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Cuando éramos soldados

Bélico. Acción En plena guerra del Vietnam, el coronel Hal Moore (Mel Gibson) y sus soldados (unos 400 hombres) aterrizaron en noviembre de 1965 en una región conocida como "El valle de la muerte". Allí fueron recibidos por más de 2.000 soldados del Vietcong, desencadenándose una de las batallas más feroces de la guerra. (FILMAFFINITY)
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Críticas 70
Críticas ordenadas por utilidad
29 de diciembre de 2008
116 de 169 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya me reí, no me quedaba otra. Recuerdo una escena que le pregunta la hija pequeña de Mel a ver qué es la guerra, y el Mel con cara de "vaya preguntitas me hace mi niña" va y salta una perla, que decía algo así: la guerra se produce cuando la gente mala hace perrerías a la gente buena y tienen que ir los Estados Unidos a salvar a la gente buena y castigar a la mala. Así todo. Impagable la conversación que entabla Gibson cuando está rezando con el otro soldado, que parece un Action Man; o cuando uno de los buenos está con las tripas fuera y salta lo de "me alegro de morir por mi país", en vez de estar cagándose en la puta que lo parió, como haría cualquier ser viviente de este planeta.

La peli es mala, qué le vamos a hacer, porque la vi con mis amigos y nos mofamos como si estuviésemos viendo "Tropic Thunder", y esa parece que no era la intención del director al hacerla. Ni del Mel cuando daba su discursito sobre el honor y el deber. Una patriotada de mucho cuidado. Para reclutar marines y llevarlos a Afganistán, supongo. Eso sí, el que quiera ver tiros, explosiones, sangre, tripas y chinos saltando por los aires, esta película no les va a defraudar.
besgowski
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25 de septiembre de 2008
58 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para aquellas personas que desconocemos lo que se experimenta en mitad de un campo de batalla, con un fusil en las manos, con una ristra de granadas colgada a la cintura, y el sonido de las explosiones que se apoderan de tus oídos como el violín que surge elevándose en una sinfonía, éstas películas bélicas son necesarias para comprender, lo que nuestro abuelo nos contaba que hizo cuando era joven, lo que estudiamos en los libros de historia, a los que solemos dar un interés nimio.
Entendiendo que no todos los realizadores de susodichos filmes lo han vivido en sus carnes, el talento consistirá en recreárnoslo de manera tan fiel, que nos dé miedo solo el hecho de pensar que somos uno de esos soldados.

Oliver Stone reflejó sus vivencias reales en el guión y la cámara de "Platoon"; Terrence Malick dejó a mas de uno petrificado con "La delgada línea roja", al darnos una visión tan cercana y a la vez tan terrorífica de la desolación y desesperación de un hombre sabedor de que no volverá a casa; Spielberg consiguió en "Salvar al soldado Ryan" crear, aunque sea discutible, la escena de acción mas espectacular y creíble (no digitalizada) que se haya rodado en éste planeta, con el desembarco de Normandía.
Y el genio Stanley Kubrick plasmando su talento en “Senderos de gloria” y “La chaqueta metálica” (no hay que profundizar mas).

Con “We were soldiers” también desarrollé un sentimiento, pero está vez fue de dudosa trascendencia: la familiaridad. Ese comúnmente llamado “Déjà vu que produce una extraña sensación de haberlo visto antes.
Las memorias de aquellos hombres, las botas pesadas saturadas de barro, el lamento por el compañero perdido, el pulso nervioso y torpe al disparar el arma…….son imágenes que te describen el horror que significa estar allí, y que ésta película no me ha transmitido.
Al contrario: por el guión discurren momentos de diálogos patrioteros, que incitan a creer que la guerra sirve para algo, que demuestran que los americanos tienen un par, y bien puestos, que no se amedrentan quitando la vida a otros seres humanos…..
La escritura, que corrió a cuenta de Randall Wallace, tiene instantes de verdadera pornografía. También hay que recordar que la contribución mas aceptable del señor Wallace a la industria ha sido realizar el guión de “Braveheart”.

Las interpretaciones secundarias (Kinnear, Pepper) resultan mas interesantes que las primarias, que desprenden chulería, mucho honor y compromiso, pero nada lejos del puro espectáculo. Incluso Madeleine Stown vuelve a estar infrautilizada, como ya ocurrió en “La hija del general”.

Si me preguntan por cine bélico, por mi cabeza pasarán muchos títulos. Muchos, antes que éste.
Weis
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7 de octubre de 2007
40 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
El planteamiento de lo que es la parte bélica de la película me parece realmente bueno, en el sentido de que logra de un modo muy eficaz que el espectador entienda la situación y el desarrollo de la batalla.

Si la película se hubiera restringido a este planteamiento, podría haber llegado a ser una gran película en el género bélico. Sin embargo, esa (al parecer) inevitable tendencia maniquea de Mel Gibson de definir siempre que "ellos" son los buenos, con esas tiernas escenas familiares y de expresión del sentido del deber, me hacen sentir pena por lo que pudo haber sido una película memorable.
antisierjo
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22 de febrero de 2014
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es un sentimiento afín a personas que ideológicamente aborrecen el liberalismo, que suelen repudiar el capitalismo como sistema político, por su “degradación moral” en el empeño de crecer económicamente. Pero que suelen caer en la tentación del “pecado” al más mínimo atisbo de adquirir opulencia y notoriedad, siendo seducidos por el vil metal. Sólo hay que ver a estos personajes del cine español, que tras presumir aquí del antiamericanismo de salón y moqueta, pierden el trasero mendigando fama y honores en el país del dólar, a la primera oportunidad que se les presenta. Sentimiento hipócrita que se generaliza en la sociedad, y en muchos espectadores, que califican a cualquier film bélico como patriotero y maniqueo, sino pone a parir enseguida al “tío Sam”.

El antiamericanismo obtuso no sólo nubla la capacidad de análisis (como es el caso de este film, calificado de patriotero e imperialista por muchos), también confunde y trastoca el sentido moral. Ser anti algo, implica abrigar hacia ese algo un sentimiento de repulsa o de hostilidad automáticas y por lo común poco razonadas. Esta producción bélica de Mel Gibson encierra algunas gratas sorpresas. Su visión del conflicto vietnamita es, como mínimo, peculiar. El film se sitúa en un punto medio pocas veces explorado por el cine de Hollywood relacionado con aquella guerra. No es ni una apología, al estilo “Boinas verdes”, ni un descenso a los infiernos, como “Apocalypse now” y “El cazador”, ni una crítica de corte humanista, tipo “El regreso”, ni un relato sobre la demencia, como las tres que ha dedicado Oliver Stone al conflicto.

El film, producido e interpretado por Gibson y escrito y dirigido por Randall Wallace, quien le firmó el guión de “Braveheart”, se centra exclusivamente en una batalla, que tuvo lugar los días 14 y 15 de Noviembre de 1965, que significó el primer enfrentamiento entre soldados norteamericanos y tropas de Vietnam del Norte. Saldándose con victoria de las tropas americanas que lograron desalojar de sus posiciones a los comunistas, pero como todos sabemos, lo que siguió después no tuvo nada de victorioso para las tropas de Washington.

Los puntos peculiares del film serían: 1º, en ningún momento se escucha la guitarra de Jimmy Hendrix, ni la música de The Doors, habituales en films sobre Vietnam y recurso fácil para todo cineasta, y sorpresa, ningún soldado suelta frases del tipo “cerdo comunista”. 2º, las escenas de retaguardia, centrada en la paciente espera de las esposas de los soldados enviados al frente, contienen las mejores ideas del film, la angustia de las mujeres al ver aparecer un taxi cerca de casa, el gobierno convirtió a los taxistas en algo así como el correo de la muerte, y su sola presencia provoca en el barrio la desazón muy bien descrita en la pantalla por esos fatídicos telegramas de Western Union. 3º, y más importante, el cineasta obvia cualquier noción de triunfalismo, despoja las secuencias de combate de toda épica y heroísmo, se trata de algo más sencillo, la lucha por la supervivencia, otorga entidad y respeto por los vietnamitas, como ejemplo: las reflexiones del comandante, el diario íntimo del soldado comunista que acaba en las manos de Gibson. En mi opinión, una película digna, humana y realista, espléndidamente filmada con escenas duras y sangrientas que reflejan la crueldad de la guerra.
Antonio Morales
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14 de noviembre de 2011
21 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Auténtico cine bélico, descarnada y cruda revisión de la Guerra de Vietnam en donde al principio puede que la película pueda parecer un tostón, una película mala; nada más lejos de la realidad.
Los diálogos dejan entrever a sus personajes, los actores son los apropiados (magnífico Mel Gibson como en el es habitual) y el doblaje está muy conseguido sobretodo el de Sam Elliott al que dobla magistralmente con su voz grave y rotunda un Constantino Romero que como siempre lo borda.
Centrandonos más en la trama se agradece esta película la mejor belica junto con" Salvar al Soldado Ryan ". Las escenas de combates son una pasada no tienen descanso una tras otra sin parar pero con un realismo bestial en todo, muerte a raudales, sangre, acción sin cesar, pero todo con orden bien hecho, crudo como la guerra misma, donde muchos van y nunca regresan.
El reparto femenino por supuesto es conmovedor sobretodo con el rol que le toca a Madeleine Stowe, con escenas francamente conmovedoras y tristes pero muy fieles a la realidad.
Randall Wallace dirige esta película dejandonos ver su buen hacer y su correctísimo manejo de las cámaras en donde incluye planos acertados en una película dura, bastante dura.

Cine infravalorado, un auténtico peliculón, no una fantasmada ni una película deleznable como dicen muchos. Me parece una película maltratada y que no se merece su nota tan baja, personalmente me ha encantado me ha parecido soberbia, de lo mejorcito de Mel Gibson y de lo mejorcito del cine bélico.
Y es que esta tambien magnífica porque los vietnamitas son tratados con respeto.

La recomiendo encarecidamente no sólo a los buenos amantes del cine bélico, sino también al cine en general que como en este caso deja ver que a veces las cosas no son lo que aparentan en esta infravaloradísima cinta.

Un film impresionante (siempre bajo mi humilde opinión claro está).

Un saludo y disfruten del cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Mario 92
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