Extras: The Extra Special Series Finale (TV)

Ha sido una culminación perfecta para una gran serie. Cualquier otro final hubiese sido desacertado. Este último capítulo es muy gracioso al igual que el resto de la serie pero al mismo tiempo añade un toque sentimental y reflexivo. Al igual que ocurrió con "The office" Ricky Gervais ha sabido terminar de la mejor forma posible y en el momento exacto. Si te ha gustado la serie este último capitulo te va a encantar.

Final coherente con el resto de la serie, pero que a su vez potencia algunos de sus rasgos. Si bien las mejores escenas cómicas o las mejores situaciones surrealistas alrededor de las estrellas invitadas ya han aparecido a lo largo de la serie, esta despedida nos entrega algo, a mi entender, mucho mejor.

Todo sabe agridulce: la relación entre los dos protagonistas, su distanciamiento, su “evolución” profesional. Todo ello esta entrelazado con una cruda reflexión sobre el mundo del espectáculo, la vanidad, la egolatría, e incluso más allá, trascendiendo esa autoimpuesta frontera y dirigiendo la mirada directamente al espectador, pero ya no como mero espectador sino, llanamente, como ser humano. Véase por ejemplo ese devastador montaje en paralelo entre la casa Gran Hermano VIP y el día a día de Maggie, personaje que los guionistas han tratado con su habitual crueldad, pero magnificada y despojada esta vez de toda intencionalidad humorística.

Este dosificado contrapunto que Maggie supone al hilo principal me ha resultado atípicamente conmovedor. Tal vez no aisladamente, pero sin este el discurso perdería la mitad de su fuerza, y el argumento la mayoría de su cruda fuerza emotiva.

La trama no es una excusa para los gags y las bromas, ahora la comedia pasa a ser el pretexto.

Aunque Ricky Gervais es un cómico excepcional, abordar el final de su serie "Extras" es un ejercicio extraño, porque está poniendo fin a una serie en la que a sus protagonistas les ha pasado de todo. La segunda temporada se diferenciaba en tono de la primera al dividir el éxito/fracaso de cada uno de sus personajes (por un lado el de Andy Millman, por otro el de Maggie Jacobs) y sacar petróleo de estos nuevos status. En este telefilme que pone fin a la serie, de la misma forma que ocurría con "The Office", parece que el drama se antepone a la comedia hasta el punto de ser una experiencia molesta de ver, demoledora, o al menos así me he sentido durante gran parte del metraje de este episodio.

Decía un genio que "por cada risa, un lágrima". Parece que Gervais y Merchant han hecho esto propio porque aún sin llegar a la lágrima, es imposible no sentir rabia o incluso verse identificado en según qué momentos de este film. La subtrama de Maggie es, especialmente ahora en tiempos de crisis, sencillamente brutal. Sin risas, de puro patetismo y casi realismo social, la cosa hiere incluso sin proponérselo. Por supuesto que hay risas y habrá quien considere que existe un happy ending, pero en mi caso, fue ver este cierre y venirme a bajo, de depresión pura y dura. Porque Gervais, como aquel genio que dijo eso una vez, sabe que no hay comedia sin drama; y viceversa. El culmen de su trabajo ficcionado es indudablemente éste: por encima de "The Office" y de la propia "Extras" a nivel global. Un cierre digno y que duele como una buena patada en la entrepierna. Imposible de olvidar.

Ponerle un broche final a Extras no era fácil, ni siquiera para la dupla Gervais-Merchant. Y aún así lo lograron, claro que sin llegar a las mas altas cotas, pero manteniéndose dentro de su nivel, lo cual es mucho decir. En este largo para TV se mantiene el humor, la acidez y la frescura de la historia y sus personajes, con el agregado -un tanto inesperado para los seguidores de la serie- de giros dramáticos que no por correctamente dosificados dejan de ser sorpresivos. De todos modos la historia cierra dignamente, con Andy y Maggie rumbo a lo desconocido en su eterna lucha contra la mediocridad y el facilismo en el mundo del espectáculo. Los vamos a extrañar mucho.

Pero hay un momento, hacia el final de esta maravillosa película-desenlace, que consiguió arrancarme esas lágrimas que uno no sabe muy bien si son de alegría, pena, nostalgia, agradecimiento o (quizá lo más probable) emoción pura y dura, sin otro nombre, desborbada por los ojos en ese formato de agua salada.

Extras es una comedia, sí, una serie, una historia con el humor como leitmotiv. Pero a lo largo de sus 12 capítulos nunca deja de ser, al mismo tiempo, tierna, bonita, reflexiva, inteligente y crítica. Así, la serie te va llevando de la carcajada a la penita a la carcajada.

Quizá la película ofrezca demasiado drama en contraposición a la comedia que venimos apreciando durante toda la serie (aunque aquí sigue bien presente, por supuesto), y eso la puede convertir en "peor" desde el punto de vista de según quien, pero vamos, sigue repleta de gags, con ese humor transgresor y en más de una ocasión muy negro. Inteligente y con más mensaje que el que pueda parecer a simple vista.

Pero vamos, a mí no me parece peor que la serie en nigún momento; es más, me parece un remate excelente para una historia excelente contada por unos personajes excelentes. Y es que en su universo alcanza a tocar tantos temas y pulsar tantas teclas, que tiene muchas más lecturas de las que al principio pueda parecer, a saber, todo ese rollo del "quiero ser famoso pero por hacer algo que me guste y considere de calidad, no por "vender mi alma al diablo". Pero vamos, muchísimo más.

Yo personalmente me quedo con esta conversación en el restaurante, cuando Maggie le dice a Andy: antes, cuando eras más desgraciado, no te pasabas el día refunfuñando, eras más feliz.

A lo que Andy contesta: ¿cómo que no? Claro que me pasaba el día refunfuñando, ¿es que no te acuerdas? Aquello era horrible, sólo quería salir de allí.

Y Maggie replica con: Sí, es cierto, pero aún así, antes nos reíamos más.


Maravillosa.