Órbita 9

Una cinta que permitía un cuidado detalle en la ambientación, pocos decorados, y ningún alarde de efectos especiales. Pero ni por esas. Una historia que no sólo no aporta nada, ya se ha tocado este supuesto en otras producciones y han fallado en lo mismo: simpleza y nada de introspección. Algunas actuaciones y clichés muy mediocres que tumban la cinta y unos protagonistas que sólo arañan la superficie. Lo peor es lo previsible que es el final. Otro lamentable ejemplo de que algunos creen que el género de la ciencia ficción es un entorno ideal para camuflar la mediocridad de un guión o dirección. Anda, sigo en el spoiler.

A Órbita 9 le ha pasado lo mismo que le ocurrió en su día a Blancanieves con The Artist o a La isla mínima con True detective. La todopoderosa Hollywood lastró en cierta forma sus innovadoras propuestas adelantándose en su estreno. Y es que el mismo día que llega a nuestras pantallas esta ambiciosa coproducción española y colombiana aterrizan Jake Gyllenhaal y Ryan Reynolds con Life, aunque la referencia que claramente lapida toda posibilidad de sorpresa llegó semanas antes con Passengers. Hay escenas de la cinta española que recuerdan sobremanera a la superproducción protagonizada por Jennifer Lawrence. Pero este tercer caso de simultaneidad de estrenos entre Estados Unidos y España difiere de los dos anteriores en una pequeña particularidad. No importa cuál se estrenó primero ni cuánto influyó en su resonancia. Ambos han resultado de lo más prescindibles.

De entrada, ha sido la propia promoción de la película la que ha echado por tierra el único giro argumental por el que merecería la pena ver Órbita 9. El tráiler de la cinta desvelaba sin miramientos la única baza del guión, y es que la protagonista en realidad no está participando en una misión espacial sino que está siendo objeto de un experimento de lo más terrenal. Hasta que uno de los miembros del equipo investigador decide rescatarla del cautiverio por amor.

Tal agravio promocional sólo tendría sentido si finalmente la cinta se guardara un as en la manga y tras el gran vuelco se produjera un trepidante thriller cargado de sorpresas y adrenalina. Sin embargo, lo que nos brinda el salmantino Hatem Khraiche en su debut es un descafeinado relato de ciencia ficción que por alguna extraña razón se lleva a cabo mediante una molesta y nebulosa fotografía. Quizá fuera más efectivo centrarse en una trama más sencilla, como hiciera como guionista de la excelente La cara oculta, que la ambición de emular a la todopoderosa Blade runner.

Parte de la culpa de que Órbita 9 resulte insípida e inverosímil recae en la mitad del tándem protagonista. Mientras Clara Lago resuelve con nota la difícil tarea de otorgar credibilidad al relato, Álex González desmorona el esfuerzo al instante con su ininteligible dicción. El actor expresa igual la decadencia del planeta que su deseo por Helena, recita con la misma desgana tanto su debate interior como la ira. Y una cosa es perseguir una atmósfera deshumanizada y otra bien distinta es transmitir la más absoluta apatía.

Lástima que la gran variedad de lecturas que plantea el argumento, muchas más de las que puede abarcar, se queden en meros enunciados. Los conflictos éticos de la investigación científica, el maltrato al medio ambiente o la soledad del individuo en plena era tecnológica, quedan sepultados por un thriller que termina derivando en un histriónico e incomprensible desenlace. Desde luego, las decisiones que se toman en el tramo final sí suponen una auténtica ciencia ficción.

Clara Lago, lamentablemente va a descubrir que es una mala actriz con suerte, su pareja, le va a la zaga, es oirlos hablar y entrarte ganas de palomitas, porque eres plenamente consciente de estar en un cine y además aburrido. Yo creo que a los actores españoles en general los deberían doblar, es uno de esos raros casos en los que el doblaje mejoraría la intensidad de los diálogos.

Lo de que se auto spoileen en el trailer, es para echarse a llorar, creo que no se ha visto nada semejante desde el cartel del Planeta de los Simios.

La actriz de los apellidos hace aquí un papel muy alejado de lo que nos tiene acostumbrados. Es ni más ni menos que una viajera espacial aislada que no conoce nada más que el entorno de su nave. Pero me temo que su actuación es demasiado fría y sin alma. A pesar de que el personaje evoluciona, la interpretación de Clara no está a la altura.
Sorprende mucho ver una película española con esta ambientación de ciencia ficción. A bote pronto, no recuerdo nada similar en el cine patrio. Si lo hay, es poco.
¿Y por qué no se puede hacer una película de naves interestelares en nuestro país? Me parece muy bien la idea.
Lo malo es que no hace falta llevar mucha película vista para darse cuenta de que tiene claramente un fuerte lastre de falta de presupuesto.
La nave es más de “Star Trek” (la serie antigua) o de “Alien”, que de algo más actual o futurista. Si uno se fija bien, prácticamente solo se ve la habitación, el puente de mando y el pasillo, que siempre es el mismo. Ese huerto circular de lechugas es bastante cutre, por no hablar del pasillo que conduce a la esclusa, que me da la sensación de ser un garaje de coches puro y duro. Desde luego en decorados no han gastado mucho.
De todas maneras, la ciencia ficción ha demostrado que no hacen falta grandes artificios si la historia lo vale. Ahí están “Gattaca”, “Cube” o “Moon” (por nombrar solo algunas), que sin muchos efectos especiales ni despliegues, conseguían muy buenos resultados.
Teniendo en cuenta que “Órbita 9” va en esa línea de cine fantástico minimalista, lo que hay que valorar es el argumento. Pues lo cierto es que no lo han aprovechado bien y la cosa se queda un poco a medias. Al principio todo parece una mera excusa para adornar la sosa relación entre los dos protagonistas, casi como si fuera un “Passengers” de serie B. Afortunadamente, hay un inesperado giro que hace a la película bastante más interesante. Pero luego, se vuelve a ralentizar el ritmo, como si el guionista no diera mucho más de sí. Y ahora, tengo que seguir obligatoriamente en la sección de “Spoiler”.

Una buena propuesta magníficamente desarrollada durante la media hora inicial, para desprenderse poco a poco de lo que prometía.

Álex González, continúa sin vocalizar, a sus casi 40 años que cumplirá este próxima agosto. Jamás he entendido su posicionamiento como actor; carente de expresividad, amparado por un magnífico físico, ejerciendo continuamente la introspección para dotar, presuntamente, de mayor calado sus intervenciones... Puede acometer cualquier papel que le ofrezcan porque el resultado será idéntico, y una gran parte de su intervención, tendrás que adivinar que dice.

Sé que las comparaciones son odiosas, pero no puedo dejar de pensar en Luis Tosar, en la horquilla opuesta; quien acomete con resolución sus interpretaciones y hace creíbles, las de un parado, un perturbado, un preso, un maltratador, un pícaro y cualquier papel que acepte; con caracterizaciones tan diferenciadas como atractivas.

Clara Lago me ha sorprendido al cambiar de registro, abandonando momentáneamente el humor y muy bien caracterizada, aportando la justa mezcla de inocencia y cierto candor.

Continúa en spoiler.