Historia de una gaviota (y del gato que le enseñó a volar)

Me gustó muchísimo cuando la vi en su día, hace ya unos cuantos años (bastantes) y, recientemente que pude volver a verla, la volví a disfrutar como el primer día. Creo que ésta es una de esas películas que no envejecerán mal con el paso de los años.

Lo mejor es que además encierra un precioso e importante mensaje de fondo. Así que, aunque los trazos sean más bien sencillos, le veo más valor a esta película que a tantas que sacan hoy en día en 3D y con unos gráficos curradísimos. Por lo menos ésta no está vacía de significado, y aunque puede que los niños demasiado pequeños no sean capaces de entender del todo ese mensaje de fondo, sin duda algo les llegará.

Y es que esta película encierra dos valores muy importantes que, por desgracia, parece que en estos tiempos que corren se han perdido u olvidado. Tenemos, por un lado, el de la auténtica amistad, ésa que mira más allá de las diferencias exteriores; por otro lado, tenemos el de aprender a respetar y valorar el verdadero valor de una promesa.

La historia es infantil, esto sí que es una película animada infantil (que no siempre tienen por qué serlo), pero tiene la virtud de no tomar por idiota a su audiencia, tratando temas como la muerte o los celos de una manera lógica. Tiene una de sus mayores bazas en el humor, inofensivo pero inteligente, y sustentado en gran medida por el carisma de sus personajes (la cría de gaviota es un puntazo, y expresiones como huevo de gato o gato-pollo me han producido más de una carcajada)

Me ha sorprendido gratamente el apartado artístico, que era lo que más me echaba para atrás. Los diseños de los personajes son sencillísimos pero hechos con regusto, y se integran a la perfección en unos fondos que parecen pintados con acuarela, muy detallados, y con un encanto artesanal del que adolecen muchas películas de animación actuales... en general el estilo está claramente inspirado en las ilustraciones de libros infantiles como los de Bruño o El varco de vapor. También hay que destacar la creatividad de los dos ''splinters'', y la paleta de colores, que no ha resultado ser el amasijo de fluorescentes que parecía en los vídeos de YouTube, sino más naturales, y los tonos turquesas de las escenas matinales contrastan de maravilla con los rojizos de los atardeceres que relajan la vista un montón. La música tiene tintes italianizantes y las canciones, aunque no aportan nada a la trama, tampoco molestan, sólo tiene dos o tres.

Sólo le pondría dos peros: la pésima integración del 3D en algunas escenas del principio, y que peca de reduccionista al tocar el tema''todo lo que hace el ser humano en la naturaleza es negativo''.

Como conclusión decir a quien se atreva con ella, que no va a encontrar la obra maestra de su vida, pero sí una obra entretenida hecha con encanto y muy buen rollo.

La animación no es perfecta, y a no ser por la música, que es bastante infantil, es una película preciosa, donde aprenderas a valorar a las personas por su interior.
Es entrañable, no te arrepentirás al verla.

Hermosa película orientada al público infantil que recomiendo para amantes de la animación de todas las edades, con buen doblaje español, un guión con mensaje moral y ambiental, crítica social a los humanos y hermosas canciones destacando la canción de Kenga y la canción final que concluye con los créditos finales. La animación es buena, como adulto me aburrió la trama de las ratas y sus canciones.