Campanilla: El secreto de las hadas

Hay que ser una mezcla de Hitler y Palpatine para que no te guste una película de animación Disney de la saga Campanilla. La Compañía del Ratón te garantiza buena factura técnica (nada de garabatos ni de fondos que se repiten una y otra vez), una historia razonablemente novedosa con variaciones significativas entre una película y otra (no es el típico refrito) y un conjunto de guionistas y asesores de los que se aseguran de meter los componentes adecuados para que enganche a todos los públicos.

Probablemente su mayor mérito es ese. Es suficientemente colorista para entretener a niños que apenas empiezan a entender las cosas, adecuadamente simple para niños de siete años, moderadamente compleja para preadolescentes, tiene elementos de acción con los que los adolescentes se sentirán cómodos, tiene fantasía para despertar viejos sentimientos en postadolescentes… y tiene un poco de todo para que jóvenes, adultos y mayores empiecen mirando sin mucha atención la pantalla y se terminen quedando hipnotizados por los colores y atrapados por ese mundo mágico al que no habían ido en tantos años.

Entretenida, inofensiva y de buen gusto.

La cuarta entrega de las aventuras de la pequeña Campanilla es la más floja de todas. Incluso más que la tercera, que todavía tenía algo de gracia. Se nota la pérdida de interés de la productora en la saga y que esta película ha sido hecha de forma rápida para salir del paso del compromiso adquirido. Lamentablemente, hay que decir que la calidad de la animación, de las texturas, de esta última entrega es claramente inferior a la de las películas precedentes.

Excesivamente infantil, poco tiene que ver esta Campanilla descafeinada con la sexy protagonista de las dos primeras entregas. Si Disney quiere seguir con esta serie, más le vale replantearse de arriba abajo el producto, si no quiere que incluso los niños de guardería salgan pitando de las salas de cine.

Película recomendable especialmente dirigida para el público infantil menor de 5 o 6 años.
Colorista animación, fomentadora de interesantes valores como la amistad o el esfuerzo.
Una historia simple, sin villanos ni complicaciones excesivas. Un trabajo escueto, un cuento de hadas donde las hadas son las protagonistas. Suficiente.

Sin quitarle mérito a los efectos visuales y a la propia animación, esta película no llega a ser tal y no pasa de ser un episodio, una corta historieta sin profundidad. Para el visionado de muy niños y poco exigentes.
Muy vacía de contenido y que no trae nada nuevo. Se nota el desgaste de la fórmula. Campanilla necesita unas buenas vacaciones y la productora nuevas ideas que no estén tan trilladas.
La luz de Campanilla se va apagando y es que ya son demasiadas películas en poco tiempo.

Acabo de terminar de ver esta película. La verdad es que me esperaba una basurilla infantiloide de las más típicas que te puedas encontrar, y por desgracia no me equivoqué.

Ya no es el hecho de que la historia esté llena de tópicos, es que resulta poco original, simplista y muy muy previsibles. No consigue enganchar al espectador no llama la atención y, al menos a mí, se me hizo pesada y aburrida (y eso que dura 70 minutos). Es una película total y exclusivamente para público infantil que a los adultos probablemente no conseguirá agradar. El momento del ala rota y su desenlace fue verganzoso y de lo más absurdo que he visto en mucho tiempo.

Los personajes están muy poco definidos, ninguno consigue llamar la atención y son bastante típicos. La animación es lo único decente de esta cinta, parece que los dibujos están bien cuidados. La BSO pasable sin más, canciones muy de Disney que no sorprenden al espectador, más bien lo dejan bastante indiferente.


En fin... No merece la pena que me extienda más. Es una película bastante mala y que podría haber dado muchísimo más de sí...!