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Sucesos en la cuarta fase

Ciencia ficción. Terror. Thriller Planteada como un documental, la historia explica y demuestra cómo las hormigas serían las dueñas del mundo si estuvieran en igualdad de condiciones intelectuales con el ser humano. Único largometraje que dirigió Saul Bass, reconocido por ser el autor de algunos de los mejores títulos de crédito. (FILMAFFINITY)
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Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
30 de septiembre de 2008
35 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un duo de científicos (los magníficos y habitualmente secundarios Michael Murphy y Nigel Davenport) comienza a investigar unos extraños ataques a ganado descubriendo una colonia de hormigas extraordinariamente agresiva y organizada lanzada a la conquista del territorio. Primera y única película dirigida por el maestro del diseño de títulos de crédito Saul Bass ("Vértigo", Psicosis", "La edad de la inocencia", etc...) y una de los mejores y desgraciadamente desconocidos títulos de la ciencia-ficción terrorífica de los 70, década durante la que todo bicho se volvió una amenaza potencial. Obsesiva y claustrofóbica, practicamente tres personajes y un asfixiante bunquer asediado metódicamente por los insectos, con guiños al género durante los cincuenta (esa paranoia tan propia de la época) destaca con fuerza en base a un tratamiento gélido y cerebral tanto de la narración como del absorbente estilo visual (impresionantes planos ultradetallados de las hormigas) y de la crispante banda sonora.
Adrián Esbilla
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22 de febrero de 2010
24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Saul Bass es el autor de algunos de los mejores títulos de crédito de la historia, sobre todo en diversas películas de Hitchcock, y con frecuencia se ha rumoreado también acerca de su hipotética participación activa en la mítica escena de la ducha en "Psicosis". Sea como sea, en su único largometraje como director demostró unas cualidades nada desdeñables y, por encima de todo, una gran originalidad en su acercamiento a la ciencia-ficción (cualidad ésta especialmente indicada para el género, aunque lamentablemente proliferen en él los clichés y la repetición de ideas).

"Sucesos en la cuarta fase" narra la rebelión de las hormigas contra la raza humana, no ya planteada únicamente en términos de ataques o destrucción (como sucede en casi todas las películas de este tipo) sino encaminada a una mutación genética con el fin de engendrar un nuevo estado evolutivo en la humanidad (casi en la línea filosófica de "2001"). Lo paradójico es que esta ambiciosa historia, casi apocalíptica, se explica con un minimalismo máximo (valga el oxímoron), fruto de la más exigente serie B. Así, los personajes se reducen a dos científicos y una mujer, interpretados por habituales secundarios (uno de ellos es Michael Murphy, que más tarde hará de amigo de Woody Allen en "Manhattan"), en lo que asemeja ser un laboratorio en medio del desierto.

Pero las protagonistas absolutas son las hormigas y, de nuevo aquí, —redundando en la originalidad antes enunciada— para generar inquietud basta con una idea tan sencilla y a la par tan eficaz como verlas de cerca. Muy de cerca. En una línea prácticamente documental —incluso con la voz en off explicativa de uno de los científicos— la cámara registra largas secuencias de la vida de las hormigas. Con esa aproximación tan intensa de la mirada, esos animales tan minúsculos e incluso simpáticos se tornan seres extraños y grotescos, y resultan mucho más turbadores y "fantásticos" que cualquier muñeco mecánico o generado por ordenador. Análogamente, la película se narra de una manera distanciada, casi a modo de informe (se divide en cuatro capítulos, cada uno correspondiente a una de las fases de la mutación). Todo ello contribuye a crear una fascinante mezcla de verosimilitud y extrañeza, probablemente el mayor logro de la película.

Los escasos momentos que se pretenden "espectaculares" (como las hormigas atacando a algún ser vivo o alguna explosión) resultan los menos convincentes, a causa de la pobreza de medios, e incluso que me atrevería a decir que ni siquiera me parecen necesarios. En efecto, es en el ámbito de lo intangible —como en una especie de duelo o test de inteligencia que se desarrolla entre hormigas y humanos— donde la película alcanza las cotas más altas. Y esto es, en definitiva, la seña de identidad del mejor cine —o relato, en la literatura o el teatro valdría lo mismo— fantástico, aquel que juega con la capacidad de sugerencia, con los miedos ancestrales, con el poder de la imaginación.
Quim Casals
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16 de octubre de 2008
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
La única película dirigida por Saul Bass, creador de títulos de crédito tan memorables como los de "Vértigo", es este fantástico ejercicio que deambula entre la ciencia-ficción y el terror presentándolo todo de forma austera y cercana a un documental. Es justamente este tratamiento el que convierte la historia de Phase IV en algo tan cercano y en cierto modo aterrador, las voces en off, la (fingida) verosimilitud de la trama y la interpretación de los tres actores que componen el reparto del film.

Tomando como punto de inicio un hipotético futuro en el que las hormigas han mutado hasta ser inteligentes y seguir una forma de actuar racional, cercana a la de los humanos, se nos muestra a dos científicos que deben investigar el asunto hasta poner su propia vida en peligro. La música es casi ausente, el tono del film es lento y no hay ningún efecto especial. Todas las escenas de las hormigas son reales, lo cual hace aún más sorprendente la película en algunas escenas.

A destacar, sin duda alguna, el momento en el que los científicos lanzan el humo amarillo y todo lo que precede a dicho momento. Con un tono casi poético, Phase IV consigue ser un fantástico ejercicio de ciencia-ficción, relativamente creíble y a todas luces perturbador. Los opresivos minutos finales y la forma en la que todo acaba contribuyen a engrandecer una película injustamente olvidada pero que, indudablemente, tiene mucho más interés del que parece. Si te gusta el género, no lo dudes.
Caith_Sith
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22 de enero de 2009
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inquietante y extraordinario film de ciencia ficción, que también es el único realizado por el maestro de los títulos de crédito Saul Bass. En tono a veces casi semidocumental nos cuenta como nuestro ancestral miedo a los insectos, puede verse aumentado, cuando estos demuestran inteligencia y no son precisamente amigables.La historia comienza al darse cuenta unos científicos que los depredadores de las hormigas en determinada zona han desaparecido y que se han producido extraños incidentes sin aclarar con humanos y animales en esa misma zona. Una vez descubierta la causa (las hormigas), crean un laboratorio para estudiarlas y para llegado su momento acabar con ellas…pero la batalla a librar no va a ser convencional y el enemigo se muestra mucho más peligroso de lo que creían y con capacidad de aprendizaje y respuesta. Film que relata la lucha de dos razas por sobrevivir y que nos deja un incierto e inquietante final. Película nada habitual y muy alejada del cine de género de animales rebeldes. Los protagonistas (y casi únicos personajes) son los dos científicos, interpretados por Michael Murphy y Nigel Davenport. Entiendo que no es un film para todo el mundo pero si para los seguidores del género ci-fi, eso sin duda.
Juggernaut
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8 de enero de 2010
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extraña pero original cinta de Ciencia Ficción planteada en su primeros minutos como un ambicioso documental de paciente desarrollo (la vida laboriosa de estos admirables, trabajadores, y no tan desagradables heminópteros que viven bajo nuestros pies pero que nos pueden aguar la fiesta de cumpleaños si se apoderan antes del pastel).

A diferencia de otros filmes de série B en que apreciamos el clásico espectáculo de invasión, asco y repelencia (un ejemplo y tomando las mismas hormigas en “Empire of the Ants” dirigida por Bert I. Gordon en 1977), “Phase IV” juega con todo su rigor científico moviendo unas fichas acorde a los sabios dogmas de la Madre NJaturaleza (la paciencia y resistencia de las hormigas frente a la desesperación de los humanos por paliarlas). Así pues las hormigas son representadas como unos séres dignos de su presencia en toda su “humana” dignidad (la waltdisneyiana secuencia del funeral es más digna de un “mondo” que de un reportaje de la National Geographic pero vale la pena porque la minuciosidad empleada es de chinos) y que evolucionan gracias a la resistencia de la comunidad (esas inexplicables almenas de piedra a fin de que no derruyan o tapien los nidos con los pies, ofreciendo una idea de lo escalofriantes que pueden ser los desafíos de tan diminutas criaturas que disputan al lado del hombre su puesto en la escala evolutiva), o la construcción de rocas reflejantes al Sol para que el laboratorio dónde los dos científicos (Michael Murphy y Nigel Davenport) que las investigan se derrita en el desierto cortocirciutando los circuitos de refrigeración de la todopoderosa maquinaría que poseen para poder investigarlas a fondo, convirtiendo así el ataque de los bichos en un horno abrasador.

Único largometraje como director del diseñador Saul Bass, archireconocido por dejar huella en los créditos de obras maestras de Alfred Hitchckock (Vértigo, Con la Muerte en los Talones, Psicosis…) y Otto Preminger (Anatomía de un Asesinato). Curiosa película que se aleja de las reglas de la série B fantástica ofreciendo un dilema moral sobre la codicia humana frente al resto de seres vivos.
Natxo Borràs
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