La banda nos visita

Este debut en la realización cinematográfica de Eran Korlin ha recogido un buen número de premios por decenas de festivales por los que ha recorrido este pasado ya 2007. Es un film que arranca con un poso amable, que mantiene ese espíritu inocente y cómico durante el metraje pero que se va cargando de una tristeza cada vez más profunda hasta deparar un canto final melancólico. De entrada el planteamiento es original, una banda egipcia se equivoca de destino en Israel y pasa una noche en una pequeña ciudad casi desértica y "muerta" en comparación a la Alejandría de donde vienen. Aquí surge una leve trama, tal vez demasiado leve, en la que seguimos sobre todo a dos o tres personajes de la banda hasta descubrir sus tragedias o sus problemas de comunicación. El film es agradable, una de esas propuestas que tan encaminadas van habitualmente hacia el premio del público en un festival, pero no acaba de despegar todo lo que promete en un inicio, hubiera sido deseable un mayor nivel de profundidad, pero aún con todo es un buen acercamiento al cine de Israel, tan desconocido y particular.

Una película sencilla y parsimoniosa sobre el encuentro desde la diferencia y los conflictos nacionales, culturales y religiosos. Todos los personajes son presentados con una gran dignidad y sin necesidad de caer en el panfleto político/ideológico. De hecho, no hay una sola mención a los milenarios conflictos, ofensas y revanchas entre árabes y judios, por el contrario, se nos deja mostrar una relación de respeto, admiración y complementaridad. Una muestra de como el cine puede ayudar a la convivencia y la paz.

Creo que el director nos viene a decir que no tendría que ser dificil la convivencia entre árabes e israelies. Reflexiona sobre la problemática palestino-israelí de forma sutil. Muestra que la convivencia es posible. Hace una crítica interesante a su país. Viene a decir que la convivencia palestino-israelí no debiera ser tan intrincada y penosa. No obstante, la denuncia debiera haber sido más clara y dura.
Kolirin se centra en la riqueza de las relaciones entre personas. Todo rebosa confraternización.
El humor de que hace gala el guión es tenue e ingenioso.
Todo está realizado con gran sencillez, humildad y modestia, lo que es de alabar.
El ritmo es plácido lo que te deja contemplar las imágenes y reflexionar, cosa que no se puede hacer con las tonterías hollywoodenses.
Totalmente recomendable.

Agradable sorpresa. La visioné en el festival de Valladolid, a las nueve de la mañana, recién salido del lecho y con poca predisposición, como es evidente. La película en un principio puede recordar a Leningrad Cowboys go to America, de Aki Kaurismakii, pero al cuarto de hora ya se establece la diferencia, y es que "La visita de la Banda" va más allá de la mera "bromita" de Kaurismakii y construye interesantes historias alrededor de varios miembros de la banda del cuerpo de policía de Alejandría, que llegan desorientados a un asentamiento judío.
Especialmente interesante la relación que se produce entre el director de la banda (un hombre atormentado por su pasado) y la dueña del restaurante del asentamiento donde paran.
Muy divertida, como contrapunto a la anterior historia, las vivencias del miembro más joven de la banda.
Entretiene, conmueve y te hace ver lo importante de las relaciones humanas en el camino hacia la paz; es más, te arranca un aplauso, bien merecido.
Espero que gane la espiga de oro...

“La banda nos visita” está cimentada en torno a unos personajes muy bien construidos y posteriormente interpretados. Este es a mi modo de ver, el mayor acierto de esta película. El guión, con ciertos momentos de acierto, también acaba cayendo en algún momento en cierta desidia. Si bien es algo cada vez más habitual por no decir que es la norma generalizada del noventa y nueve por ciento de las películas de hoy en día, se acentúa más en aquellas obras cuyo metraje no supera la hora y media como es el caso. Eran Kolirin, resta puntos al no poder mantener la franqueza y calidad de algunos momentos del film. Mientras que la película camine con los personajes, “La banda nos visita” funciona sola, pero cuando es el guión el que nos tiene que sacar de ciertas lagunas, flaquea.

Eran Kolirin debuta en cine con una película agradable. Sencilla y cuyos errores tampoco son de bulto y donde sabe sacar partido a la torre de Babel que formamos. Y aquí sí, gana enteros esta película. En lugar de ahondar el las diferencias culturales o en los recelos religiosos, se centra en las igualdades. Porque al fin y al cabo, en Babel, todos tenemos dos ojos, dos piernas y un corazón que disfruta con la música.