La noche de los cristales rotos

“La noche de los cristales rotos” supone la segunda cinta en tierras americanas del director alemán Wolgang Petersen, autor de ese claustrofóbico, agobiante y excelente film que es “El Submarino”, después de haber debutado en el cine americano con la muy entretenida “Enemigo mio”; mas tarde vendrían títulos tan interesantes como la estupenda “En la linea de fuego” con un soberbio Clint Eastwood o grandes éxitos de taquilla como “Troya”.

A Petersen también cabe achacarle títulos tan fallidos como el intento de llevar a la pantalla la fantástica novela de Michael Ende “La historia interminable” (autor que no ha tenido suerte en las adaptaciones cinematográficas de sus novelas), o esa tontería con Harrison Ford titulada “Air Force One”, sin duda su peor película hasta la fecha.

El argumento de “La noche de los cristales rotos” es sencillo: un hombre sufre un grave accidente de tráfico quedando amnésico y sin recordar absolutamente nada de su pasado, a pesar de la ayuda de su esposa y sospechando que las cosas no son tal y como le están contando, decide contratar un detective privado que le ayude a esclarecer la verdad y saber quien es, descubriendo que las cosas no son como parecen...

En “Shattered”, que es su título original (algún día tendrán que explicarnos porque se cambian tanto los títulos de las películas), Petersen intenta homenajear el cine negro clásico de los años 40 y 50, firmando un buen film de intriga con agudos giros en la trama, y que mantiene el suspense hasta llegar a un sorprendente desenlace (sin duda lo mejor de la película) y que de no ser por algunos aspectos puntuales del guión, firmado por el mismo, y un reparto algo mas acertado, se habría convertido en una de las mejores películas de los 90; por supuesto no le faltan un par de tórridas secuencias que tan populares se hicieron en los thrillers de esa década.

Los papeles principales caen en manos de un más que correcto Tom Berenger, que estaba en el mejor momento de su carrera gracias a títulos como “Platoon” o “Nacido el 4 de Julio”, y que da vida al amnésico protagonista, Greta Scacchi interpreta a la esposa y Bob Hoskins al detective encargado de esclarecer la verdad, y quizás este sea uno de los puntos negativos del film, ya que el personaje desprende cierta comicidad en algunos momentos, que no casan con el tono de la película.

Aún así, “La noche de los cristales rotos” es una estupenda cinta para todos los amantes del cine de intriga y que a buen seguro, no les defraudara, pero como dije antes con un guion algo mas pulido y una mejor elección de actores, posiblemente se habría convertido en todo un clásico.

La película es interesante ya que, desde el primer instante, mantiene la intriga: Dan Merrick sufre un accidente tras el cual sufre amnesia y no recuerda quién es él. Su esposa intenta hacerle recordar pero él recela y contrata a un detective para que le ayude. Durante la primera hora de película van apareciendo datos que nos hacen dudar, de una manera acertada y coherente, de quién es "el malo de la película" . Hasta que llega ese final, que todo el mundo alaba, y que, en mi opinión, no sólo es sorprendente, sino incoherente.

Sigo en el spoiler y revelo el final.

Película que empecé a ver sin mucho interés pero que poco a poco me iba cautivando sin saberlo muy bien.
Un final alucinante, no te crees nada de lo que está pasando, el protagonista y el espectador dudan continuamente de la credibilidad de los secundarios.
Estas películas deberían de sustituir los telefilmes baratos de Antena 3 los sábados y domingos a las tardes.

Muy buena y muy recomendable.

Lo explican bien mis compañeros de fatigas, Tom Regan en su exhaustiva, completísima como es habitual, reseña, y Custoway en la suya, tan cachonda y brillante; pero no me puedo resistir, tengo que quejarme yo también (para eso estamos sobre todo), y es que todavía no doy crédito al hecho de que utilizaran un suceso histórico tan conocido y terrible para darle título a una película que nada tiene que ver, que es un ejercicio de estilo barroco, de puro cine negro, referencial, cinéfilo.
Bueno, corramos..., o lo que sea. Con un Porsche rojo a ser posible.
Concentrado de Hitchcock, con "Vértigo" al fondo, más gotas de "El corazón del ángel" (el que busca, su mal escucha) para disimular algo y otro poco de "Cara de ángel" de Preminger para que suene todavía mejor.
Antología del delirio. Retruécano alucinante. Suma de dislates sin remedio, pura acumulación falaz y engorilada. Como un polvorín en las peligrosas manos de un perfecto majadero.
El prólogo ya es explícito (hermosamente mostrenco), anuncia intenciones brutas y desastrosas: coche que cae al abismo desde una altura tremenda y... la mujer un simple rasguño y el hombre... vivito y coleando, tras un millón de vueltas de campana. Ahí estamos.
Después, viene una primera parte, larga, de un tedio concienzudo; se trata de ir dejando pistas para que el espectador más calenturiento se entretenga, o, si no es el caso, para sedarlo, para que así pueda soportar en pie lo que le espera, sin venirse tan abajo, que no es poco.
Una banda sonora repetitiva, malas interpretaciones y un alargamiento innecesario de escenas que, algunas por lo menos, se podían haber eliminado perfectamente y no pasaba nada.
Y llegamos a la traca final, a las sorpresas y el sinfín de explicaciones.

La peli es entretenida, Greta Scacchi está muy buena (y Joanne Whalley-Kilmer no se queda atrás), pero merecía mejor reparto seguramente. Una buena intriga, aunque llegado el final, se echa de menos más consistencia en el guión, que parece tener más trampas que el programa electoral del PP.

Mención aparte merece el título en español. ¿A qué lumbreras se le ocurrió bautizar con el nombre del infame progromo desatado por Hitler contra los judíos una película llamada originalmente "Shattered"? Si le dejan, hubiera llamado "La noche de los cuchillos largos" a "Navajeros".