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Hoosiers: Más que ídolos

Drama Año 1951. Después de un accidentado pasado, Norman Dale es contratado para entrenar a un equipo de baloncesto de Indiana. A pesar del rechazo que sufre por parte de jugadores y vecinos, Dale, que es un hombre lleno de energía y de una pasión inquebrantable por el juego, no se rinde. Pero ganarse al equipo es sólo la mitad de la batalla en un mundo en el que los equipos débiles pueden acabar jugando contra rivales de primera, pero un ... [+]
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Críticas 29
Críticas ordenadas por utilidad
18 de marzo de 2006
65 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
A la hora de abordar una crítica de Hoosiers prima mi amor por este deporte sobre mi pasión por el celuloide. Hoosiers es ante todo una película de baloncesto; me atrevería a decir la única que realmente versa sobre este deporte, pues en títulos posteriores el basket no es más que el "Mcguffin", hablando en términos hitchcockianos, para narrar una historia. En Hoosiers el baloncesto soslaya otros discursos; es la fuerza vinculadora de la historia, no un mero telón de fondo para abordar otras lides. Es el baloncesto el que aporta hondura y decoro al carácter de Gene Hackman, el que sustenta el devenir de su vida; es el baloncesto el elemento a partir del cual se describen las historias de todo un grupo humano en un pequeño pueblo de Indiana (para quienes no lo sepan, uno de los estados norteaméricanos con mayor tradición e idiosincrasia baloncestística), un grupo de personas cuyos caminos se encuentran en un vértice espacio-tiempo, a través de su amor por un deporte.
Tras el encuentro, Hoosiers adquiere connotaciones épicas. El equipo de un pequeño pueblo de Indiana que sólo cuenta con 7 jugadores protagoniza un bello periplo deportivo que lo conducirá a las más altas cotas. Sin embargo la hazaña deportiva se enfoca desde el prisma de lo humano, convirtiéndose el relato en un elogio a los valores que rodean a este deporte; el amor por el baloncesto guía a Hackman y sus chicos, quienes a través del esfuerzo, el sacrificio, el conocimiento, la voluntad y algo de fortuna como no, llegan a convertirse en algo más que ídolos.
Quien realmente conozca en profundidad este deporte, reconocerá a Hoosiers como una gran película de baloncesto...Quién lo probó lo sabe.
Evaristo
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4 de abril de 2009
18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un forastero de pasado tormentoso llega a un bucólico pueblecito donde todo transcurre plácidamente; más por la estructura invisible de las normas no escritas que por tratarse de una arcadia feliz. Una chica aparentemente hostil, un borracho incorregible por momentos chisposo, el chico enigmático víctima de algún tipo de trauma del pasado, personajes dicharacheros dispuestos al chascarrillo, el aldeano receloso que espolea la descofianza de sus paisanos ante todo con denominación de origen dudosa "más allá del condado". En defininitiva la fórmula de siempre...pero es que la fórmula funciona. Nadie ha tenido que ingeniar innovadores artificios en esto del cine para que los sistemas funcionen y las buenas historias hechas con esmero den sus frutos. Si a esto se le añade una excelente banda sonora y unas interpretaciones correctas el resultado es sencillamente emocionante.
La película tiene unos personajes muy bien perfilados, un ritmo magistral, una música antológica y encima dos o tres escenas memorables, y si además te gusta el baloncesto, poco más se puede pedir.
Mención especial al sonido de la película. Me refiero a esa sabia mezcla de silencios rurales, ecos del gimnasio con el martilleo del balón y música movilizadora que nos hace surcar los mares de cereal mecidos por el viento hasta donde el balón “rasga” cuando sólo toca red: ¡schjrisssch!.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
KENAI
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2 de octubre de 2008
20 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los que hemos jugado al baloncesto muchos años, siempre hemos echado de menos una gran película sobre el tema. Y hay unas cuantas pero ninguna destaca en sobremanera.

Para muchos la mejor es “Hoosiers: más que ídolos”, y aunque tal vez tengan razón, no deja de ser una historia muy americana en el peor sentido del término. Blanda y demasiado moralizante.

Debo comenzar diciendo que en Indiana se respira baloncesto en cada rincón del estado. Allí fue donde se desarrolló dicho deporte, aunque naciera en Massachusetts. Siempre han tenido equipos destacados en todas y cada una de las diferentes competiciones a escala nacional, desde las juveniles pasando por las universitarias (después del mítico UCLA, Indiana siempre tuvo el mejor equipo de baloncesto) hasta los profesionales de la NBA, con ese mítico Indiana Pacers. Son muchos los hoosiers, -apodo con el que se conoce a los lugareños de Indiana- que se han dedicado al baloncesto, entre ellos Larry Bird, Oscar Robertson, Shawn Kemp o el hijo adoptivo Reggie Miller. Vamos que saben de lo que va el asunto.

Era normal que la película tuviera esa circunscripción territorial. Lo que ya no es tan lógico es el desarrollo. Cambiar la mayor parte de la historia verídica para hacerla más atractiva y provocar la admiración no me vale en absoluto. Ganar no tiene más mérito porque se sea más David en vez de Goliat, ganar, es una consecuencia de ser mejor. Y aquel equipo no era ni tan pequeño, ni eran tan pocos ni tampoco ganaron los partidos tan apretados. Pero ya se sabe que esto es cine y como dicen en el periodismo no dejes que la verdad te estropee una buena historia.

La actuación de Gene Hackman, genial, obviamente, aunque su personaje no deja de ser controvertido. En realidad qué cuotas de libertad creativa deja a sus jugadores. Pocas, parece más bien Alexander Gomelsky y sus chicos de la Unión Soviética.

De la dirección se encarga David Anspaugh, uno de esos especialistas en películas deportivas, que las utiliza como modelo de superación personal más que como análisis sociológico como hizo Oliver Stone en su fabulosa “Un domingo cualquiera”

¿Para cuando una película de baloncesto del nivel de otras como existen en el boxeo, el béisbol o el fútbol americano? Seguimos esperando.
vircenguetorix
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16 de junio de 2011
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El género deportivo en el cine no suele destacar por su variedad argumental. Las películas cuyas historias giran alrededor de algún deporte suelen ser alegorías al esfuerzo individual o colectivo en pos de un objetivo inicialmente inalcanzable pero que termina por conquitarse a base de esfuerzo, honestidad y voluntad, a través de un camino lleno de trabas y dificultades.

"Hoosiers", en su linea argumental, no es ni más ni menos que una de esas películas. Igualmente, como les sucede a tantas otras películas deportivas, las escenas donde se desarrolla un partido son muy mejorables en cuanto a veracidad. Y para rematar el doblaje al español contiene unos diálogos delirantemente absurdos para cualquiera que sepa de qué va el baloncesto, especialmente en las instrucciones que dan los entrenadores (Hackman, Hooper) a sus jugadores.

Con todo, pese a su predicibilidad y escasa originalidad, "Hoosiers" no deja de ser una película entretenidísima, muy bien rodada, eficazmente narrada y, sobre todo, poseedora de un elenco actoral en estado de gracia que convierte en mágico un film que fácilmente podía caer en la mediocridad. No hay que olvidar tampoco el trabajo compositivo de Jerry Goldsmith, sacándose de la manga una banda sonora extraordinariamente épica que completa una película que está sin duda entre las mejores de la Historia dentro del género deportivo.

Altamente recomendable para cualquier aficionado al baloncesto.
Ed Lauter
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16 de abril de 2009
12 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy grande. No sé de que año es, pero la verdad es que ya debe de tener unos cuantos... aunque a mi me sigue gustando. Tiene algo a mitad de película que te engancha y no deja separarte del televisor. La música es bastante buena, aunque solo son dos canciones... pero buenas. La moraleja de la peli es tan clara como penosa, y eso es lo que me hace tanta gracia: el equipo no importa, lo que importa es que en él haya alguno que sea bueno y que las enchufe todas, los demás jugadores pueden servir un poco de tapadera. Verdaderamente lamentable, pero en fin serafín.
Racamar
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