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Los demonios

Drama Mientras una serie de secuestros de niños tiene lugar en Montreal, Félix, de diez años, empieza a conocer el mundo adulto. Imaginativo y sensible, como muchos niños, Félix le tiene miedo a todo, como el posible divorcio de sus padres, que parecen atravesar una crisis; unos vecinos sospechosos, etc. Poco a poco, sus demonios imaginarios comienzan a reflejarse en el mundo verdaderamente inquietante que le rodea. (FILMAFFINITY)
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
22 de octubre de 2015
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es imposible definir de qué va Les Démons, y por eso durante la primera hora, desconcierta. Pero poco a poco te vas dando cuenta de que el director está haciendo una disección de la población (en concreto de los niños) de un acomodado barrio de Montreal. Lo bonito y lo que hace grande a esta película, es que está contada bajo la mirada de un niño. Es una película interesantísima desde el punto de vista psicológico. Se trata de llegar a entender los pensamientos y los demonios de la infancia que acechan a un chaval de diez años, y de todo lo que surge a su alrededor.
Si bien la primera hora me gusta mucho más cuando pienso en ella (ya en conjunto con el resto de la película) que cuando la vi, la segunda hora es absolutamente espectacular, incómoda y terrorífica. Logra que se me pongan los pelos de punta en varias escenas.
Además, Lesage, consigue crear una atmósfera turbia y subyugante, mediante un gran dominio de la técnica cinematográfica y un uso tan inteligente como eficaz de la música. Lo que le sale es una película extraña y desasosegante. Una experiencia insólita que dividirá al espectador. Habrá quien no vea nada más allá de lo que se cuenta, y habrá quien se sienta fascinado. Las dos posturas son totalmente comprensibles. No es una película hecha para todos los gustos.
Les Démons trata multitud de temas, y mediante varias pinceladas a ellos, traza un conjunto aterrador. A mí personalmente, me hubiera encantado que esta pequeña joya se hubiera llevado la Concha de Oro.
Ferhood
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6 de octubre de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy acertado relato sobre las vivencias del final de la niñez. Aun tratándose de una narración bastante objetiva y aparentemente fría, en parte por la elección de planos generales, consigue ponernos en la piel de un niño de 10 años y sentir sus miedos, curiosidades, incertidumbres y deseos. La parte más sentimental del largometraje viene proporcionada por una ecléctica elección de canciones que logran dar color a la obra.
jaracooper
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15 de mayo de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los Demonios es el primer largometraje dirigido por Philippe Lesage, tras haber realizado anteriormente cuatro documentales. En el año 2015 fue seleccionada para la Sección Oficial del Festival de San Sebastian y obtuvo ese mismo año el Premio a la Mejor Película en el Festival de Budapest y el de la Crítica de Montreal. La película esta basada en hechos reales de la propia vida del director durante su infancia. Se estrena el 5 de Mayo en las salas españolas.

En la primera parte de Los Demonios, la cámara de Philippe Lesage se desliza examinando cuidadosamente las rutinas diarias de los niños como si se tratara de un mundo aparentemente corriente, aunque algo incierto para la mirada de Félix, un niño de diez años. Observamos sus actividades escolares, las tardes de piscina, los primeros desamores, y el acoso escolar sufrido por los alumnos más débiles. El origen de la ansiedad de Félix puede estar promovida por varios motivos: Por ser testigo de una terrible disputa entre sus padres, porque es elegido de los últimos para formar parte de un equipo en una clase de educación física, por el encierro de un niño más joven en la taquilla del vestuario o por las infructuosas cartas de amor a su profesora de gimnasia.

Una complicada edad en donde los miedos, las inseguridades y la sexualidad emergente provoca muchas angustias y demonios. Félix es consciente del interés suscitado por la “demoníaca” madre de un amigo hacia su intranquilo padre, lo que aviva más sus preocupaciones ante un posible divorcio de sus padres, además, el “demonio” del Sida le persigue a la salida del colegio después de ser tratado este tema en clase, debido a unos confusos y crueles experimentos con otro amigo suyo. Ademas, hay noticias de misteriosas desapariciones de niños y se rumorea que un asesino anda suelto por la zona. Una sensación de vulnerabilidad y desprotección provocada por fuerzas invisibles se apodera de Félix. Algunos demonios son reales, en cambio, otros se imaginan, de tal manera que en la película se traza una delgada linea entre la nostalgia de la infancia y la amenaza.

El ritmo de la película resultará excesivamente lento para muchos espectadores, sin embargo, a Philippe Lesage le sirve para captar con suma precisión y detenimiento el mundo visto desde la perspectiva de los niños como si casi de un documental se tratara. Descripción de pequeños detalles y situaciones esenciales para la narración de Los Demonios, a los que normalmente no se les suele prestar mucha atención y se pasan por alto en la mayoría de las películas donde se trata el tema de la infancia, y que aquí serán vitales para el dramático desenlace de la segunda parte.

Los Demonios juega con la incertidumbre y la incomprensión de las cosas que suceden, ya que el espectador tan solo puede ver hasta el límite marcado por la perspectiva y la imaginación de Félix. La larga y confusa primera parte que enervará y eclipsará a más de un espectador, en cambio, servirá para que el clímax sea mucho más eficaz en el posterior giro dramático, cercano al Thriller, de la parte final.

Cinemagavia
Eduargil
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9 de mayo de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi “Les démons” (Canadá, 2015), dirigida y escrita por Philippe Lesage (este es su debut en el largometraje, aunque cuenta con una carrera como documentalista) y con un reparto interesante: Édouard Tremblay-Grenier, Yannick Gobeil-Dugas, Vassili Schneider, entre otros. Narra la vida de un adolescente que se descubre a sí mismo, en un micro- contexto gris (buenos hermanos, padres en conflicto, una sexualidad por explorar, colegio con sus problemas típicos, etc.) y en un macro- contexto más complejo y macabro: una serie de secuestros de niños de la que todos hablan. Ahora bien, el filme tiene un buen manejo de cámaras y en lo que respecta a los demás componente estéticos, podría decir que es una obra correcta, bien hecha. Me inquieta más la trama: es un drama que gira en torno a dos vectores. El primero es un joven que se descubre a sí mismo en una temprana adolescencia, con todo lo angustiante que esto puede ser. El segundo es un secuestro de un niño. La ilación entre ambos vectores no es del todo convincente, incluso es algo traída de los cabellos. Justo por ello es que la obra parece confusa y da demasiadas vueltas, siendo predecible por demás, pues no tiene un foco claro. Definitivamente, el espectador se siente incómodo durante la exhibición; pero creo, como lo leí en una crítica, que una vez termina la proyección, el espectador no puede dejar de pensar en algunos rodeos interesantes. Hay una reconciliación a posteriori pues esta es una película que exige paciencia para verla pero que genera gratitud luego, con el tiempo. Es que dentro de la incomodidad, la dilatación y la oscuridad, se esconde algo tenebroso y son los demonios (de allí el nombre del filme) que están detrás de cada piedra; incluso, en las sociedades más civilizadas. Lo humano, con sus penurias, no es algo exclusivo de las sociedades caídas en desgracia. El malestar social, el conflicto, el delito, no desaparecen en las sociedades de la disciplina social: se esconden mejor. Creo que esto último es lo más importante de la película que ahora reseño. Finalmente, llama la atención, por no decir que es un componente “salvífico” en la narración, cómo la culpa del victimario aparece de forma tan contundente que lo lleva a la muerte. Tristemente, frente a delincuentes de esa calaña, la culpa no suele presentarse, o por lo menos no en esa forma: este tipo de depredadores suelen ser insensibles a sentimientos de culpa, arrepentimiento, etc. Su perversión logra justificarles en sus conductas (hasta creerse que son enviados o especiales). El caso de Garavito en Colombia, antes asesino serial de niños, ahora “pastor” religioso, es solo una muestra más de la capacidad autojustificativa del sociópata que está lejos de sentir empatía por los otros (ver el documental de Pirry sobre el caso de Garavito). La recomiendo en los términos ya dichos. 09-08-2017.
Andres Botero
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23 de noviembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con retraso y escasa distribución nos llega una de las películas más interesantes estrenadas este año después de su periplo por varios festivales en los que ha ido cosechando buenas críticas y algunos premios. Enseguida uno empieza a olfatear que va a asistir a algo diferente y se reacomoda en la butaca. Esta mirada retrospectiva de Lesage, curtido como documentalista, sobre el laberinto que conforma la mente en la infancia, exorciza sus propios “demonios infantiles” y se empeña en hacerlo con una narrativa no convencional donde los movimientos de cámara se esfuerzan en sincronizarse con cómo se percibe el tiempo en esas edades. Asistimos generalmente en buena parte del metraje como “voyeures” a los acontecimientos que marcan ese periodo de la vida de Felix y cómo los procesa su mente, donde generalmente las incertidumbres y las angustias están presentes ante las claves de un presente confuso y un futuro incierto. No podemos por menos de sentirnos identificados.

La tensión existencial donde aflora la crueldad y el despertar sexual sin tapujos ni adornos dramáticos, se cimenta en el buen trabajo actoral tanto como en una utilización acertada y muy medida del espacio sonoro. Lesage ha declarado que una vez se pone a desarrollar la idea inicial es en el propio momento creativo donde va explorando las diferente posibilidades que este ofrece. Así, cuando el espectador empieza a relajarse, el giro narrativo nos deja sobrecogidos, surge el horror de verdad, los caminos se entrecruzan y las variantes y posibilidades reflexivas que propone se multiplican. Los demonios ficticios se convierten en reales y solo es cuestión del destino que nos topemos con ellos.

Por contra en el caos de la infancia, siempre aparecen esos momentos que nos mantuvieron a flote: los amigos, los hermanos, los juegos a los que agarrarse desesperadamente y seguir encontrando refugio antes de abandonarla, como en la imagen de papá y mamá que nos saludan cariñosos en una tarde de verano junto al lago.

Confiemos en que el siguiente trabajo del director canadiense no tarde tanto en llegar a nuestras pantallas.

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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