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La golfa

Drama. Intriga Narra la desdichada vida del cajero de una empresa que se enamora de Lulú. Aunque su amor no es correspondido, él está dispuesto a hacer cualquier cosa por ella. En 1945, Fritz Lang se basó en la misma historia para hacer la película “Perversidad”. (FILMAFFINITY)
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
30 de marzo de 2008
29 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
64/17 (22/03/08) La golfa fue la primera película importante de Jean Renoir y también la primera de la serie de obras maestras que dirigió en los años 30. Basada en un novela de Georges de la Fouchardiere, la cinta sería objeto de un remake del gran Fritz Lang, titulada "Pervesidad" (1945), pero mientras el film de Lang profundiza en las tensiones psicológicas, Renoir nos hunde el barullo y vitalidad de Montmartre. El protagonista es un empleado de mediana edad menospreciado en su trabajo y oprimido por su insoportable esposa, que encuentra una válvula de escape en su afición por la pintura, se obsesiona por una prostituta, Lulú, que obligada por su chulo le saca todo lo que puede. El protagonista, Michel Simón, está espléndido en su papel, resultando a la vez ridículo y digno de lástima. En un argumento tan triste son de agradecer sus elegantes toques de humor, haciendo de este modo que una historia tan dura resulte muy amena de ver. Recomendable para todos los amantes del buen Cine con mayúscula. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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19 de mayo de 2013
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rodada en los estudios Billancourt de París, “La Chienne”, en España “La golfa” es en 1931 la primera gran película sonora de Jean Renoir y una obra precursora de lo que después sería en Francia la escuela del cine negro, pues se trata aquí de un crimen pasional que Renoir sitúa en un contexto social. Adaptación de la novela de Georges de la Fouchardière, se trata de un drama social, una historia de triángulo, él, ella y el otro, la historia de un hombre honesto, cajero en un banco, que vive con su desagradable y despótica mujer, viuda de un militar que desapareció en la guerra y que se enamora de una joven de mala vida explotada por su chulo.

El magistral actor francés Michel Simon interpreta el papel de ese empleado y pintor de domingo en sus ratos libres, ese hombre que vive sometido y atemorizado por su agresiva y frustrada esposa, y que encuentra en esa joven una vía de escape y de salvación a su triste y monótona existencia, un personaje que tiene mucho en común con aquel profesor de “El ángel azul” de Josef von Sternberg, víctima como éste de la perversa mercantilización del sexo y de la frustración del amor.

En al muy conservadora Francia de los años 30 Renoir denuncia en primer lugar la explotación de la mujer, de esa pobre chica obligada a prostituirse por su chulo, pero arremete también contra la otra cara de la moneda de esa sociedad patriarcal de estrecha e hipócrita moralidad, en donde el divorcio era sólo posible en el caso de aportar explícita constancia del adulterio. Renoir arremete aquí con ironía cargada de acidez contra la sacrosanta institución que sigue uniendo a pesar suyo a los dos agriados cónyuges.

Los productores que encargaron esta película a Renoir esperaban, en base a la novela, la adaptación de una obra ligera y mordaz, pero cuando vieron la primera copia se quedaron un poco asustados y quisieron modificar el montaje, por suerte Renoir consiguió imponer su garra y hacer prevalecer su versión íntegra, que tiene la fuerza visual y dramática de un drama humano siempre universal. Todo un clásico de Renoir.
Juan Marey
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14 de agosto de 2019
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Licenciado en Artes en el Colegio Stanislas de París, Georges de la Fouchardière (1874-1946), sacó tiempo, después, para graduarse en Altos Estudios Comerciales, y esto le serviría para trabajar en un banco estatal de donde extrajo experiencias que luego se verían plasmadas en algunas de sus novelas. Pero, dispuesto a no estancarse en su, para él, poco estimada labor burocrática, se lanzó como cronista y trabajó en periódicos como La Liberté, L'Œuvre y Le Canard Enchaîné, donde pudo desfogar sus convicciones anarquistas.

Poseedor de un cáustico, y muy negro, sentido del humor, al tiempo que podía recrear personajes con características psicológicas admirablemente definidas, las novelas que comenzó a publicar Fouchardière (La Machine à Galoper, Le Crime du Bouif, La Grande Rafle…), fueron un éxito de librerías y sus certeras sátiras comenzaron a hacer historia.

También en la dramaturgia y en el género policial, este escritor francés fue muy afortunado y, en 1929, publicaría la novela con la que sería reconocido internacionalmente: “La Chienne” (La Perra). El drama de ese apocado cajero de una mercería que, en los ratos libres, se dedica a pintar sin mucha fe en lo que hace y cuya esposa lo domina mientras sus compañeros de trabajo se mofan de él, despertará muy especiales sensaciones cuando, el hombrecillo, conoce a una prostituta que, impulsada por su proxeneta, se anima a explotarlo.

Pero, pronto veremos que, el bagaje intelectual del reservado, Maurice Legrand, le sirve, en ciertos momentos, para tener especiales ocurrencias… y la trama adquiere interesantísimos rumbos que nos atraparán irremisiblemente. Muchas cosas van a quedar seriamente plantadas: La necia creencia de que timidez es igual a estupidez; el impulso incontenible de ser libre cuando la represión comienza a atosigar; la veracidad absoluta del dicho que reza: “tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe”; y entre otras cosas, los terribles y muy frecuentes errores judiciales… y el indomeñable sentimiento de culpa que azota a los hombres que logran pasar “impunes” ante la justicia terrenal.

El director, Jean Renoir -quien tiene aquí su primer filme sonoro-, se encargó de la adaptación cinematográfica de la novela, y con un buen pulso narrativo, ha logrado un filme que deja una sensible huella y que, sin duda, se ubica entre lo más valioso de su filmografía. La ambientación es casi neorrealista y el plano general y medio dominan un gran número de tomas; también hay que decir que algunos desplazamientos de cámara son bastante desafortunados y la iluminación está bien cerca de la natural… pero, la fuerza de la trama, la manera como el director pone ante el espejo a mucha gente y nos impulsa a reflexionar sobre cosas trascendentales como el carácter y la justicia social, resulta de alta valía y uno siente que, en cierto grado, esta historia ha conseguido sobrepasar nuestra epidermis.

Impecable actuación de, Michel Simon, el viejo que anhela un poco de amor y de juventud perdida. Janie Marèse, es la inefable Lucienne “Lulu” Pelletier, dispuesta a despertar sueños imposibles; y George Flamant es Dédé, el inescrupuloso y cínico explotador que va tener la sartén por el mango.

Un extraño e insólito hecho, sucedió luego de terminado el rodaje de <<LA GOLFA>>: Tan solo dos semanas después, el 14 de agosto de 1931, Flamant iba en su nuevo coche en compañía de su partenaire, Janie Marèse, por las calles de Sainte-Maxime. De repente, el inexperto conductor siente que no puede controlar el vehículo… y en el impacto, la joven de 23 años perdió su prometedora existencia. Sin poder contener la tristeza, Michel Simon, se desmayó durante el funeral.

La ficción y la realidad… en ocasiones están demasiado cerca.

Título para Latinoamérica: <<LA PERRA>>
Luis Guillermo Cardona
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18 de febrero de 2015
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primera película sonora de Renoir y una de las primeras de Francia. Contaba el director en una entrevista. que quiso rodar esta adaptación de la novela del escritor y periodista vienés Georges de La Fourchardiére publicada el año anterior, para dar un vehículo de lucimiento al actor protagonista Michel Simón por el que sentía una gran admiración. Efectivamente Simón se lució aunque personalmente le recuerdo por el inclasificable e inolvidable "Bodou" de "Bodou salvado de las aguas" que encarnaría al año siguiente también a las ordenes de Renoir.
La cinta tuvo problemas. A los productores les pareció de entrada que iba a encarecerse demasiado con las nuevas técnicas sonoras y por otro lado el tema del anarquista Fourchardiére sobre las relaciones a tres bandas, el oficio de prostituta de la protagonista y que el personaje principal estuviera casado y fuera un burgués integrado en el engranaje social, amén de otras connotaciones que entrarían en el campo del spolier, no les hacía ni pizca de gracia. De hecho lo despidieron y tuvieron que volverlo a contratar para poder intentar recuperar algo de la inversión.
Sigue contando Renoir que tuvo que dirigir deprisa y corriendo (6 días) un film rentable ("La purga del bebé") también con Simón para poder sacar adelante esta "perra" (La chianne) que a la postre fue un fracaso comercial.
Pero sirvió para que el director cambiara de registro y comenzará a trabajar un estilo de cine naturalista con tintes poéticos que le daría muchos éxitos en toda la década de los 30.
Así pues "La golfa" es como un borrador de lo que Renoir era capaz de hacer. La cámara ya empieza a moverse con una gran elegancia, el montaje es notable y la fotografía confiere un aire "noir" al París de barrios y gentes trabajadoras. En el fondo subyace a través de la novela de Fourchardiére la dicotomia existencial entre una vida ordenada, aburrida y grisácea y otra donde la libertad impone precios imprevistos y marginación social.
Como curiosidad funesta, nada más acabar el rodaje los otros dos protagonistas trágicos en la cinta, la joven y prometedora actriz de 23 años Janie Marése y Georges Flamant, tuvieron un accidente de automóvil en el que conducía Flamant y en el que murió Marése y arruinó la carrera del actor.
ELZIETE
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1 de diciembre de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta película, Jean Renoir aún conservaba la poderosa influencia del cine mudo de años precedentes, lo cual se hace notar en el film a través de todas sus secuencias. La elección de actores encaja bien en esa línea, e incluso en algunos acentua su expresividad hasta límites esperpénticos: George Flament ( el chulesco "Dedé").

La entrada del cine sonoro supuso un cambio estructural en el modo de concebir las escenas, omitiendo una gestualidad que alcanzaría su pináculo expresivo en los geniales films de los expresionistas alemanes, y que sería paulatinamente sustituida por una comunicación oral que ya no deterrminaba en el espectador el seguimiento de la narración únicamente por la fuerza del plano fijo y la intensidad expresiva del actor.

Por esos dos planos continuaba fluctuando J. Renoir al rodar ésta película, notablemente lastrada por el primero, que añade "peso"en ciertos momentos, al recargar algunas escenas con un maniqueismo poco creible. Aquí,ciertamente JR aún no poseía la solvencia técnica que alcanzaria años después con "La regla del Juego", o "La Gran Ilusión".

La película mantiene al espectador con la sensación de estar leyendo una novela con demasiados capítulos y en la que imaginamos, casi siempre, el desenlace. Solo al final nos sorprende con las últimas secuencias de film, dando un vuelco inesperado al personaje central (Michel Simón).

Otra característica del director francés es su lirismo, a veces un poco folletinesco, que aflora en ciertas escenas que y iría equilibrando, con tonalidades menos recargadas, en la filmografia de su última etapa francesa.

"La Golfa" es una historia triste, donde el alma humana se despliega en sus variantes más nobles y sórdidas, reflejando la crueldad, la bajeza, el engaño, la pasión desesperada... y esa disyuntiva nos lleva a tomar rápidamente partido por los seres más infelices y desvalidos de la historia. Es la muestra del folletín en su estado más genuino, más puro, donde el espectador no puede llamarse a engaño al seguir la pauta argumental de un film pleno de altibajos pero con momentos de gran brillantez. No he querido omitir el acierto de mostrar en una misma escena como se superponen la vida y la muerte en el desenlace más drmático del film aunque inevitablemente esperado. Tal vez, junto con sus momentos finales, lo mejor de esta película que abriría el camino en años posteriores al bagaje filmico de uno de los maestros más lúcidos e incomprendidos del cine europeo.
Lucman
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