La bella y la bestia

Mis ojos no verán ese día en el que se deje de menospreciar la animación y se la considere una forma más de hacer cine.
Con este film al menos se avanzó un paso ya que consiguió la nominación a mejor película superando a la que aparecía en todas las quinielas, Telma y Luise.

Si Disney en vida nos trajo obras maestras indiscutibles (por mucho que haya gente que quiera desprestigiar a la casa del ratón), una vez fallecido hubo que esperar hasta el 89 para que la compañía pariera un gran clásico; La Sirenita. Si la sirena de larga y pelirroja melena fue un éxito de público y crítica (muy merecido), La Bella y la Bestia fue la consagración de la vuelta del Disney que su creador hubiera querido ver si siguiera vivo.
Perfecta en todos sus apartados, ya sea en la más que EXTRAORDINARIA música, en la animación cálida, en los personajes inmortales (nunca una bestia había tenido ojos tan humanos) y en la preciosa historia (muy bien retocada por Disney para hacerla, aún si cabe, más atractiva.

No exagero si digo que estamos ante una de las mejores películas de la historia y, !ojo¡, hablo de películas en general, no de animación; puesto que si hay que ponerle algún fallo tan sólo diré que los 80 minutos de metraje se me hacen cortos.

Una delicia para niños de 1 a 99 años, PERFECTA

Esta película es, en mi humilde opinión, la mejor de Disney. Evidentemente está especialmente pensada para los niños, aunque también la podemos disfrutar los adultos. La nominación al Oscar a la Mejor Película siendo una película de animación (la única que lo ha conseguido hasta la fecha) avala la calidad del film, que ganó además el Oscar a la Mejor Banda Sonora y el de Mejor Canción por la inolvidable canción "La Bella y la Bestia" (además de esta canción también estuvieron nominadas "Bella" y "¡Qué festín!", tres a falta de una). Y quiero mencionar también la canción "Algo Nuevo", tan buena o mejor que las anteriormente nombradas. Y es que esta banda sonora del maestro Alan Menken es una de las mejores de todos los tiempos. La adaptación de la gran historia es magistral, y la realización de la película es genial, con escenas antológicas, como la del baile entre la bella y la bestia o el singular número musical de "¡Qué festín!". Los personajes son inolvidables, empezando por Bella (qué puedo decir de ella...) y siguiendo con la bestia (caraterización inigualable)... Además de los sirvientes de la casa: Din Don, la Sra. Potts, Lumiere y compañia... Una película inmortal, siempre joven, que nunca se marchita. Una historia de amor inolvidable. Un gran clásico.

Seguro que muchos no estarán de acuerdo conmigo pero, en mi opinión, La Bella y la Bestia es la mejor película que Disney ha hecho nunca por varios motivos: la banda sonora, compuesta por los oscarizados Alan Menken y Howard Ashman; el guión, que difiere bastante del relato original pero al que Disney ha sabido dar su toque personal haciéndolo igualmente atractivo; los personajes, todos ellos con una personalidad única; etc... Todos estos elementos combinados hacen un deleite para los sentidos del espectador.
En el año 2002 se reestrenó con una nueva escena musical añadida "Humano Otra Vez". Hay quien dice que esta nueva secuencia no tiene tanta calidad visual como el resto de la película o que entorpece el desarrollo de la historia. Yo opino todo lo contrario. La secuencia está muy bien hecha y animada y no entorpece el desarrollo de la trama, es más, creo que lo enriquece dando el punto de vista de los objetos encantados (que no es gran cosa pero algo es algo).
En resumen, la película (tanto con o sin la nueva secuencia) es una verdadera joya, ya no sólo del cine animado, si no del cine en general.
Imprescindible para cualquier amante del séptimo arte.

Ganadora de 2 Oscar y 3 Globos de Oro (incluyendo Mejor Película Comedia/Musical) si por algo se caracterizada "La Bella Y La Bestia" es por haber ganado el mayor de los premios: el corazón de muchas personas en todo el mundo y el favor de la crítica.

Y cuando hablo de que es una OBRA MAESTRA es porque lo tiene todo:
1) Un guión adaptado maravillosamente por Linda Woolverton sobre esta historia que ya intentó el maestro Walt realizar anteriormente sobre el cuento de Marie L. de Beaumont, y que a fecha de hoy no ha sido superado por ninguna otra película de animación.
2) Una música absolutamente magistral, repleta de canciones memorables compuesta por Alan Menken y Howard Ashman que ensambla y conduce la historia de una forma tan compacta que es imposible separar una de la otra.
3) Unos personajes desarrollados y profundos que despiertan un abanico de sensaciones en el espectador: la batalla interior del hombre que vive encerrado dentro de una bestia (abandonado a la desesperanza y que es capaz de sacar todo lo bueno que hay en él por amor); una joven muchacha incomprendida en el lugar dónde vive que aspira a vivir las aventuras de los libros que lee; una corte de objetos encantados que viven a expensas del hechizo de su amo (una tetera con un profundo sentido maternal, un parlanchín y fiestero candelabro, y un pulcro y obediente reloj); así como un malo diferente a lo anteriormente visto en Disney (presuntuoso, vanidoso, engreído y guapo) que sólo busca el reconocimiento social mediante el matrimonio. Añadir que hasta los vecinos del pueblo participan a lo largo de toda la historia de una forma más o menos activa (algo inédito nunca visto jamás en otra película).
4) Una animación excelente de principio a fin. Unos fondos cuidados hasta el más mínimo detalle (el castillo dispone de una gama de elementos barrocos que le dan un cierto aire oscuro, y el pueblo está organizado con todo tipo de casas, negocios, fuentes y plazas). La cinta está plagada de escenas espléndidas (el amanecer en el pueblo, la taberna, la fiesta del comedor, el ala oeste, el baile de salón, el bosque de lobos...) que difícilmente pueden ser borradas de la memoria del espectador.

Y además, puede presumir de ser la primera película de animación nominada al Oscar por Mejor Película (1991) y la primera que inspira un musical (y no al revés).

Por lo tanto, la belleza no sólo está en el interior, está en todos y cada uno de los elementos que conforman esta película.

Fui a verla al cine cuando tenía unos doce o trece años y me gustó tantísimo que obligué a la pobre de mi madre a llevarme ¡cuatro veces en un mes!. También recuerdo que la peli permaneció en cartel varios meses (algo insólito incluso en aquellos años), es decir, no era la única espectadora hechizada por un inmortal cuento de hadas que se reencarnó al estilo Disney con una elegancia y belleza encomiables. Desde el misterioso comienzo, en los que se narra el prólogo de la historia en forma de vidriera (precioso) se van sucediendo las escenas memorables, que todos conocemos; el padre de Bella llegando al siniestro castillo de la Bestia, Bella acudiendo al rescate, los impagables secundarios (el reloj, el candelabro, la señora Potts...), el celebérrimo baile hasta llegar a un final que no por clásico, resulta menos emocionante: la transformación de Bestia en príncipe (creo que todos preferíamos a la Bestia, pero en fin...la zoofilia no va con Disney) y el "fueron felices y comieron perdices". Para disfrute de aficionados a la animación clásica, este es un festín inolvidable, incluso con ese puntito cursi tan propio de la factoría que acaba viéndose con cariño.