Flirt

La verdad es que Hartley o gusta o no, su estética posmoderna, unos actores que parecen autómatas, y la constante búsqueda del amor, son sus señas de indentidad.

Aquí Hartley llega al paroxismo, y cuenta una historia, más propia de un cortometraje, repitiéndola de forma casi milimétrica en tres ciudades diferentes, y con actores diferentes (incluído él mismo), para que dé la duración de un largo.

El estatismo de los personajes, la falta de emociones aparentes, la repetición calcada de frases y situaciones, provocan en mi, aunque parezca mentira, cierto interés (que no emoción), la veo con agrado, y me gusta mucho la estética de la última hstoria (donde da algún pequeño giro) que se desarrolla en Japón.

No obstante su cine te tiene que gustar, y tienes que pasar por el aro, a mi me gusta, aunque no puedo racionalizarlo demasiado, pero de lo que no cabe duda es que es personal, original, reconocible, y muy fiel a si mismo, incluída su vocación minoritaria.

Esta es la sensación con la que me quedo después de mi (ansiosamente esperado) primer encuentro con Hal Hartley.
La primera parte es un cortometraje flojo y simplón, con una puesta en escena y unas interpretaciones insoportablemente teatrales.
Acaba y te dices a ti mismo: No pasa nada, un arranque decepcionante pero veamos como sigue la cosa, veamos con qué nos sorprende este reputado director.
Empieza la segunda parte y te das cuenta de que Hartley es un genio!
Para qué perder tiempo y esfuerzo elaborando un guión de 90 páginas podiendo escribir 20 páginas de medio pelo y fotocopiarlas dos veces?? Cambio la ciudad y los actores y tachán! Ya tengo un largometraje!
Si es que Hartley es el más espavilado de la clase, encima le caen flores!

En resumen: Mini bodrio x 3 = Super bodrio

Estamos acostumbrados a que varios directores realicen sus respectivos cortos sobre un tema y después estos se unen en un solo largometraje. Pero en este caso se trata del mismo director realizando la misma historia y hasta con casi idénticos diálogos, pero en tres lugares distintos y con personajes diferentes. Como esquema que se sale del cine habitual norteamericano es muy válido, aunque yo no se si lo incluiría dentro de un cine independiente. Al menos parece sujeto a los mismos modos de producción.
Lo que si queda claro es que Hartley no quiere contarnos las historias como lo puede contar el cine comercial, pero su forma de hacer cine para contar una historia tiene mucho de cine comercial europeo. No es una crítica, es sólo una anotación para el espectador que no debe entenderlo como bueno o como malo.
La narración fílmica de la historia en Japón cuando la protagonista es una mujer, es para mí la mejor y sin duda en ella busca las formas de alejarse lo más posible de un cine comercial. Sin embargo, la primera parte, cuando la historia ocurre en Estados Unidos y el protagonista es un hombre es la que mejor contada está en lenguaje cinematográfico y en la que la interpretación de los dos protagonistas centrales destaca sobre las demás interpretaciones en el resto de las historias. Esto se ve perfectamente en la interpretación histriónica del homosexual de la segunda historia.
Con todo una película que no te deja indiferente y fácil de ver pues al fin, cuando el director complica más la planificación, que es en Japón, el espectador ya sabe de que va la historia.

Tres tramas distintas de relaciones personales en tres ciudades distintas del mundo (muy a lo Jarmusch) es lo que nos propone Hal Hartley tras su trilogía de geniales obras "Trust", "Simple men" y "Amateur". No está al nivel de ninguna de ellas pero es "Flirt" muy distraída, divertida y tiene los mismos diálogos de siempre: lúcidos, ágiles y llenos de ritmo. Muy recomendable colección de historias de amores y desamores en el mundo moderno.