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¡Ave, César!

Comedia En el Hollywood de los años 50, uno de los grandes estudios está rodando su película más importante: una gran superproducción de romanos protagonizada por una gran estrella (George Clooney), pero el actor es secuestrado durante el rodaje. Uno de los productores, el resolutivo Eddie Manix (Josh Brolin), tratará de averiguar dónde está y arreglar el asunto antes de que se entere la prensa. (FILMAFFINITY)
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Críticas 122
Críticas ordenadas por utilidad
4 de abril de 2016
135 de 153 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos alguna vez habremos asistido, a una fiesta o reunión donde apenas conocemos a nadie. Y nos hemos sentado con un grupo, en el que cuentan anécdotas que para ellos son trochantes y que tú apenas captas. Te ríes a veces, otras solo sonríes, ya que te falta información para pillarle la gracia al asunto. Todos son amables, nada que reprocharles, pero cuando vuelves a tu casa sólo te queda la sensación de haber pasado un rato, ni bueno ni malo, agradable como mucho. Y si mañana te vuelven a invitar, lo mismo pasas.
Pues eso es ver Ave Cesar.
nekoland
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19 de febrero de 2016
131 de 176 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los amigos están para esto. Para los buenos y para los malos ratos. Uno que es amigo de los Coen no puede abandonarlos en los malos momentos, tiene que estar ahí. ¡Estaría bonito aparecer únicamente para disfrutar de un buen film! Se les espera con ansia en la nueva cita y, nada, a acompañar y que salga el sol por donde tenga que salir.

Lo más seguro que éste será un día de esos que ellos se lo pasarán genial contándote su nuevo proyecto y tú tendrás que callar y aguantarte. Te dirán que la historia gira sobre un recto hombre, director de una importante compañía cinematográfica que no encontrará nada más que escollos por los que tendrá que pagar duros sacrificios. Y confesarse. O´clock. Cinco aves maría, nada menos.

Todo a en punto. Le fallará a su mujer, su buena esposa, porque le ha prometido no fumar pero ... un pitillito caerá; la carne es débil. Es una persona ecuánime que tiene a todos en cuenta, así que el peso sobre sus espaldas es enorme. Y como en las Sagradas Escrituras, la tentación se le presentará ... más de una vez ... y se le presentará en un tugurio chino, como no podía ser de otra forma. Entonces la cosa es que... ¿Es interesante el tema? Pues ellos lo verán así y habrá que poner cara de interés y callarse como buen sufridor...

Lo malo de ¡Ave, César! es que las historias que se entrecruzan “de cine dentro del cine” poseen un fuerte inicio, pero la solución final de cada una de ellas se va a pique porque carecen absolutamente de trayectoria argumental. Si cada una fuera lo bastante sustanciosa como para desarrollar un verdadero entramado, sí que estaríamos ante otra genialidad, pero son esbozos sueltos en un todo que ni siquiera tienen demasiado agarre. La verdad, prácticamente … poco o ninguno. Y eso que no se puede negar la calidad del film.

Si has tenido un día negro, un mal día, termínalo a última hora de la noche hundido en tu butaca, de mala gana por supuesto, aguantando los pormenores de un rodaje de cine dentro del cine contado por los hermanos Coen: Ave César. Y así habrás completado y cerrado el círculo de un perfecto día negro y además habrás cumplido tu penitencia.
floïd blue
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12 de febrero de 2016
78 de 91 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los talentosos hermanos Coen han mostrado a lo largo de su exitosa carrera su gran destreza en distintos géneros cinematográficos. Con Hail, Caesar! (¡Ave, César!) satirizan distintos géneros, para ofrecer mediante una delirante comedia una versión romantizada del Hollywood de los años 50, siendo probablemente la película más fantasiosa de toda su filmografía. Prima lejana de Barton Fink, la película resulta un interesante ejercicio de cine dentro del cine. El proyecto nació hace diez años, pero tardó en hacerse realidad. Pero una vez retomado el proyecto, los Coen han logrado reunir a sus habituales colaboradores, que resultaban imprescindibles para realizar la película tal y como la tenían ideada.

Hail, Caesar! es a la vez un homenaje y una sátira de la época dorada de Hollywood en los años 50, cuando reinaban los estudios, justo antes de que empezara su crisis al tener que enfrentarse a la televisión, y en plena Guerra Fría. Para plantar cara a dicho rival, Hollywood apostó por realizar una serie de superproducciones de epopeyas bíblicas con miles de extras, osados musicales y espectáculos acuáticos en technicolor, así como una gran cantidad de westerns y elegantes dramas de sociedad. Y los Coen han sabido agrupar todos los citados elementos hábilmente en su nueva película. Y dichos elementos quedan recogidos de hecho ya en su sinopsis. Preguntado a George Clooney en la rueda de prensa si había pertenecido alguna vez a algún partido comunista, entre risas ha contestado que prefería atenerse a la quinta enmienda.

En aquella época, los jefes de los grandes estudios controlaban tanto la vida profesional como la privada de sus grandes estrellas, y tenían incluso a personas contratadas para que se encargaran de resolver todos los posibles problemas que pudieran surgir durante la producción, y proteger además a dichas estrellas y cuidar su imagen pública. Un duro trabajo que realizaron personas como el verdadero Eddie Mannix, figura que inspiró a los Coen para realizar la película, y a quién han incluido en el film en una versión santa personalizada, interpretado magistralmente por Josh Brolin.
El mismo Josh Brolin bromea diciendo que no dudó ni un momento en aceptar el papel al leer en el guión que tendría la oportunidad de abofetear a George Clooney, deseando que se tuviera que repetir el rodaje de dicha escena en muchas ocasiones.

Sin llegar a la maestría de sus mejores películas, Hail, Caesar! resulta en cualquier caso una película muy entretenida, repleta de buenos gags y un colosal reparto de actores que se nota que se lo han pasado en grande rodando esta curiosa e interesante película. La mayor virtud de la película es seguramente su magnífica elaboración. Gran labor, como siempre, de Roger Deakins.

La película ofrece detalles cinéfilos bastante curiosos, así como gamberradas de los Coen con su círculo de actores fetiche. George Clooney, que había realizado para ellos ya bastantes interpretaciones de personajes bastante estúpidos, realiza aquí su papel estelar en dicha línea, haciendo de bufón absoluto. A su vez, Ralph Fiennes, quien en la vida real tiene cierto mosqueo con la pronunciación de su nombre, interpreta aquí a un director de cine llamado Laurence Laurentz, bromeando bastante con la dificultad de realizar los matices de pronunciación.

Como única pega, se podría decir que el problema de Hail, Caesar! es que a pesar de su gran propuesta y buena carta de intenciones, sus divertidos gags y su hipnótica y magnífica elaboración, así como sus puntuales grandes momentos, la película tiene algún que otro altibajo y te transmite la sensación de que nunca termina de elevar el vuelo. En algún momento puntual parece que haya más gags que trama. Pero aún así, la perspicacia cinematográfica de los Coen está bien presente y el film no se queda en una mera comedia más del montón, sino que son bastantes los detalles a tener en cuenta.

Y la diversión y el buen entretenimiento están en cualquier caso asegurados, con buenas dosis del humor característico de los Coen.

https://revista.tviso.com/hail-caesar-version-romantizada-coen-del-hollywood-de-los-50/
Bouns
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21 de febrero de 2016
58 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los hermanos Coen probablemente son dos de los profesionales con más talento en el panorama cinematográfico mundial desde hace varias décadas. Ambos escriben, ambos dirigen (aunque Joel se orienta más a la dirección y Ethan más al guión...) pero ambos son capaces de destilar el mejor cine de Hollywood. Y el mejor cine de cualquier parte, qué coño.

Son capaces de tocar prácticamente cualquier género, extraer sus líneas maestras, y crear su propia visión de ese tipo de cine, como han hecho en varias ocasiones -desde "Fargo" a "El gran Lebowski", pasando por "El Gran Salto", "El Hombre que nunca estuvo allí", "No es país para viejos", y así un largo etcétera. Eso sí, si tenemos que elegir un adjetivo para su trayectoria, desde mi punto de vista podría ser el de desigual. Desigual porque aunque en todo su cine hay verdaderas perlas de exquisitez y gusto cinematográfico que demuestra el amor por el séptimo arte -en toda su extensión- también hay algo de dispersión, mucho de pretenciosidad, y cuarto kilo de ego desbocado. Confieso que a veces me he dormido en alguna de sus películas, que resultan tediosas, algo pedantes... pero también reconozco que en casi todas ellas se encuentran diálogos, secuencias, momentos absolutamente geniales.

Exactamente eso es lo que pasa en su última película, que es un enorme homenaje al Hollywood clásico de los años 50, en los que los grandes estudios de cine fabricaban los sueños que se proyectaban sobre una pantalla blanca y que conseguían que el planeta entero se olvidara de todo lo que le preocupaba. Claro que los que hacían esos sueños, los profesionales del cine, esos sí que estaban bien al loro de todo, y peleaban día a día por sobrevivir. En ese particular universo, el protagonista del film tiene que pelear con actores-estrella egocéntricos, con tarugos-estrella sin cerebro, con niñatas-estrella con pésimos modales, montadoras amargadas y todo un batiburrillo de secretarias, periodistas, ejecutivos y especímenes varios para que la brillante y poderosa maquinaria para hacer películas siga funcionando. Sea como sea, the show must go on.

De acuerdo, a todos los que conocemos el mundo del cine, su historia, sus directores, sus estrellas, todos esos entresijos que tantas veces hemos escudriñado, a todos nosotros nos encantará esta película. Seguramente porque nos hacemos cómplices de ella. Por eso y porque tras ver buena parte de la obra de los Coen ya conocemos su particular, irónico y mordaz sentido del humor y somos capaces de encajar esas claves. Pero seamos realistas ¿en serio un espectador al que le han vendido una comedieta delirante -que es lo que propone el trailer- va a comprender la complejidad de esta película? Seguramente no.

Es más, decididamente no: estuve viéndola en una sala llena de gente y ante los chistes de la historia, la mayoría de los espectadores no se reían. Es más, no los entendían. Seguramente, si fueran norteamericanos, lo entenderían mejor. Si además fueran de Los Angeles, todavía más. Y si encima trabajan en el cine, entonces disfrutarían. Como ellos, que son los que realmente se lo habrán pasado bien con su marcianada. Un proyecto que les ha costado más de diez años llevar a cabo, y que en un principio se ambientaba en los años 20 y no en los 50.

Otra de las grandezas de los Coen, es que son capaces de cambiar de registro y tono de sus películas con un simple plano, con una línea de diálogo. Claro que a veces, como ha pasado con esta película, no sale bien, ya que en "Ave César" las líneas entre la comedia, el drama, el sarcasmo, la reflexión y la crítica social se entrecruzan demasiadas veces y uno no sabe a qué carta quedarse. Entiendo que el mosaico que plantean es rico y lleno de matices, pero quizás sean demasiados matices. Sobre todo porque esos matices no añaden nada a un guión enclenque y raquítico que no está orientado en ninguna dirección, y que, erráticamente, no sabe qué historia contar. No dejan claro en absoluto esa dirección y aún menos la intención.

Una vez que nos han presentado la bizarra galería de personajes -cosa habitual en los Coen...- y que nos hemos reído de sus características... ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué quieren contarlo, si es que en realidad quieren contar algo? ¿Es un simple ejercicio de ironía? Seguramente todas estas preguntas tienen unas claras respuestas... pero el problema es que sólo las conocen ellos, los Coen, que son quienes han escrito y dirigido esta película, que me recuerda a una de sus producciones más fallidas, "O Brother", que precisamente, también homenajeaba una época, un mundo, un estilo...

¿Que si tiene gracia Clooney? Por supuesto, siempre la tiene, y verlo poner caritas es desternillante, pero eso no hace una buena película. ¿Que si la Johansson está bien? Está fantástica, divertidísima, demostrando la gran versatilidad que tiene como actriz, pero al igual que antes, tampoco hace una buena película. Todos los actores están fantásticos -destacando Josh Brolin, que se sale...-, hay momentos surrealistas para troncharse -como la perorata de un grupo de guionistas subversivos- y secuencias visualmente preciosas -aunque insuficientes si las comparamos con las referencias a las películas de Cecil B. de Mille, a las de Esther Williams o a las de Gene Kelly...- pero ninguna de estas cosas hace una buena película. Son adornos, elementos que acompañan a un buen guión, que cuenta una buena historia. Y esta película no lo tiene, y da mucha pena que dos de los más prestigiosos guionistas/realizadores del panorama cinematográfico mundial sean precisamente los que firman esto. Confieso que me he llevado una sorpresa bastante desagradable, porque esperaba mucho, muchísimo más de la película y todo se ha quedado en alguna risa desperdigada y alguna brillantez argumental.
Federico_Casado
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12 de febrero de 2016
40 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Original película del género comedia y cine dentro del cine que te transporta a una productora de Hollywood de los años 50.

Como he dicho en el título el reparto de esta película tiene truco. Por poner dos ejemplos, las apariciones de Scarlett Johansson o Jonah Hill son testimoniales.

Josh Brolin y Ralph Fiennes están excelentes, como siempre y George Clooney sigue haciendo de él mismo.


Es una sátira y crítica sobre el viejo Hollywood a tutiplén, pero tampoco faltan temas religiosos y políticos (con una aparición estelar de un submarino soviético)

El ritmo es muy bueno, ya que no sientes en ningún momento que te aburre lo que se te presenta. Su duración también ayuda, más que acertada.

La escena de los marineros bailando en el bar, excelente.

Pero no es una película para recordar. En el momento que salgas de la sala te olvidarás de ella, pero no del buen momento que pasaste viéndola.
Jony Ive
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