Casi perfecta

Puede funcionar. Quizá tal vez dependa del día en que se vea, o del estado de ánimo con que uno la afronte, pero puede funcionar. Es, ante todo, una película modesta, pero que a la vez posee un reparto bastante bueno. Kristen Wiig, 'Imogene', fracasada en trabajo, amor y familia, cae de rebote y por medio de una condena algo surrealista, en el hogar familiar para estar bajo la supervisión de su madre, una Annette Bening que es de lejos de lo mejor de la película, una jugadora compulsiva y de la que Imogene no guarda buenos recuerdos. Allí también se encontrará con Ralph, su hermano, que posee una empatía con los crustáceos que va más allá de lo normal y con George Bush, un agente secreto que ahora es el novio de su madre, perfectamente encarnado por un Matt Dillon que nos hace regresar a "Algo pasa con Mary".

Pero tras la comedia, "Casi perfecta" esconde un drama bastante sentido, el drama del fracaso subyacente en todos y en cada uno de sus personajes. Las frustraciones se complementan y se conocen, y hasta los personajes secundarios van mostrándonos sus carencias en sus mundos de triunfadores. Hay momentos en que la trama decae, y es quizá al comienzo cuando más le cuesta arrancar debido a ese carácter de la protagonista más artificial y más falso que más tarde se borrará del todo.

Decididamente, puede funcionar. Así que ni caso a las críticas que se nos muestran de los críticos norteamericanos.

Kristen Wiig vuelve a la gran pantalla repitiendo modelo y prototipo de personaje ya usado en su venerable y explotado "La boda de mi mejor amiga"; y por un lado es comprensible pues la fórmula funcionó en su momento y las perspectivas de repetición eran buenas -su confianza era tal que ella misma participa de la producción de esta película-. Sólo que en esta ocasión no dejas de tener la sensación de que no llega a rodar como debería, que "no está mal pero..., le falta algo" para completar el entusiasmo y la diversión esperada. Bien rodeada por una brillante Annette Bening y un desvergonzado Matt Dillon, todo el conjunto parece conformarse con transitar levemente por aguas tranquilas sin adentrarse en profundo aguacero, sin obtener nada realmente respetable más que unas buenas intenciones nunca suficientes; con un fondo dramático envuelto en comedia patética y triste, el papel de fracasada, golpeada por una injusta vida que remonta el vuelo no parece hacer incapié todo lo que debería -no conmueve ni enternece ni produce carcajada alguna más que una sutil medio sonrisa, y gracias!!!- exhibiendo únicamente una leve satisfacción, ligera simpatía que no cumple las expectativas creadas por el propio trailer. No tendrías la sensación de medio-descontento, medio-complacido -si inclina más hacia la primera- si el guión hubiera tenido esperanzas de alcanzar cuotas mejores que una buena voluntad no sistematizada. Una sencillez y pobreza por parte de los guionistas que arrastra y perjudica a todo el reparto; y lo peor, a ti!!!

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¿Una película surrealista?, quizás, pero en todo ese surrealismo reside una historia, donde cada personaje aporta su buena interpretación, llegando a convertirse en una gran comedia que hace reír, ésto último y desde un punto personal, no es nada fácil.

Para quien tenga sentido de humor y necesite descargar la adrenalina a carcajadas, recomendada.

La película va sobre una treintañera pasando la crisis de la mediana edad, lo que al final la lleva al hogar materno. A partir de ahí, la película pasa al subgénero “familia más estrafalaria imposible en la América profunda”: madre ludópata con un novio supuestamente farsante del FBI y un hermano obsesionado con los crustáceos e inventor de un caparazón para humanos...
Pasa con destreza de la comedia dramática a la satírica, después a la romántica, al drama y finalmente al desenlace de thriller con un complemento (y esto es lo único que chirría) de reivindicación familiar a ultranza tan cara al cine yanqui.
Palomitera y poco más.

Es muy desigual en tanto al ritmo narrativo, y lo que parece ser el hilo central de la trama se desorienta hacia uno secundario que parece más atractivo, si cabe que el que origina la película. Quizás este sea el punto más débil de la cinta, puesto que hace que nos desentendamos del desenlace primario. A esto no ayudan los actores de reparto, que son bastante flojos (toda la amalgama de amigos pijos malos malosos, que te da a entender que lo peor está en la gran ciudad) y que están ahí para aprovechar el tirón de la estrella que es Kristen Wiig, la cual sale decente, pero no hace toda la gracia que cabía esperar, situándose en una actuación que no es drama ni comedia, pero que siempre busca dar pena. Por otro lado están los papeles de Annnette Bening, haciendo de madre chabacana de la anterior y que es la mejor del cast, sin lugar a dudas, más que nada porque no me la imagino tan burda; y el novio de ella, que es un Matt Dillon fardón y estrambótico.
En pocas palabras, es un guión que buscaba ser especial dentro del cine independiente, pero que se queda a medias. Para todos los que dicen que el cine independiente es el mejor, este es un ejemplo de que tienen joyas negativas y simplonas.