Cachitos picantes

Con estas palabras del personaje de Woody Allen podría resumirse Cachitos picantes. La película, desde luego, es una broma; que guste más o menos, es cosa de cada uno. Es una comedieta muy irregular que tiene un poco de comedia negra, otro poco de sátira anticlerical y mucho de absurdo. Lo mejor, la presencia de Woody Allen, aunque aún me cuesta creerme que salga en una película como ésta. Por lo demás, normalita tirando a mala.

No diría nada nuevo si remarcara nuevamente lo mala que es la película. Los diálogos son cuanto menos absurdos, un guión mal llevado y un argumento que llega a cansar a los 10 minutos de haber comenzado a ver la película.

No es una obra maestra del séptimo arte, si la ves tendrás la sensación de haber perdido el tiempo, sin embargo no llego a estar de acuerdo con aquellos que la califican como la peor película de la historia. No intentan tomarte el pelo, no tiene tintes gafapastosos, simplemente es una comedia que se les fue de las manos. Es entretenida dentro de sus límites, la ves mientras cenas y te vas tan tranquilo a la cama sin pena ni gloria.

Y esque parece que nadie que haya criticado esta pelicula sabe aceptar las bromas.
Desde luego coincido en que no es ni mucho menos una obra maestra, pero de ahí a ser "de las peores peliculas que he visto" o "una basura deleznable"... Tampoco es el caso señores.

Si estas grandes caras del cine hicieron esta película fue sin duda porque la idea les resultó interesante, y si pensaron eso, por algo será. No me creo que ninguno de los actores participara en este largometraje por necesidades monetarias, como dicen en otras críticas en esta página de Woody Allen por ejemplo.

En fin, como opinion personal puedo decir que resulta una hora y media original y divertida, a la que desde luego no hay que buscarle sentido alguno. Como mucho el clásico "sentido del humor divino"; que resulta ser el citado en el título de esta crítica.

Aparentemente, "Cachitos picantes" tiene todos los ingredientes para ser una desternillante comedia de humor negro. Un espectacular repato donde figuran estrellas de la talla de Woody Allen o Sharon Stone, aderezadas con un David Schwimmer que estaba en el tope de su popularidad por la espectacular Friends y María Grazia Cucinotta, una de las bellezas italianas más espectaculares de los tiempos más recientes para la gran pantalla.

Ambientada en la siempre difícil frontera, "Cachitos picantes" toca temas controvertidos como las beatificaciones de la Iglesia, las infidelidades, el desenfreno, la ineptitud de las fuerzas de orden... Pero le manca fineza a una historia donde incluso un pilar indiscutible como Woody Allen se muestra perdido.

Nada podría ser más divertido e inteligente que diseccionar y poner en tela de juicio muchos tejemanejes de las religiones oficiales, algo así como unos "Jueves milagro" sin barreras censoras. No obstante, la crítica es tosca, superficial y convence tan poco como las dudas del personaje interpretado por Schwimmer (que es un magnífico actor para la comedia que aquí anda perdido), mientras que Cucinotta interpreta a una sensual pero desaprovechada María Magdalena.

En cuanto a la infidelidad, el atroz crimen que marca el inicio de la trama y sus derivados, es un tema tan fuerte que casi es anticlimático y genera poca empatía con la situación de su hacedor. Alfonso Arau ha tenido una idea potente pero se le ha escabullido por las fronteras del mal gusto, terminando por engullirse en una poco inspirada cinta que pudo haber sido muy interesante.

Quedan recoger las piezas del puzzle caído en el suelo sin orden ni concierto...

Siguiendo con la filmografía de Allien (con "i"), hoy toca esta. Pues la película la verdad es que es muy floja, tan floja que se merece el 2. Una especie de crítica de la religión (sobre todo centrada en la católica), y curiosamente soy de los que no me importa que se critique la religión, pero aquí todo es de brocha demasiado gorda.... es muy floja. Los actores desenfocados, la dirección abúlica, el guión apenas sin chispa e incluso pedante (todo se sostiene en una idea que tampoco es una genialidad)... parece que en el año 2000 Allien estaba sin ideas y recurrió a protagonizar este truño comediesco donde la verdad es que no hay por donde agarrarlo.

Es como si un judío se hubiera puesto a escribir el guión de un pasquín anti-religioso realmente infumable. En resumidas cuentas, realmente prescindible en todos los sentidos, aquí Allien vuelve a la máxima de "una de cal y otra de arena", y esta es de arena de playa contaminada. No vale ni para plantar chopos, pero se ve que en el año 2000 a Allien le afecto algún virus anti-religioso y al leerse el guión pensó que el resultado final sería graciosísimo.

Se equivocó bastante. Quizás si lo hubiera dirigido y escrito él, la sutileza hubiera ganado la partida a lo bochornoso, porque esta película es más hortera que un condón con cremallera