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La punta del iceberg

Intriga. Drama Una gran empresa multinacional se ve sacudida por el suicidio de tres de sus empleados. Sofía Cuevas (Maribel Verdú), alto cargo de la compañía, es la encargada de realizar un informe interno para esclarecer los hechos. A traves de sus entrevistas con los empleados irá descubriendo abusos de poder, mentiras y la existencia de un ambiente laboral enfermizo. (FILMAFFINITY)
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Críticas 38
Críticas ordenadas por utilidad
29 de abril de 2016
36 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La punta del iceberg”, tras su paso por la sección oficial del Festival de Málaga, ha llegado a las salas comerciales. No es una película fácil de ver para el gran público, que parece optar en su mayoría por cine de mero entretenimiento como “Palmeras en la nieve” u “Ocho apellidos catalanes”, ya que muestra los efectos de la competitividad despiadada en el mundo laboral de la sociedad actual basada en el capitalismo salvaje, donde no importan las personas sino la repercusión negativa que pueda tener para la imagen de la empresa la pérdida de vidas humanas.
Basada en la obra teatral homónima de José Amaro Carrillo (que a su vez se inspira en hechos reales acaecidos en fechas recientes en Francia), “La punta del iceberg”, se adentra en el espinoso tema de varios suicidios en una empresa de alto copete. Recientemente “El País” publicó las cifras de suicidio en Corea del Sur: cerca de 40 personas acabaron con su propia vida cada día en 2011. Un dato espeluznante.
Tras el prestreno el pasado 28 de abril, en un abarrotado Cine Víctor de la capital tinerfeña, uno de los comentarios más escuchados era que para ser una ópera prima rebosaba madurez. No es de extrañar ya que David Cánovas cuenta con 44 años, una decena de cortometrajes a sus espaldas (algunos con minutajes en torno a los 30 minutos) y varios proyectos de largometrajes que no llegaron a cuajar por diversas circunstancias. Puede ser que la mayoría del público, sobre todo en la Península, empiece a conocer ahora a Cánovas, pero tras de sí hay una sólida trayectoria fílmica. De hecho, el tema laboral no es nuevo en la filmografía del director tinerfeño, ya que lo trató en “Cuestión de actitud” (2008) y “El contratiempo” (2009). Tampoco lo es del suicidio, ya que en “El intruso” (2005), que le valió la nominación al Goya al mejor cortometraje, ya abordaba este controvertido tema.
El guion, escrito a seis manos (Alberto García y José Amaro Carrillo arropan a Cánovas), está bien hilvanado. Incluye gotas de humor negro y un personaje como el camarero que descarga de drama la trama. Así como un guiño al clásico de Chaplin, “Tiempos modernos” (1936). Uno de sus puntos fuertes es la construcción de personajes. Asimismo, destaca la presentación de estos como la del primer suicida (Marcelo Miralles, encarnado por Ginés García Millán), al que primero vemos su rostro y luego, en “off”, su defenestración; o la de la protagonista Sofía Cuevas (encarnada por una ubicua y contenida Maribel Verdú), una alta ejecutiva sin aparentes escrúpulos, que paulatinamente, irá mostrando su lado emocional.
El resto del reparto no le anda a la zaga. Bárbara Goenaga (la frágil empleada), Álex García (el ejecutivo estresado), Fernando Cayo (el jefe déspota), Carmelo Gómez (el trepa sin escrúpulos) están impecables en sus respectivos roles. Hasta la fugaz aparición de Nieve de Medina es digna de mención. “La punta del iceberg” es una película pulcra, caracterizada por la sutileza de los movimientos de cámara. A pesar de su asfixiante trama concebida como un “thriller”, repleta de diáfanos espacios videovigilados, y donde la música compuesta por Antonio Hernández ayuda a crear una certera tensión narrativa, la película respira gracias a los planos aéreos de Madrid o la escena de la azotea.
En los últimos años –el cine ha sido permeable a la cruda realidad social- podemos encontrar un puñado de películas que abordan los conflictos que se producen en el seno laboral en la sociedad contemporánea. Algunas con las que “La punta del iceberg” establece conexiones son las españolas “El método” (2005) o “Smoking Room” (2002); o las francesas “Arcadia” (2005), en la que el protagonista planeaba asesinar a sus contrincantes o “Dos días, una noche” (2014). Incluso se ha hecho comedia con el tema, de forma brillante como en “El jefe de todo esto” (2006) y “Louise-Michel” (2009).
En definitiva, “La punta del iceberg” es una película necesaria en estos tiempos de ERE, en la que lo único que importa es la cuenta de resultados y en la que los trabajadores son concebidos como meros peones en una partida de ajedrez. Cine que hace reflexionar sin sermonear.
Benjamín Reyes
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12 de mayo de 2016
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es el debut en la dirección de David Cánovas. Habrá que seguirle de cerca a partir de ahora porque el talento, el climax y la magistral construcción de personajes queda patente en su ópera prima.
Es la adaptación de la obra teatral homónima de Antonio Tabares a la gran pantalla y donde se relata como una gran multinacional se ve sacudida por tres suicidios en tan sólo cinco meses. Desde la sede central envían a una alta ejecutiva Sofía Cuevas encarnado brillantemente por Maribel Verdú para que redacte allí en dicha multinacional un informe interno de las causas realizando entrevistas a los trabajadores de dicha empresa que conociesen de cerca a las víctimas. Está contada a modo de thriller con tintes dramáticos. Nos adentramos en ese turbio mundo competitivo, hostíl, cruel sin miramientos que es una jornada laboral. Se van presentando de manera soberbia los distintos personajes. Está el trepa, el jefe tirano que solo mira por los beneficios y se la pela la vida personal de sus trabajadores, el camarero cachondo y cotilla que se entera de todo, la secretaria ligera de cascos, el sindicalista que pretende convertir la empresa en un spa, el trabajador agobiado y siempre con prisa....Un abanico repleto de talento como el de Carmelo Gómez que no solo es un "robaescenas" sino que directamente se come la pantalla cuando aparece. A mi me ha recordado a El nombre de la rosa, aquella "abadía del crimen" pero aquí sustituimos la abadía por la empresa y sin Adso. También se hace un guiño a "Tiempos modernos" de Chaplin. Unos diálogos tan reales como brillantes y toda una reflexión sobre las relaciones humanas dentro de un marco laboral, opresivo, competitivo y deshumanizado por quienes manejan el cotarro. Critica al capitalismo y considero que es una obra tan necesaria como altamente recomendable.
Antonius Block
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25 de abril de 2016
25 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
La mayoría de óperas primas, por interesantes que sean, acaban sufriendo problemas de muy diversa índole. El primer paso para crecer y madurar como director es errar, eso lo deberíamos tener todos claro. Llegar y besar el santo se ha hecho muy pocas veces, además de no haber sido siempre sinónimo de éxito. David Cánovas demuestra tener cierto talento (con el paso del tiempo habrá que cuantificarlo) tras las cámaras, algo que no se puede decir que abunde en una industria en la que cada vez importan menos las capacidades. Y eso es lo que verdaderamente importa en un primer largometraje, más allá del análisis que pueda realizarse de la cinta, el cual no deberá ser más o menos benévolo según la experiencia que tenga el director. En este texto hablaré sobre La punta del iceberg, la ópera prima del director canario, que competirá en la Sección Oficial de la decimonovena edición del Festival de Málaga.

La punta del iceberg es la adaptación de la obra de teatro homónima creada por Antonio Tabares. En ella, una empresa multinacional se ve sacudida por el suicidio de tres de sus empleados en apenas cinco meses. Sofía Cuevas (Maribel Verdú), alto cargo de la compañía, es enviada desde la sede central a aquélla en la que han tenido lugar dichos incidentes para elaborar un informe interno que pueda explicar las causas de tamaño problema y sus soluciones. Sofía, a su encuentro con los variopintos trabajadores de la empresa, irá descubriendo un ambiente cargado de presión, con un jefe cuyo plan empresarial no tiene la menor consideración por la vida personal de sus empleados, pues concede prioridad absoluta a los resultados. Con la ayuda de los empleados más vulnerables, irá recomponiendo poco a poco la situación personal de cada uno de los suicidas, lo que hará que se cuestione incluso su propia actitud y ética laboral.

La punta del iceberg es un (interesante) estudio sobre las relaciones humanas en un entorno laboral competitivo y hostil. El problema es que, una vez se ha entrado en materia y se han puesto de forma más que honesta las cartas sobre la mesa, el maniqueísmo se apodera de la película y comienza a destruirla paulatinamente. Así, se empiezan a ver las costuras de lo que hasta entonces se mostraba como un guion sólido y notable en la construcción de personajes. Este thriller dramático funciona mejor cuanto más alejado está del pasado de sus secundarios y del drama interior de su protagonista. Desgraciadamente, ambos elementos acaban conectando, y es en ese preciso instante, bastante cercano a la conclusión, cuando los cimientos del filme se tambalean por culpa de una manipulación que, lejos de subrayar, resta fuerza a unos hechos y situaciones que no necesitaban filtros de ningún tipo. En el resto de aspectos es un debut cercano al notable, pues incluso algunas decisiones incomprensibles de guion -como esas escenas explícitas de los instantes anteriores a los respectivos suicidios- son salvadas por una ejecución de nivel en las escenas menos teatrales y más poéticas de la película.

Ahora hablemos de lo bueno, que no es precisamente poco. Como ya he dicho, sólo un par de escenas aisladas rompen con la puesta en escena teatral del filme, resuelta a las mil maravillas gracias a un reparto colosal. Si el guion me parece bastante flojo en general, es igual de justo destacar el cinismo de unos finísimos diálogos a la altura de sus emisores y receptores. Brillan desde Maribel Verdú -como casi siempre- en el papel protagonista, hasta Bárbara Goenaga en el personaje menos agradecido de todos. Pero el que se lleva la palma no es otro que Carmelo Gómez, uno de los mejores actores en activo de nuestro país y el robaescenas de la película. Ni siquiera en los momentos menos inspirados del filme disminuyen sus prestaciones -las de todo el reparto-, sin duda el mayor activo de cuantos dispone Cánovas.

El thriller de David Cánovas es más que correcto y mantiene la tensión en todo momento sin necesidad de recurrir a los puntos de giro como sustento narrativo. Sin embargo, sus evidentes tics maniqueístas hacen de lo que podía haber sido entre bueno y notable algo simplemente interesante. Pero la entidad de lo que se nos está contando es tal que ni siquiera las acciones más deshonestas podrían emborronar por completo el fondo y mensaje de esta ópera prima. El capitalismo es feroz y despiadado; el maniqueísmo, contraproducente.
Marty Maher
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29 de abril de 2016
17 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi opinión, los pre estrenos de las óperas prima de los realizadores suelen ser terribles para ellos y a veces para los espectadores. Pues este no es el caso.
Tuve la suerte de acudir al evento y saludar al director de la película y la verdad rebozaba felicidad. Y no es para menos. El pre estreno de anoche en el Cine Víctor de Santa Cruz de Tenerife no pudo ser mas gratificante tanto para el realizador como para los espectadores.
La acogida del público fue magnífica tanto para David, porque es un encanto de persona, como para la película porque está estupendamente realizada.
91´ que creo que dura y me parecieron 45. El tema llega en el mejor momento, y tanto la dirección, como las interpretaciones de todos, a la altura de su categoría.
Felicidades a todos y si no me equivoco, tenemos otro gran realizador en España. Y Canario. Lo siento no pude reprimirme...Mea culpa.
Santiago
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3 de mayo de 2016
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Somos cyborgs en la cadena de montaje, la producción sólo puede ir a más, los objetivos económicos están ahí para superlos cueste lo que cueste. La crisis, las hipotecas, los hijos o la vida en general se anteponen ante la lógica de trabajar para vivir y no vivir para trabajar.

Con esa idea de fondo se recrea la historia de ‘La punta del Iceberg‘, película de David Cánovas estrenada durante el 19 Festival de Málaga Cine Español.

Sofía Cuevas no es una empleada más, sino una alta ejecutiva de una empresa en la que a todos parece seducir el cargo, la responsabilidad y ese concepto de éxito ficticio basado en la obediencia al capital. Los problemas se encuentran con esta empleada cuando se le ordena investigar tres misteriosos casos de suicidio en los últimos cinco meses dentro de una sede de su empresa.

La trama se desarrolla de una forma muy plana, con algún que otro estrago cuando más emoción se le requiere a la protagonista, Marible Verdú. Ella y todo el reparto de secundarios están más que a la altura de la interpretación en una obra muy teatral, muy de caras, gestos y revelaciones de trama que irán cambiando la forma de la propia historia.

Más en http://cinefilica.es/magacine/post/la-punta-del-iceberg-denuncia-la-deshumanicacion-del-mundo-laboral/
Cinefila1979
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