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El gavilán pistolero

Western Calhoun, un viejo pistolero al que todos daban por muerto, llega a un pequeño pueblo tomado por forajidos. Ha regresado con el objetivo de vengarse de sus enemigos, y lo hará con la ayuda de Lauren, un joven impetuoso con el revólver. (FILMAFFINITY)
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
19 de septiembre de 2013
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un pistolero llamado Blaine regresa al pueblo que le vio nacer. En un altercado, dos matones de taberna matan a su padre. Blaine los persigue y acaba con ellos. Acosado por el Sheriff y su ayudante el pistolero se refugiará en un pueblo llamado Santuario.
No es esta una crítica sencilla dada la originalidad y rareza de la cinta. Como si de una montaña rusa se tratase Edward Ludwig combina momentos de gran nivel con bajones repentinos en toda la estructura de la película (guión, desarrollo, tempo narrativo, interpretaciones). Y es una pena. El guión cuenta con ideas geniales (una de ellas es el pueblo de Santuario), diálogos brillantes, acción, complejidad en los personajes y, además, la floja interpretación de Rory Calhoun se compensa con el buen hacer del joven Rod Lauren (con rasgos físicos y actorales de James Dean). Pero la parte final de la peli... ¡uff! de auténtico horror. De una escena a otra al gavilán pistolero lo dejan tan patéticamente maquillado como a un personaje de la Casa del Terror. No solo eso sino que además, de pronto, se la va la olla incomprensiblemente.
el chulucu
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14 de agosto de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de estructura bastante destartalada con un buen comienzo. El pistolero, ¿Blade Maden? (Calhoum) vuelve a su pueblo donde es recibido con cierta frialdad por un antiguo amigo que ahora es el sheriff y con franca hostilidad por su ayudante y antiguo amigo también, Mitch. Todavía vive el borrachín de su padre y su madre a la que deja algún dinero. En las pocas horas que pasa allí le da tiempo a conocer a un joven pistolero, Red (Cameron), al que ayuda en una pelea ("No hay como empezar el día con una buena pelea y acabarla con una mala mujer"), notables escenas de saloon con algunos toques humorísticos, o asistir a la muerte de su padre y matar a sus culpables. Muchas cosas en pocas horas.
Al sheriff no le queda otra alternativa que salir en su persecución hiriendo a Blade en su brazo derecho, el brazo bueno del pistolero. Con el consabido cuchillo quemado extrae Red la bala, pero no puede evitar la infección de la herida que con el tiempo provocará una septicemia generalizada.
En estas condiciones llega al poblado de Santuario junto a la frontera mejicana, donde son bien recibidos todos los perseguidos por la justicia. Algunos "santuarios" de este tipo hemos visto en otras muchas cintas como "La cautivadora" o "La dama de la frontera", la idea, por tanto, no es del todo original. Allí está el Hotel y el Club del Gavilán cuyo propietario, nos enteramos ahora, es el propio Blade, al que respetan y adoran todos los vecinos del pueblo.
Por allí desfilan los grandes bandidos, alguno como Johnny Flandres buscado por sus robos por el que se ofrecían 1.000 dólares de recompensa, que hace decir a nuestro protagonista en un rasgo de humor: "Hoy día todo está sobrevalorado".
Herido en el brazo diestro el pistolero se sabe limitado en sus posibilidades profesionales. El tiempo pasa y la infección prosigue inexorable su marcha. Sabedor de su próximo final arregla las cosas con su amante dejando en manos de su amigo Red que lo despache en un sucedáneo de ¿duelo? con el que concluye la obra. El gavilán se ha vuelto paloma. Una astracanada increíble rematando la faena con un "Era muy importante poder morir con dignidad". ¡Olé! Por cierto el pueblo está decorado con algunos carteles de toros de Málaga.
En fin, una película bastante decepcionante, deslavazada y rara.
Lafuente Estefanía
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26 de marzo de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues pensaba que era muy mala y me ha sorprendido. No porque no lo sea, que lo es, en menor medida de lo que había previsto, sino porque es mala por no sé qué, pero podría haber sido buena, incluso muy buena.
Hay momentos, escenas, minutos de gran intensidad, buen rodaje y que atrapan con intensidad. Sin embargo, en otros baja su intensidad dramática hasta extremos insospechados. Vista en ese momento la película es pésima.
El actor principal no es especialmente bueno, ademas de maquillarle hasta el horror en las últimas escenas, cuando tiene el brazo infectado. Hay un chico parecido a Jean Dean, en su físico y en el tipo de estereotipo que actor rebelde que encarnó.
Me gustó mucho el Shérif, en un papel contenido muy interesante.
En general la idea de Santuario es muy bonita, me recuerda a Encubridora, de Lang, aunque sin duda es mucho mejor película.
ÁAD
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