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Yo anduve con un zombie

Terror Vudú, zombies y magia negra se combinan en una isla misteriosa en este clásico de terror de serie B dirigido por Jacques Tourneur ("La mujer pantera"). Una producción de Val Lewton para uno de los títulos míticos del género. (FILMAFFINITY)
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Críticas 43
Críticas ordenadas por utilidad
30 de julio de 2007
71 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucho se ha escrito sobre las legendarias producciones del mítico Val Lewton y en particular de las que dirigió ese maestro que fue Jacques Tourneur. Resaltar que ante la escasez de medios materiales el talento suplía cualquier carencia resulta ya un tópico, del que esta película es un muy buen ejemplo.
La sugerencia frente a la evidencia se convierte en un elemento de estilo, creando una atmósfera onírica y fantasmagórica que si bien no alcanza las cotas de maestría de "La mujer pantera" si llega a unos límites sobresalientes que convierten la historia en verosimil y la dotan de una magia especial y un carisma único que la eleva a la categoría de mítica dentro del cine de terror de los años 40.
Una prueba palpable de como puede funcionar el sentido del horror apoyado en el lenguaje cinematográfico, sin grandes alardes técnicos, solamente sabiendo tocar en la mente del espectador esos resortes subconscientes capaces de atemorizarle no necesitando recurrir a trucos baratos o grandes efectos. Una buena historia, unos actores adecuados, una producción escasa pero impecable,una excelente fotografía y un maestro dirigiendolo todo son más que suficientes. Tan sencilla combinación sigue funcionando a la perfección más de 60 años después.
Cuando parece que en cine de terror ya se ha visto de todo, echar un vistazo a películas como esta nos demuestra como la excepcionalidad en el género hace ya muchos años que se alcanzó y que el nivel en los años posteriores, salvo contadas excepciones siempre ha estado por debajo.
kepamk
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22 de noviembre de 2009
48 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tristeza, no tiene fin... que cantaba Jobim. Una mirada melancólica a los muertos enterrados en vida, a todas aquellas personas aquejadas de extraños e irremediables males. Una historia imbuida en una neblina oscura y tétrica, salpicada con misticismo aborígen en las maravillosas antillas holandesas. Portentosa fotografía marca de la casa Lewton e interpretaciones intimistas, lejos de estridencias y muecas imbéciles con los que posteriores directores identificarían a los zombies, destrozando la esencia del género para siempre.

Una enfermera de blanco nuclear es enviada al paraíso perdido de una isla de esclavos, donde tiempo ha una fiebre tropical transformó a una bella mujer en un organismo inerte. Ni el vudú ni los cuidados de la gentil servidumbre sirven para revertir su estado catatónico. Para ello, la enfermera tratará de llegar a la raíz del problema, descubriendo la miseria familiar: la agresividad del marido, el alcoholismo del hermano y el influjo de sus antepasados. El final posee fotogramas de una fuerza impresionante, y es un guiño al lugar del que todos provenimos.

Película pionera en sugerir la eutanasia como derecho a decidir si la vida, en condiciones infrahumanas, merece ser vivida o no. Serie B que da mil vueltas a muchas Series A.
tantra
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24 de diciembre de 2006
40 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sinopsis: "Una joven enfermera es contratada para viajar a una isla del Caribe, donde deberá cuidar a la esposa de un rico terrateniente que está aquejada de un misterioso e inexplicable mal."

Era ya adulto la primera vez que la vi, y automáticamente se convirtió en una de las películas favoritas de mi infancia.
En el terror siempre me ha gustado la seriedad y la elegancia, y de ambas cosas esta película tiene para dar y... ¿tomar? No, tomar no le hace falta. Sus juegos de luces y sombras (más propios del cine negro que de terror, sobre todo en el uso de las persianas), sus actores y sus personajes (nada tienen que ver Carrefour y la Señora Holland con el patético concepto de muerto viviente que difundieron George A. Romero y otros), su cuidado guión y muchas otras cosas, hacen de éste un pequeño clásico del género.

Pasarán a la historia los rituales y las escenas nocturnas en los campos de cultivo.

¡Y además es cortita!
jastarloa
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28 de octubre de 2008
37 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi esta película con muchas ganas, pues siento debilidad por las pelis en blanco y negro ambientadas en poblados tropicales subdesarrollados (tipo la noche de la Iguana, ¿alguien conoce alguna más con esa atmosfera?), especialmente cuando todo transcurre en noches sofocantes y la gente se emborracha en sus porches mirando la frondosa vegetación y sudando como cerdos. Y la peli empieza muy bien, la historia es muy interesante y con cierta profundidad, consiguiendo que no te percates de la falta de presupuesto. Además, los dos hermanos mantienen siempre el misterio sobre sus personalidades, no sabes cómo son realmente lo que da pie a una posible evolución de caracteres; Sin embargo, muchos cabos se abren y, a mi juicio, ninguno se cierra, eso sí, sin dejar de mantener la curiosidad hasta el final, pero quedando la historia de amor como un pastruz mal grapado. Resumiendo: una ambientación fantástica y unos personajes con muchas posibilidades, pero un guión poco cuidadoso que le impide llegar al siete.

Mención aparte merecen la tribu de negros que viven allí, el cantente callejero; CARRE FOUR, un zombie con un desgraciado nombre...Todos fantásticos. Y, finalmente, algunas escenas memorables que vale la pena disfrutar, especialmente los rituales con batucada, chamán bailongo y vudú incluidos. La primera escena también es bella pero creo que no tiene sentido ¿con quién habla? Lo bueno es el cielo.
Bogey_encadenado
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10 de junio de 2010
20 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tomemos dos terceras partes de Jane Eyre con su fantasma en la torre, la mezclamos con una de Rebeca sin Manderley y con cuba libre; le ponemos un chorro generoso de isla exótica, caliente y salvaje, con sus nativos folclóricos y sus rituales candomberos; una señora en camisón escapada de un cuadro prerrafaelista (siento la pedantería: es lo que hay); un galán tirillas que parece un subinspector de hacienda y unos toques, más que considerables, de muñeca vudú, muertos vivientes, un negrito que se llama Carrefur y una gallina... y te sale esta película. Y el caso es que no es un "frikada" (bueno, un poco sí, pero genial), ni una horterada pseudograciosa, que llamaríamos "Melodramy Movie"... ¡Qué va! Lo mejor de todo es que, con esos elementos surrealistas han hecho una película tan entretenida, original, curiosa, creativa y lúcida, como un cuadro naif. Que lo miras y te parece simple y fácil, pero que está ensamblado con tanta gracia y encanto que, cuánto más lo miras, más te sorprende y te gusta. Tourneur es así: cada película suya es una mezcla de todos los estilos posibles y te mezcla, como aquí, una pasión borrascosa victoriana con una historia romántica de las del sur de Carolina, en pleno Caribe. Y pone todo ese tinglado debajo de una luz fría, rara, de otro planeta, por donde circulan mujeres de hielo, panteras o zombies, siempre bellísimas aunque estén un poco muertecitas o fatal del ala... Y tú vas y te lo crees todo. Y sin esfuerzo, como si no estuviera haciendo puro arte. Del bueno y del nuevo...
paki
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