La máquina del tiempo

Como dato curioso, la obra en cuestión está dirigida por todo un bisnieto del legendario escritor H.G. Wells, aspecto que si bien en un principio podría invitar al optimismo, pronto descubrimos que daría igual que el director hubiera sido Roland Emmerich por ejemplo. Y es que la película en cuestión se parece más (desgraciadamente) a la Stargate del director alemán que a la obra homónima del escritor inglés.

Al ver este filme lo primero que notas es esa desagradable sensación que sientes cuando te das cuenta de que te están tomando descaradamente el pelo. De hecho, a quien se acabe de ver esta película yo le recomiendo leer el libro, que es mucho más sano y te mostrará que "La máquina del tiempo" auténtica es una obra infinitamente más interesante que este truño que acabas de presenciar.

Para empezar, el filme se desliga totalmente de la obra original. Ello no habría supuesto ningún problema si al menos nos contaran una historia con cierta coherencia. La película elimina por completo las disertaciones del libro sobre dimensiones y cómo nos podríamos mover en una cuarta dimensión, el tiempo, igual que en su día, con aparatos como los aviones, nos conseguimos mover en otra dimensión anteriormente inalcanzable: la altura. Simplemente se dedica a mostrarnos a Guy Pearce alias Alexander "volando" en su máquina (de una asombrosa perfección de acabados por cierto, y más teniendo en cuenta que se supone que la fabricó él mismo a mano) y buscando desesperadamente una forma de evitar la muerte de su amada Emma, primero viajando al pasado y luego a un absurdo futuro lejano post apocalíptico donde el ser humano ha evolucionado en dos formas distintas: los Eloi, seres de apariencia decepcionantemente humana que tras 800.000 años de evolución no han evolucionado nada, y los Morlocks, una especie de gorilas del Planeta de los Simios que se alimentan de los anteriores y son los malos. (sigue en spoiler)

La Máquina del Tiempo de Simon Wells, basada en el libro homónimo escrito por su bisabuelo H.G. Wells, es probablemente una de las peliculas más irregulares que he visto. Trata sobre un visionario profesor de universidad con ideas excéntricas, cuya prometida es asesinada en un forcejeo con un atracador. Ante tal situación, construye una máquina del tiempo para poder cambiar el pasado y evitar la muerte de su amada. Al ver que es imposible, decide ir al futuro a encontrar respuestas. Repleta de cosas por las que le daría un 10, y repleta también de otras por las que tiraría la peli a la basura. Por eso merece que la comente separando las cosas buenas (que son buenísimas) por un lado y las malas (que son horribles) por otro.

Lo bueno: Curiosamente la primera mitad. Desde que empieza hasta la mitad de la película es una obra maestra en potencia. Un inicio interesante, una recreación de la época fantástica, mucho ritmo a la hora de presentarte a los personajes... en fin, muy correcto. Los viajes en el tiempo no son bellos, son sublimes. En lugar de apostar por la tradicional teleportación, la máquina de la película consta de una palanca con la que aceleramos o revertimos la velocidad del tiempo, para así, viajar en el tiempo y no llegar instantáneamente al destino. El resultado es un espectaculo de efectos especiales, totalmente verosímiles y repletos de detalle, que dejan sin habla. La escena se vuelve especialmente poderosa a conjunto con la banda sonora de Klaus Badelt, otro de los puntos fuertes de la película y que, a día de hoy, es de las mejores bandas sonoras que he oido. Por último, la llegada al año 800.000, con unos diseños de casas muy originales, y con música radicalmente distinta pero igualmente perfecta.

Lo Malo: Aparecen los Morloks, y de ahí hasta el final. Hasta aquí todo iba sobre ruedas, pero quizás no se supo mantener el ritmo. La peli adopta un nivel de casposidad que asusta. Los Morloks son cutres, la acción se vuelve pesada (se convierte en tipica peli de aventuras), el porqué de todo se vuelve confuso, los personajes pierden definicion y, en general, todo se vuelve como un telefilme y como hecho a prisa y corriendo. No te cuentan la verdad sobre la evolución de los Eloi y los Morloks (sin tener nada que ver con lo de la Luna, algo muy espectacular, pero inventado), te ponen un final muy heroico pero que no tiene demasiado sentido... en fin, que se estropea.

El caso es que podría haber sido una gran película, y durante 45 minutos lo es, pero si se hubiera hecho el resto con el mismo mimo que la primera mitad. Optando por un desarrollo filosofico sobre a donde se dirige nuestra raza y no convirtiendose en una peliculilla de acción, alargandose a dos horas tan bien hechas, estructuradas y pensadas como esos primeros 45 minutos, que son una joya. En ese caso, estaríamos ante una película muy grande.

Una pena.

Remake de la película El tiempo en sus manos (1960) que fue duramente criticado por la mayoría del público al no ser fiel a algunos aspectos que presentaba la cinta original.

Uno de los retos más importantes para Simon Wells en esta producción es que esta película sería su primera realización fuera del cine de animación, que hizo intentando mantener la fidelidad a la historia.

Respecto a esta fidelidad, se sigue conservando el mismo guión realizado por H.G Wells y de David Duncan (guionista de El tiempo en sus manos) a los que se suma el nuevo guionista, John Logan, para darle a la película más frescura, conceptos e ideas nuevas al film.

Destacar que La máquina del tiempo conserva toques originales del film de 1960 compaginados con grandes efectos especiales de luz generados por ordenador desarrollando un nuevo formato de colores y finalizando con un gran espectáculo visual para deleite del espectador.

Personalmente creo que en la película se realiza un excelente montaje, acompañado de maravillosas secuencias creadas por Wayne Wahrman donde nos deleita mostrándonos la ciencia ficción en estado puro. Sin olvidarnos de una buena banda sonora compuesta por Klaus Badelt, muy adecuada para cada secuencia del rodaje.

Bonita y tierna interpretación de Guy Pearce donde gusta mucho y potencia su interpretación, sobretodo al principio de forma excelente. Obviamente no es uno de sus mejores papeles pero a mí me ha gustado. No pretende ni mucho menos emular a George Wells, pero conserva algunos toques inspirados en dicho personaje que gustan.

Sin olvidarnos de la interpretación de Jeremy Irons realizando el papel de líder de los Morlocks, muy limitado debido al gran maquillaje que lleva encima, que le impide hacer más de lo que buenamente podría.

En la historia, nos muestran la vida de Alexander Hartdegen, un joven científico que vive en la ciudad de Nueva York en el año 1899. Es un profesor de Aplicación de Mecánica e Ingeniería que imparte clases en la Universidad de Columbia. Frecuentemente se suele meter en problemas por su pensamiento liberal y algunas teorías radicales, aparte de su gran interés por todas las innovaciones que existen y su gran virtud por la curiosidad. Obsesionado con la idea de viajar en el tiempo y convencido de que es factible ir al pasado y al futuro, Alexander probará si dichas teorías funcionan a raíz de un lamentable acontecimiento que deseará arreglar volviendo al pasado pero sin lograr solucionar. Para ello viajará al futuro para encontrar una respuesta.

Para finalizar, comentar que varias escenas fueron suprimidas y que puede ser vistas en la edición de DVD que incluye escenas eliminadas y una gran explicación sobre los viajes en el tiempo bastante interesante para los amantes seguidores de películas basadas en viajes en el tiempo. Extras muy interesantes de galería de producción, construcción de la máquina del tiempo y creación de los Morlocks.

...la verdad.

La mayoría de buenas ideas de este film estaban ya en su primera versión (como esa pieza en forma de disco giratorio incluído en el diseño de la máquina) y los cambios añadidos a la historia no ayudan:

H. G. Wells, el pionero de las obras donde aparecen los viajes en el tiempo, presentó aquí su mejor novela donde a diferencia de relatos como los de Isaac Asimov nos lleva solo unas pocas décadas hacia adelante, Wells nos transporta a donde la civilización tal como es ahora desaparece. Además nos aporta su idea de que si alguien viajara hacia al pasado no podría cambiar los acontecimientos por lo que cualquiera que sean sus acciones estaría exento de crear paradojas. Recomiendo esta película (aunque tenga muchos votos negativos) a todos los que les guste el género, a parte, los efectos y la música están bastante bien.