Encuentro en París

Películas como ésta creo que son necesarias.

Películas en que una sencilla mecanógrafa es la siempre adorable, preciosa y elegante Audrey Hepburn. Películas que evaden, que entretienen, que hacen que durante un tiempo no haya mayor preocupación que sonreír mirando a la pantalla. Películas en que hasta se nota lo bien que se lo debió de pasar el reparto al rodarla.

Intrascendente, de acuerdo. Aparte de las apariciones de una serie de actores consagrados, una comedia con la intención de llegar a cotas altas pero aunque no lo consiga, no por ello deja de tener cierta sensibilidad.
Eso sí, posee un romanticismo depurado en la ciudad de París y un guion de novela dentro del otro guion de la película.
Destacar la corta escena de la pelea en el salón durante el baile, pero sobre todo destacar el hecho de como una película flojilla puede ganar en categoría con sólo la presencia de esa estrella de la pantalla que fue Audrey Hepburn. Estando además el señor Holden que a mí siempre me ha caído bien.

Sin lugar a dudas, el mayor tropiezo de la carrera de Audrey Hepburn fue elegir interpretar este papel, y las críticas de la época se ensañaron con este film. Parece ser que estaba en el contrato de la Paramount, pero la película resultante resulta pesada, con un guión que se pierde en sí mismo y con un manifiesto exceso de metraje.
Totalmente prescindible.

Vuelven algunos años después los dos actores de Sabrina, Holden y Hepburn, pero desgraciadamente en un guión que deja mucho que desear, imagino que en esa época ambos actores serían fácil reclamo para el público, y con un metraje algo largo, desde mi modesta opinión sobran minutos.
Un encuentro en Paris entre un guionista y una secretaria, entre ambos van enlazando las escenas y lo más importante es que se aman.

Es una comedia romantica protagonizada por Audrey Hepburn y Willian Holden, un tándem que en este film no funcionó.
Es la peor película que he visto de la actriz, aunque ella despliega todo su encanto, no logra salvar el guión que resulta cargante, poco divertido, bastante somnoliento y con un final previsible.
Lo único destacable es el cameo de varios de los grandes actores y actrices holibudenses del momento y los hermosos escenarios del París de la década de los 60. También tengo que añadir que el vestuario de la actriz resulta maravilloso, se nota la mano de Givenchy.