La semilla de la verdad

Sigue el esquema clásico de la novela y el cine negro así que si te gusta el estilo —«El hipnotista», «La chica de los tatuajes que jugaba con los barriles», etc.— por fuerza te va a gustar. Lo que pasa es que es bastante normalita, no aporta nada nuevo, es como cuando ves películas de metraje encontrado y dices, el género se está desgastando. A veces no es que se desgaste sino que es tan del montón que si has visto muchas pues ya aburre.

Un asesinato, un investigador oscuro y una investigación. Con esos ingredientes el director Borys Lankosz crea una película que arranca solo a partir de la segunda parte, y eso es a la hora de película. La primera parte se hace aburridilla porque no hay apenas investigación sino más bien presentación de los personajes.

Si tuviera que comparar esta película con la música sería con el el álbum de Glenn Branca «The Ascension» que lo escuchas y sabes que no es malo pero lo que sí sabes es que es simplemente pasable.