The Romantics

Son lo que en los años noventa se denominaban JASP: jóvenes aunque sobradamente preparados. Felices porque no serlo en su situación sería de idiotas, taciturnos porque saben demasiado - o bien han leído demasiado - pero sin caer en la depresión, románticos porque creían creer en el amor y las cosas importantes de la vida y finalmente conservadores, porque atisban que fuera de sus maravillosas acolchadas vidas hace mucho frío, un frío polar. Digamos que por todo ello lo que pretende ser drama resulta chorrada: amores no correspondidos? Sigue adelante. Vida insatisfactoria? Haz por variarla, que apenas tenéis ventimuchos y sin prole...es tan poco creíble que partiendo de una mentalidad abierta en lo afectivo, acaben cayendo en los clichés que aborrecen desde sus lecturas de Keats, Whitman y Dickinson.
Está bien filmada, con unos parajes de Nueva Inglaterra preciosos, concretamente la casa con lago donde se va a celebrar la boda de dos de la chupi pandilla. Las interpretaciones son correctas y son unos actores de una generación que no ha acabado de explotar como parecía. Aunque me quedo con la serena madurez de la señora Bergen en el papel de madre atacada de los nervios.
El género de reencuentro de amigos tras años separados tiene mucho mejores exponentes, y el mayor problema que les veo a éstos muchachitos de Harvard o similar es que han vivido demasiado poco como para hacer balance de nada.
El cuadro finalmente es naïf, la nota es certera: 4,25.

Si te gustan esas películas de saga: LA NOVIA DE LA CUÑADA DE MI HERMANA. EL PADRE DEL NOVIO DE MI PRIMO. LA MADRE DE LA NOVIA DE... Si disfrutas con ese tipo de películas, tal vez te guste. Yo la encuentro tan fascinante como ver en televisión a Belén Esteban diciendo "ME ARRASCO" Mientras gira su deliciosa mirada hacia la cámara.
Le he puesto un dos como valoración por un par de diálogos y alguna escenita bien trabajada, pero ahora que lo pienso creo que he sido muy generoso.

Siete amigos de la universidad se reúnen para hablar de los divino y lo humano sobre las cosas que ocurren de la vida, aunque sin nostalgia ni distanciamiento crítico. Un remedo de aquella cinta “The Big Chill”, de Lawrence kasdan, que se atrevía a ser más poética y un verdadero reencuentro sin temores.

“The romantics” tiene un arranque interesante y seductor, pero en la medida que avanza la historia, algunos personajes parecen quedarse en el camino de sus evocaciones, dicho de otra forma algunos no saben porque están ahí, en un punto de encuentro sobre “verdades” personales y por supuesto emotivas y más desobedientes.

Historia pues que pudo haber dado mucho más, cuya lección no es nada fácil: eludir un poco la momificación en la puesta escena, cuando de revelaciones se trata..

No sé porque la ha maltratado tanto la crítica… Puede que no sea la mejor película del año, pero la película es buena....
A mi Casi no me gustan los Drama porque suelen ser aburrido y lentos está a pensar de The Romantics es lenta no es aburrida ya que esa lentitud nos regala unas muy buenas escenas.
Me la vi en la noche tarde y no me dormir. Yo creo que con eso se hacen una idea.
Yo me imagine que me iba a aburrir, pero me lleve una grata sorpresa... las actuaciones de Holmes Paquin y Duhamel me parecieron excelentes.

Reparto de cierto brillo (aunque mirado en detalle, lo que hay es acumulación de clase media adornado con algún elemento de clase media-alta) para una comedia romántica de muchos enredos y un poco de dramita que, al final, resulta ser pura vainilla, un sabor neutro que ni te deja alegre, ni te deja triste, ni te aburre ni te entretiene. Simplificando mucho, “The romantics” vendría a ser el video de preboda de unos chavales adinerados y caucásicos (sobre eso hablaremos más adelante) que hacía tiempo que no se veían y se reúnen en un casoplón en la playa para preparar en enlace. La película se tira noventa minutos alardeando de lo bonita que es la casa y lo guapos, ricos y jóvenes que son todos mientras aprovechan para ponerse al día: «tienes la misma chispa de siempre, jodío», «estás estupendo, rey», «¿Cómo te va la vida?» y esas cosas. El picante lo ponen los típicos líos del pasado entre unos y otros que salen convenientemente a la luz ahora y amenaza con poner en peligro la ceremonia y, lo que es peor, estropear idílicas amistades.

La factura es bonita, aunque cualquier fotógrafo de bodas profesional te hace hoy en día cosas parecidas con un dron y una steady-cam. Al final, el auténtico protagonista es el entorno, la playa y la mansión en los Hamptons (o donde sea), más que un reparto desaprovechado en una historia sin chispa con gags mal preparados y unos diálogos anti climáticos. Quiere hacer un humor tan inteligente y una narrativa tan elaborada que se pasa de elegante y nos hace asistir a la boda de una manera distante, como curiosos mirando desde la valla, no como invitados. Pasable, sin más, como entretenimiento de sobremesa un día de lluvia.

Termino con una noticia de esta semana. Resulta que la cocreadora de “Friends” ha donado cuatro millones de dólares al avergonzarse por la falta de diversidad en la serie. No he pinchado en el enlace porque me da un poco de vergüenza ajena pero me queda la duda de a quién se lo ha donado. ¿Tengo que registrarme como afectado por la falta de diversidad de “Friends” para trincar algo? El caso es que la noticia me ha hecho valorar “The Romantics” como el exponente de que hubo una época no hace mucho (la película es de 2010) en que el que una producción tenía toda la libertad del mundo para llevar sus ideas de la manera que creyese más conveniente sin más restricciones que su propia creatividad o sus convicciones. En este caso, la historia va de seis, ocho o diez amigos blancos porque es en lo que estaban pensando sus creadores por las razones que ellos entendieron y, como se jugaban su dinero, hicieron libremente lo que consideraron. Y refleja una situación que es perfectamente lógica y posible: en ningún momento dicen que no aceptarían a negros o chinos como amigos, simplemente la vida no les llevó por ahí y no significa que hagan de menos a otras razas, religiones o identidades sexuales. En mi círculo de amistades éramos blancos y españoles, porque es por donde nos había llevado la vida, hasta que uno se casó con una chica de Perú que se integró sin más. ¿Tenemos que avergonzarnos? ¿Dar dinero a alguien? ¿Divorciarnos y casarnos con gente de otras razas? ¿de otras estaturas? “The Romantics” no habría sido posible hoy en día porque no habría pasado los análisis y revisiones de diversidad, así que agradezcamos que exista aunque sea un poco flojilla.