Haz click aquí para copiar la URL

Nasty Baby

Drama. Comedia Una pareja gay de Brooklyn (Sebastián Silva y Tunde Adebimpe) intenta concebir un bebé con la ayuda de su mejor amiga (Kristen Wiig). (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
3 de diciembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Tres son multitud? Si nuestra respuesta se basara en el comportamiento de Freddy, Mo y Polly, seguramente diríamos que no. Este grupo de amigos, compuesto por una pareja gay y una mujer soltera, viven en su apartamento de Brooklyn como una pequeña e íntima familia. Ni siquiera el hecho de que Polly, deseosa de ser madre, acuda a Mo para que le ayude mediante técnicas de inseminación artificial tras el fracaso de Freddy, es capaz de destruir la amistad tan profunda que se palpa entre ellos. Como bien nos cuenta el director chileno Sebastián Silva (que también interpreta a Freddy) con Nasty Baby, su primer largometraje en territorio estadounidense, cualquier tipo de familia es posible siempre que esta funcione.

Pese a llevar el sello de indie desde su comienzo, Nasty Baby no es la típica película independiente que peque de buenrollismo, desprenda unas exageradas ganas de vivir o utilice la banda sonora como principal vehículo para transmitir emociones, como por desgracia ya hemos visto en demasiadas ocasiones. Más bien al contrario: Silva quiere hacer del film un espacio con cierto realismo, con unos problemas de pareja honestos, cuñados peores que los suegros y vecinos cuyas excentricidades impiden conciliar el sueño. Todo en la cinta está al servicio de la historia, que pretende ser construida sin tener en cuenta las convencionalidades de algo que ya es un género por sí mismo.

Pero este deseo de Nasty Baby de querer ser tan rompedora desde el punto de vista argumental, al final a quien acaba destrozando es a la obra misma. El desenlace es atípico y arriesgado, pero parte por completo el estupendo clima íntimo y cercano que tan poco le había costado a Silva elaborar. Pretender llevar la obra un paso más allá nunca es malo siempre que el cambio de panorama no sea demasiado brusco y antinatural, cosa de la que precisamente carece el chileno en este film. Alguno dirá que el cineasta ya había dejado las pistas suficientes como para que a nadie le pillase de improviso semejante final, pero en verdad no es un problema del propio giro en sí, sino de lo que llega después hasta que aparezcan los títulos de crédito.

Además, no deja muy buen sabor de boca contemplar cómo Kristen Wiig goza en Nasty Baby de una importancia bastante por debajo de su poderío actoral. Aunque, de base, el papel de madre soltera en busca de un retoño es sólido y muy oportuno para cuajar una gran actuación, el paso de los minutos afecta negativamente a su personaje, quedando en una especie de sparring al servicio de la pareja masculina. Esta decisión, que en principio sólo sería criticable en base a pequeños aspectos, queda en evidencia al descubrir que los papeles masculinos no son precisamente de lo más atractivo, desarrollándose con algo de descuido en varias ocasiones (las escenas de Freddy como artista son poco menos que absurdas).

Es cierto que no se pueden dejar de lado las notables intenciones de Silva con Nasty Baby, no por ser loables en sí mismas (lo cual no necesariamente implica algo bueno cinematográficamente), sino por lo bien ejecutadas que están durante gran parte de la película. Pero es imposible obviar el mal poso que deja la película al contemplar sus últimos minutos, cómo un exceso de ímpetu raya más en locura que en genialidad y da al traste con lo que podía haberse constituido como una de esas producciones indie buenas, frente a las malas que no hacen más que reproducir esquemas vacíos y carentes de relevancia más allá de su propio regocijo. Nasty Baby se queda, pues, en terreno de nadie.


Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para www.cinemaldito.com (@CineMaldito)
53 Festival Internacional de Cine de Gijón
Kasanovic
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 de diciembre de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una historia shakespiriana que alcanza un clímax narrativo (esperado) que sin embargo, sorprende. Gran interpretación de Kristen Wiig que se ve eclipsada por el gran ego de Sebastián Silva al que, lo único que le falta, es hacer todos los papeles en esta cinta...
Xixón
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
22 de noviembre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La locuacidad de las líneas maestras del guion acierta de lleno en una trama que fluye, sin contratiempo pero narrando una realidad, una transformación personal de los protagonistas que llena la pantalla de realismo y locuacidad. Los matices de los personajes, que se nos descubren con acierto y perseverancia, hacen perturbar al espectador que centra su atención en la necesidad de la dureza de los lazos sentimentales, que mientras vemos la franqueza y el sosiego de uno, la pureza y extravagancia de otro, y la perseverancia y constancia del último, todo llevado al límite para alterar los esquemas, para llevar al límite sin a penas experimentar la banalidad de la vida y lo efímero de la tranquilidad humana. Aunque visualmente es escasa en recursos, el director juega con la cercanía de los planos y las secuencias entramadas para hacernos ver que su caso puede llegar a ser el nuestro.
Bolseiro
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
28 de marzo de 2021
Sé el primero en valorar esta crítica
En menos de una década y con una carrera fílmica que ya abarcaba seis largometrajes, al momento del estreno de este nuevo film el cineasta y guionista chileno Sebastián Silva había desarrollado un estilo y una forma de abordar visual y narrativamente sus historias que no sólo lo hacen destacar notoriamente en el contexto del cine chileno, sino además le han permitido obtener el reconocimiento en el panorama internacional, en particular en el circuito independiente estadounidense y la competencia World Cinema del Festival de Sundance, donde fue premiado tanto por su elogiada "La nana" como por "Crystal Fairy y el cactus mágico". Y fue precisamente en ese certamen donde en 2015 debutó mundialmente "Nasty Baby", que también participó en el Festival de Berlín, donde ganó el premio Teddy.

En esta ocasión, Silva asume nuevos riesgos, partiendo por interpretar él mismo al protagonista y además filmar por primera vez un largometraje fuera de Chile, a pesar de las conexiones que conserva con su país de origen, tanto en algunos nombres del equipo artístico y técnico -como el director de fotografía Sergio Armstrong y la montajista Sofía Subercaseaux- como en el hecho de que tanto su personaje, Freddy, como su hermano "Chino" (interpretado por el hermano en la vida real de Silva, Agustín, quien ya ha aparecido en otros títulos suyos) son chilenos viviendo en Estados Unidos, quienes en algunas oportunidades aprovechan de soltar algunos chilenismos en medio de los diálogos en inglés.

La historia se centra en dos inquietudes de Freddy, un artista que vive con su pareja, el tranquilo y amable Mo, en un bonito departamento en Brooklyn: por un lado, poder convertirse en padres gracias a la ayuda de su mejor amiga, Polly, y por otro, una suerte de cortometraje-performance que está desarrollando para una galería de arte, en la que precisamente piensa reproducir e imitar la gestualidad y comportamiento de los recién nacidos.

Con frescura, una mirada ingeniosa y lúdica y un buen uso de las locaciones neoyorquinas, Silva cuenta con un sólido elenco de actores secundarios estadounidenses y desarrolla su relato con un tono de comedia de costumbres, en la que aparecen de nuevo algunas constantes de sus anteriores títulos: cierto humor absurdo y situaciones juguetonas -acá contextualizando temáticas tan interesantes y actuales como la paternidad gay-, así como su detallista estudio de personalidades y relaciones humanas que define a sus personajes a través de gestos, miradas, actitudes y silencios. Pero el director tiene reservada más de una sorpresa para el espectador, y como ya ha ocurrido antes con otros filmes suyos, los giros de la trama y la forma en que concluye no convencen por completo, aunque hay que reconocerle su riesgo al introducir variaciones en el tono amable que predomina. Puede que el resultado final ni muy sutil ni tan divertido como parecía, o que el protagonismo del propio Silva no sea para todos los gustos, pero de todos modos es muy coherente con la libertad formal y creativa que caracteriza su cine.
Lawrence
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow