Demonios

Recuerdo con especial cariño esta película. Un sábado hace muchos años, creo que en el estreno local de Superman IV, en el cine desparecido de mi barrio (de esos enormes con dos plantas con sesión continua y con tiques azules sin numerar) nos pusieron el trailer de "Demons". Decir que el cine estaba repleto de mocosos como yo y nos dejó bastantes marcados ver el argumento terrorífico (para aquella época) de esta cinta. La acción sucedía en un cine donde quedaban encerrados los protagonistas con gente del público que se convertía en demonios.

Aunque durante una semana estuvimos barajando la posibilidad de asistir a ver la película finalmente nos cagamos de miedo pero la alquilamos en VHS para pasar un rato aterrador. ¡Lo consiguió!

Hace unos meses volví a verla y me partí de risa continuamente sobre todo con los cartones de huevos colocados en los ojos para conseguir el efecto de ojos brillantes en la oscuridad. También con una tipa de color convertida en demonio andando como Chiquito de la Calzada. En fin, entretenimiento, recuerdos y diversión en estado puro.
Una de las películas de terror italiano más destacadas de los ochenta y que me parece más interesante que las realizadas por el sobre valorado Dario Argento (aunque fuera una de los guionistas y productor de esta cinta). Argento hacía cine "serio" de terror que ahora ha quedado desfasado y me parece ridículo, "Demons" al menos es pura carne de parodia.

La segunda parte, también dirigida por Lamberto Bava, cuya acción transcurre en un rascacielos también es divertidísima. Contiene una secuencia memorable en unas escaleras, donde tras una explosión un demonio hembra tarda diez segundos en tirarse al suelo como ya hicieron el resto de compañeros de reparto demoníaco. ¡Ed Wood no lo hubiese rodado mejor!

Pese al título, Demons no es más que una peli de zombis, todo lo esteticista y desquiciada que se quiera, eso sí. Lamberto Bava hace una cosa muy inteligente, y es utilizar una platea cinematográfica (de fachada similar al edficio de Inferno) como escenario en el que desarrollar la narración, aprovechando la oportunidad de jugar con dos tipos de ficción: la que observan los personajes en la gran pantalla y la que contemplamos nosotros desde el sofá de casa (doble ficción, pues), en un estilo metacinematográfico que ya explotaron cintas como The Tingler, Angustia o Matinee.

Más allá de esta curiosa premisa argumental sólo queda una simpática y muy ochentera película de terror, en una línea cachonda y desnortada muy influenciada por el dinamismo de Posesión infernal (la velocidad de la cámara y los efectos especiales así lo atestiguan), estrenada sólo tres años antes, aunque los guiños cinéfilos pretendan ser más cultos (Alien en el pasaje del circuito de ventilación o el mini-demonio saliendo de la espalda de una tipa cualquiera). Lo importante es que toda la peli es un no parar de vísceras y diversión, con una fauna de lo más variopinta, acción burra, sacrificios y heroísmo del malo (o sea, del bueno).

¿Y la estética? Como mezclar el primer cine de Raimi con el de Argento (guionista y productor de la cinta) y papi Bava (Mario). Puede que los años no la hayan tratado muy bien, pero sigue siendo un divertimento dignísimo con final abierto a secuelas (creo que dos: no he visto ninguna), en un estilo de cine post-apocalíptico que también está muy bien. Eso sí: no le busquéis mucho sentido y perdonadle el (injustificado) susto final. Todo un clásico menor, en definitva.

Lo mejor: su dinamismo.
Lo peor: el susto final.

Esta película la vi cuando era una adolescente y se quedó grabada a fuego en mi memoria.
Reconozco que la primera vez que la vi me dio miedo pero cuando conseguí una copia gastada en vhs pensé que era divertida.

La película es muy mala pero tiene un punto "demoni-camp" que la hace adorable. La trama es interesante: un grupo de personajes peculiares se dan cita en un cine para ver una película de la que no han oído hablar, realidad y ficción empiezan a mezclarse y las risas y el terror, aderezadas por apoteósica música heavy, se convierten en un espectáculo desternillante pero hipnótico.

Es una película para no tomarsela en serio. Buena si te gustan las películas de zombis y la hemoglobina de bote, disfrutar con entretenimiento alocado durante hora y media y el toque Argento.

En Italia fue todo un fenómeno y se rodaron varias secuelas. "Demoni 2" también está bastante bien.

No negaré que me ha costado Dios y ayuda no catearla. Pero si no lo he hecho es porque -lo admito- suelo ser enormemente condescendiente con las películas de terror de los 80. Con aquellas películas cutres y casposillas hechas con cuatro duros que, más que aterrorizarnos, conseguían -sin lugar a dudas- entretenernos un buen rato a costa de buenas raciones de sangre, vísceras y musiquilla electrónica a todo volumen.

Quizás a día de hoy pueda parecer mucho más mala de lo que ya nos pareció por aquellos entonces, de acuerdo, pero si uno ya tiene cierta edad y siente cierta simpatía por los Raimi, Fulci, Argento y cía. lo más probable es que -como yo- acabe salvándola. Aunque sea por los pelos.

Esto viene a ser un preludio de Resident Evil. Sustituyen a los zombies por demonios y los mordiscos por arañazos. El argumento es buenísimo y original. Una misteriosa película sobre demonios se pre-estrena en un cine y todo lo que pasa en la película pasa en la realidad. La gente se irá transformando en demonios, son cien personas intentando salir de un cine con las salidas bloqueadas y cuya única arma es la navaja de un proxeneta.
Hay que nombrar a favor su dinamismo, la iluminación en plan Suspiria y las acciones que hacen todos los personajes.
Viendo películas como esta es cuando maldigo no haber vivido los 80. ¡Maldición! Qué música, qué ambiente, qué gente...