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Más dura será la caída

Cine negro. Drama Eddie Willis (Humphrey Bogart), un veterano periodista, es contratado como agente de prensa por Nick Benko (Rod Steiger), un hombre sin escrúpulos, para que consiga hacer popular a Toro Moreno, un gigantesco pero torpe aspirante a boxeador, a quien hacen creer que es un gran campeón a base de amañar sus combates. (FILMAFFINITY)
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Críticas 32
Críticas ordenadas por utilidad
10 de abril de 2006
59 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un veterano periodista deportivo llamado Eddie Willis, eventualmente sin empleo, acepta una propuesta de un amigo suyo, Nick Benko, que domina un grupo de promotores de boxeo, para que actúe como agente de prensa de la operación que piensa montar con un gigante argentino que ha encontrado, llamado Toro Moreno, al que pretende hacer boxear para enriquecerse a su costa.

Película perteneciente al cine negro de finales de los años cincuenta. El argumento de Más dura será la caída aborda un tema poco tratado en el celuloide de aquellos tiempos; el boxeo, un deporte duro y poco gratificante en beneficios y en salud, no tanto para el que lo dirige, como para el que lo practica, o al menos así lo plantea la cinta. Siguiendo la tónica del boxeo, este título no tratara de sumergirse en el deporte en sí, si no más bien en lo que se cuece detrás de él, un negocio muy productivo para los managers que mueven la batuta en este mundo de corrupción y amaños. La estructura narrativa gira entorno al personaje de Bogart, un hombre aparentemente falto de sentimientos, pero que no soportara el trato dado a Toro Moreno, un falso gigante del ring que vera en apenas un combate como su sueño de conseguir el título de los pesos pesados se hace añicos. En este aspecto me gustaría recalcar el espíritu moralizante que desprende la obra, con un final abierto que apela a la justicia en un universo movido únicamente por el dinero.

En lo visual el largometraje resulta bastante convincente. Mark robson se desenvuelve con aparente facilidad tanto en los interiores, con unos planos largos combinados con unos encuadres dirigidos al diálogo en mayor medida, como en los exteriores con unas magníficas vistas urbanas. La fotografía y el montaje, también deben ser resaltados, Burnett Guffey y Jerome Thorns realizan un brillante trabajo; el primero ante la imposibilidad de contraponer el espacio campo ciudad, emplea sabiamente la combinación de interiores y exteriores para lograr el mismo resultado, mientras que el segundo lleva a cabo una fantástica recreación de los combates de boxeo. Esta película supone la última aparición de Humphrey Bogart en el cine, lo que tiñe al film de un aliciente muy importante. A pesar de que no sea su mejor interpretación Boggie capta a la perfección la difícil situación de Wilis. Entre el resto del reparto destaca Mike Lane, quién da vida a Toro Moreno, con una personalidad ingenua y tanto infantil. Las melodías de Hugo Friedhofer, tocadas por instrumentos tanto de viento como de cuerda, acopian un carácter rápido que combina de forma excelente con el tono de la obra.

Obra negra, que guarda su mayor interés en suponer el último trabajo de Humphrey Bogart, acompañado esta vez de una entretenida trama y de una sólida puesta en escena.
Demetrio Rudin
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14 de diciembre de 2007
39 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Humphrey Bogart no llegó a ver el estreno de esta película. Un mes después de acabar el rodaje, Bogart falleció por un cáncer de garganta. Tal vez por esto, "Más dura será la caída" ha pasado a la historia. Pero la última película del mito Humphrey Bogart no necesitaba este duro golpe para hacerse un hueco en la historia. El film es de por sí, una gran obra de la época.


Eddie Willis (Bogart) es un periodista sin empleo que acepta un trabado como agente de prensa que le ofrece Nick Benko (Rod Steiger) un promotor de boxeo. El trabajo consiste en darle fama al gigante boxeador argentino, Toro Moreno, un desconocido que no sabe boxear y con el que piensan enriquecerse.

A pesar del sufrimiento que padecía, Bogart consigue una gran interpretación. Humprhrey Bogart ocultó a todos su enfermedad y trabajó en unas condiciones lamentables, lo que demostró su gran profesionalidad en esos difíciles momentos. No mucho tiempo atrás Bogart llegaba seriamente tocado a algún rodaje junto a su amigo John Huston...

Quien destaca sobre el resto en esta gran película es Rod Steiger. Está inmenso, y sus duelos con Bogart son lo mejor de la película. El personaje de Toro Moreno es simplemente inolvidable, pobre desgraciado.
Sersolo
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15 de octubre de 2010
23 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rodada en los últimos años de la etapa dorada del cine negro, Más dura será la caída (1956) supone el último coletazo vital del icono por excelencia de un género que, como el western, vislumbraba su cénit en el horizonte y, precipitándolo con su fallecimiento un año después del estreno, dejó a La Meca del cine huérfana de su gran mito.

A pesar de lo que en un principio pudiera parecer, no resulta novedoso encontrarnos una película "negra" con una trama ambientada en el mundo del boxeo pues, el mismo director, Mark Robson, se introdujo en el género sumando la misma temática pugilística con la historia de otro juguete manipulado por las mafias, esta vez interpretado por Kirk Douglas en El ídolo de barro (1949).

Sin embargo, más que falta de originalidad, podríamos decir que se trata de una vuelta de tuerca cuyo resultado es una denuncia abierta que, si la ubicamos en el subgénero de "películas de boxeo", podríamos decir que rechaza ser una película de acción sin más, o una película de boxeo en la que se vanagloria de los mitos de un deporte en el que abundan más, si cabe, las miserias humanas. Esta denuncia, ataca directamente a la raíz del problema, las mafias que controlan el deporte y lo tienen convertido en un circo (excelente la alegoría de la caravana de Toro Moreno, el triste púgil manipulado, acompañada por una música de lo más circense), asegurando que el boxeo, la eterna lucha interpares ha perdido su esencia, sus valores, pasando a ser un mero negocio, fábrica de Hércules de plastilina de usar y tirar que no interesan a nadie, en la que los managers, entrenadores u ojeadores, a través de la farsa y el amaño, elevan al olimpo o empujan al infierno al boxeador en función de lo abultado que quede su bolsillo.

Además, se agradece la presencia en la película de héroes de este deporte como Max Baer o J.J. Walcott, lo cual dice mucho de la veracidad de la historia y, encima, ambos están fenomenal. Desde luego, Bogart no pudo decir adiós de mejor manera.
Malemute Kid
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23 de septiembre de 2008
17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al año siguiente de este rodaje, H. Bogart se fue del planeta, víctima de un cáncer de pulmón a causa de su compulsiva manera de fumar y amar el cigarrillo: humo cancerígeno que le acompañó en todas las películas junto a su rictus labial y su manera atropellada de hablar y su forma irónica de decir.

Aquí compone con maestría a un cínico periodista metido a fondo en el negocio más sucio de todos los sucios negocios: boxeo e ingenua víctima hispana en un mundo de lobos hechos a la corrupción como anillo al dedo.

La novela en que se basa está basada en hechos reales mucho más descarnados que los que aparecen en la película, incluido su final, pero sin embargo, el trío Bogart-Steiger-Robson funciona a la perfección, como un reloj, con golpes directos a la mandíbula y ricas delicadezas, exquisitas elipsis.

No llega a ser una obra maestra, entre otras razones, por el ridículo fondo musical mexicano que le ponen al fortachón de la Pampa argentina, pero es una gozada con diálogos realmente excelentes.
horacio
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29 de octubre de 2012
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Coherencia. Sí, porque este lema que proclamaba Boogie para su profesión lo llevó a la práctica hasta las últimas consecuencias. En efecto, cuando ya se encontraba gravemente enfermo, nos entregó esta última gran interpretación, terminando la filmación meses antes de morir sin llegar a ver su estreno. Esta película, sin ser una obra maestra, tiene la particularidad de que es imposible que te deje indiferente. Se trata de una pintura cruda de la corrupción que muchas veces envolvió al boxeo. Habiéndola visto en TV hace más de treinta años, vuelvo a verla y quedo nuevamente con la misma sensación: Mark Robson logró un contrapunto formidable entre dos grandes actores como lo fueron Bogart y Steiger. La imágen que nos dejó Mike Lane del ingenuo gigante con sentimientos de niño es imborrable. Para mí como argentino, el nombre de "Toro" Moreno me trae grandes reminiscencias del famoso Luis Angel Firpo (el "Toro de las Pampas"), boxeador argentino que sacó del ring con un "tortazo" al campeón mundial de los pesos pesados Jack Dempsey, pero, lamentablemente, le "robaron" el título permitiendo que la gente lo introdujera de nuevo en el cuadrilátero. Volviendo a la película, además de lo ya dicho, destacas su fotografía y el montaje.
HUSTON
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