Popeye el marino (Serie de TV)

En fin, no sabía que título poner y me ha salido un chiste malo.
Sólo decir que al menos para mi esta serie constituye una serie de recuerdos que nunca olvidaré por las mañanas de sábados y domingos.
No es necesario decir que Popeye tiene muchísimo carisma y todos los personaes secundarios son simpáticos.
Aunque claro, vista sin nostalgia pierde mucha gracia y no atrae demasiado, no obstante a los críos les seguirá pareciendo divertido. No está a la altura de los Looney Toones pero está claro que le da cien vueltas a los dibujos de Disney Channel.

"Popeye el marino soy"

Épico personaje de la animación tan simple como rudo. He pensado en algún momento que fue creado no solo para entretener si no para incitar a los puequeños a comer espinacas que tanto hierro aportan al organismo haciéndonos más fuertes. Como no es mi caso y de pequeño era un tragón y comía de todo, hasta las proteínicas compotas de hígado, fue serie que veía sin emoción, pues más o menos todos sus capítulos siguen un mismo hilo. Ahora, si Popeye hubiese probado las riquísimas croquetas de espinacas que cocino en vez de esas antiestéticas latas que engullía seguro que habría sido más interesante, Je.

Este marinero feote abría su lata de espinacas y se transformaba en un héroe forzudo. La pipa que no soltaba ni para dormir era una de sus marcas de identidad junto con unos antebrazos hercúleos. Sus suspiros siempre estaban dirigidos a Olivia, su eterna enamorada, y su némesis era Brutus, cuyo nombre le iba al pelo.
Hay que ver cuánto daban de sí las espinacas.

Bonita mi infancia que veía sin parar este olvidado programa en la que un marinero musculoso llamado Popeye anda enamorado de la escuálida Olivia acompañado del tragón de hamburguesas Pilón y que tiene su rústico rival Brutus que le hace la vida imposible hasta aniquilarlo aprovechándose que Olivia está en problemas para retenerla y le pide cacao a Popeye para que la salve, pero su última esperanza es la lata de espinacas para comer y darle un merecido con Brutus y así regresar con Olivia.
Se puede cambiar de escenario, de vestimenta y de época pero su trama es un círculo vicioso que se repite y casi siempre termina a favor de Popeye que se queda con Olivia. Ni hablar de la secuelas o versiones que se desarrollaron con el mismo sainete de siempre. Lo que además me molesta es que es muy violenta ya que se debe resolver como siempre a los golpes cuando las caricaturas eran algo inofensivas. Sin embargo, hay personajes muy carismáticos como el abuelo de Popeye, sus sobrinos y Cocoliso que dan su gran aporte a su infinidad de capítulos entre predecibles e impredecibles.
Por lo tanto, Popeye el marino fue una gran serie a pesar de lo violento y predecible que era sobre todo con Brutus su eterno rival y que ayudaba a Olivia cuando estaba en problemas. Un programa para entretener y que gracias a la lata de espinacas resolvía en un santiamén todos los problemas y que nunca se olviden quien es Popeye el marino.