como un pintor y un ferroviario reciclado en jardinero mantienen una relación de una química arrolladora, donde el culto “Delpincel” se ve sobrepasado por la pureza y la sabiduría inocente de “Deljardín”, poseedor de una personalidad entusiasta. Darroussin realiza un trabajo brillante desprendiendo candidez y sapiencia al unísono, en un papel destinado en principio a Jacques Villeret (La cena de los idiotas), que sin duda hubiera bordado el rol. El film está basado en la novela autobiográfica de Henri Hueco, en la que la importancia del pintor es nimia, actúa de mero comparsa del jardinero, pero Becker creyó oportuno dotar de mayor presencia a “Delpintor” para que en él viéramos la evolución motivada por su amistad con “Deljardín”, lo cual considero un acierto. La película resulta interesante de ver, un producto amable, repleto de delicadeza y sensibilidad, pero aparte del duelo actoral no ofrece mucho más, tienes la sensación de haberla visto ya. Recomendable a los que gusten de buenos relatos de amistad con dos actores extraordinarios. Fuerza y honor!!!

Cuando supe que en esta película actuaba Hiam Abbass, una de las actrices con mejor relación belleza-dotes interpretativas del actual panorama cinematógrafico, no quise perdermela. El resultado fue una gran decepción debido no tanto a su breve actuación como a su personaje, esbozado con brocha gorda y sin ningún margen para lucirse. Aun así es para recordar esa escena en la playa, sentada frente al mar, en la que girándose hacia su marido con un bote de crema en la mano le pide con la mirada que le frote la espalda. ¡Qué ojos y que mirada tiene!. Es preciosa; quien pudiera surcar con ella uno de los meandros. Superada la decepción de su fugaz aparición, lo que presencié fue una bella historia sobre dos hombres, amigos de la infancia, que se vuelven a encontrar en la madurez, resurgiendo entre ellos esa amistad interrumpida pese a que sus vidas han seguido rumbos totalmente distintas y diferentes son sus formas de ver el mundo. Es una película de actores que no sería casi nada sin la genial interpretación de sus dos principales protagonistas, con grandes dialogos, algunos cómicos y otros más emotivos, en los que no echas en falta una palabra de más ni una palabra de menos.

Una película dulcísima, finísima. Una de las mejores pelis que vi en mucho tiempo. No sólo se pasa un buen rato, sino que te nutre de lecciones de vida y arte, arte y vida. La carencia enriquece a la abundancia, lo pequeño es grande y muchas veces no lo vemos. Estas son las pelis que marcan. Y los personajes: encantadores.