La mano invisible

Buena película que refleja a la perfección y con muy buenas actuaciones las relaciones entre personas en el trabajo en las distintas fases que se pueden vivir en este. Desde la ilusión inicial hasta el agotamiento personal y colectivo. La historia es muy dinámica y está contada de una forma original y distinta que la hace atractiva desde el principio. No he leído el libro en la que está basada así que no sé si lo respeta, pero de por sí la película cuenta con un buen argumento, bien hilado y actuaciones notables. Para mí, de nivel superior a la mayoría de producciones españolas que llegan a la gran pantalla.

Crítica social en estado puro centrada en el obsoleto sistema laboral occidental, que a través de una puesta en escena sencilla y directa ofrece una cruda visión de los miedos e inseguridades que los trabajadores sufren hoy en día.

Para ello hace uso de once empleos corrientes y representativos, con los que casi todos podemos sentirnos identificados, usados como atracciones de feria en un espectáculo sin sentido ni explicación aparente para quienes lo sufren en la ficción, pero con un potente mensaje para el espectador real que lo presencia.

Una fábula difícil de asimilar por las incómodas preguntas que plantea y las peliagudas situaciones que muestra, aunque necesaria por estas mismas razones.

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Interesante película de David Macián que nos sumerge en los problemas del sistema laboral occidental por medio de una especie de show donde diversos estratos de la sociedad con sus respectivos roles y trabajos deberán indagar en diversas cuestiones. ¿El trabajo realiza?. ¿Es un medio de vida o es un medio para ganarse la vida?. ¿Trabajar dignifica?. ¿Realmente nos sale rentable vendernos al mejor postor para ser explotados sucesivamente por personas que no valoran ni nuestro esfuerzo ni nuestra entrega?.
Una de las protagonistas dice en una escena que todos los trabajos son importantes, hasta los mas simples. Yo añadiría; hasta los que parecen mas simples.
En la cinta que actúa como critica mordaz se puede ver la ilusión inicial de toda una plantilla y su evolución hacia un descontento y un hastió tanto particular como colectivo.

A mi me da igual en que condiciones trabajar mientras me paguen bien. A ese punto hemos llegado muchos con tal de tener un trabajo, con tal de poder acceder a un puesto que inflame nuestro curriculum y nos haga poder subsistir, pagar facturas , tener llena la nevera, alimentar a nuestros hijos o poder pagarnos los estudios.

En España hay muy pocos trabajos dignos y eso esta cinta lo sabe.


No seria nada raro que cualquier hipster pasado de rosca hiciera una especie de teatro con trabajos como los que se muestran ante la pantalla y que un grupo de descerebrados pagaran por mofarse del esfuerzo y la entrega ajenos.

Pero es que ya hay un montón de descerebrados que lo hacen a diario y su teatro es la vida.



Cualquier trabajo es importante y eso se hace evidente en esta muestra donde todos los puestos de trabajo cuando se abandonan, afectan a los demás y en la que unos no pueden sobrevivir sin los otros por distintos que estos sean y por separados que estén.

Bien por la dirección de la Mano Invisible, David Macián, un director novel con buenos augurios. Esperemos que lo próximo en su currículum sea del mismo nivel o mejor que La Mano Invisible. Tengo un método infalible para clasificar, a lo bestia, qué película es buena, o no lo es, en horario de la siesta. Sencillo pero efectivo por la simple razón de que como en este caso, las hadas del sueño no me han llevado al naranjal de las delicias soporíferas.

La mano Invisible, adaptación de la novela de Isaac Rosa, trata el complicado tema del trabajo en una nave industrial modus show teatral mediático, donde las profesiones más habituales están representadas, así como las relaciones interprofesionales en un ambiente con condiciones laborales cambiantes, una atmósfera de presión con reajustes necesarios o forzosos, traiciones futuribles y otras consecuencias previsibles de la precariedad laboral que muchos trabajador@s padecen, unos con hemorroides y otros a voz alzada. Y aún siendo una cinta previsible, la cadena de acontecimientos te mantiene en vilo.

Discrepo en la pseudodenuncia social que algunos pueden ver en la temática, que la hay, pero ésta se desvanece sobretodo en la parte final, dónde se contradice la dignidad del ser humano para pasar del razonamiento a la violencia de unos espectadores defraudados. Al no verse cumplida su dosis de morbosidad el ensayo crítico, denuncia social, acaba en desastre.

Demasiado sencillo y poca profundidad en el mensaje ambiguo o quasi indefinido, un sinsentido según sea el punto de vista, o, diferente visión según pueda ser el espectador, ya sea un trabajador explotado (recordemos a las kellys limpiando cada día entre 22 y 28 habitaciones de hotel) o un emprendedor que sólo busca beneficios.

Por otra parte, La Mano Invisible, parece entrar de lleno en el riguroso y discutido tema del rendimiento laboral, pero finalmente lo esquiva, no se moja lo suficiente, ni siquiera incide en la humanidad del ser medido paso a paso como meros artefactos sin alma representados en gráficos de rendimiento y rentabilidad. ¿Tú puedes pensar en tu trabajo?...

¿Es la Mano Invisible una oda a la pronta llegada de la era robótica? Quizás sí, o al menos eso creo haber visto yo, dada la incongruencia del tramo final, su violencia y su deshumanizado mensaje de locura. De la dignidad del ser humano hacia su indefensión ya sólo queda el peldaño clave para la supresión de los obstáculos y los derechos laborales esenciales; y es que las máquinas no piensan, no discuten, no pagan impuestos ni seguridad social, no se quejan, no hacen huelga, no mean, no descansan, no tienen niños ni citas previas al médico. Las máquinas, salvo alguna revisión informatizada o cambio de tornillería, la robótica es el cambio "necesario" hacia la obediencia y el mejor rendimiento laboral libre de secuelas, y como no, para la aniquilación programada de ese mundo civilizado hiper poblado que además protesta demasiado. Tiene que ser eso, porque de otra manera no alcanzo a entender un final tan suicida y descabellado.

Nota 6,6

Una gran película, sin duda estará entre las destacadas de este año. Cuidada hasta el último detalle, con una utilización del sonido impactante y un ambiente oscuro y desconcertante como la realidad que refleja. Todos los personajes, con una interpretación muy acertada, reflejan con fuerza el cosmos que se crea en el entorno laboral. Esta película es una denuncia, que invita a reflexionar sobre uno de los temas más importantes de nuestras formas de vida, el sentido del trabajo.