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El cañón del Paraíso (Paradise Canyon)

Western Un círculo de falsificación que opera en la frontera méxico-americana es el blanco de una investigación conducida por el comisario John Wyatt (John Wayne). Uniéndose al show medicinal del Dr. Carter como un certero traidor, Wyatt pretende capturar a la banda. De lo que no se ha percatado es que el cerebro del plan es el ex -socio del Dr. Carter, quien no parará hasta asesinar a Carter y raptar a su hermosa hija... (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
12 de diciembre de 2010
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
John Wyatt (John Wayne) es un agente federal de la tesorería de los EEUU, este anda tras las pistas de una banda de falsificadores que operan en un pueblo de la línea fronteriza con México. Wyatt sospecha de un doctor que tiene un espectáculo medicinal rodante, se une a ellos con la esperanza de localizar a la banda, pero necesitará la ayuda de los rurales mexicanos para atraparlos.

John Wayne y Yakima Canutt siguen demostrando sus dotes de actores, además de jinetes y peleadores a puño limpio. Este film de bajo presupuesto, al igual que otros, reciclan las escenas de pasadas películas, los actores de reparto hacen más de un papel y las localizaciones y escenografías son las mismas, pero tomadas de ángulos diferentes. No empecé a ello, es un buen film para ser de bajo de presupuesto.

El capitán de los rurales, Gino Corrado (1893–1982), fue un actor de cine italiano que apareció en más de 355 películas, principalmente en pequeños papeles de reparto. Gino tiene el record de ser el único actor de la época de oro del cine estadounidense que haya aparecido en más clásicos, tales como “Mr. Deeds Goes to Town” (1936), “Mr. Smith Goes to Washington”(1939), “Gone With The Wind” (1939), “Citizen Kane” (1941) y “Casablanca” (1942) entre otros.
operez
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30 de junio de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Menos cinematográfico pero sin duda más fiel al argumento de la cinta, antes que "El cañón del Paraíso" preferimos encabezar nuestra reseña bajo el título del "Espectáculo de medicina" que montan los vendedores ambulantes de un específico farmacéutico conocido como el "remedio indio del Dr. Carter". Pequeña troupe que confunden las autoridades con una banda de falsificadores de moneda.
Llama la atención que todavía el director no alcanza la importancia de figurar con su nombre en grandes caracteres al final de los créditos, pues discretamente lo encontramos al comienzo de los mismos entremezclado con la presentación de actores y técnicos. Ingenua costumbre bastante extendida aun en muchas cintas de la época.
La película parece ambientada a comienzos del siglo XX, al menos a juzgar por el la especie de camioneta o roulotte ambulante que utilizan los "artistas". Sociológicamente sirve para constatar los recursos publicitarios usados para introducir los primeros específicos en el mercado rural, con una especie de teatrillos que montaban sobre un sencillo escenario de tablas con actuaciones musicales, de danza o de exhibiciones de tiro. Todo para, al final, vender el citado "remedio indio del Dr. Carter", compuesto por un 90 % de alcohol, lo que indica que se trata seguramente de un jarabe o de un elixir. De todas formas, en el argot médico-farmacéutico americano cuando se habla genéricamente de un "remedio indio" se hace siempre en todo peyorativo para referirse a alguna superchería medicamentosa.
Por lo demás se nota mucho que nos encontramos al principio del cine sonoro, con un sonido, diálogos y doblaje muy deficientes. También las limitaciones técnicas y presupuestarias, lo que no impide que se compense con un jovencísimo Wayne y con la presencia de auténticos especialistas en caídas o saltos de caballo, como el que se produce desde considerable altura sobre las aguas de un río.
Tampoco es menor la brevedad del metraje. Lo regular, si breve, por lo menos es pasable.
Lafuente Estefanía
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14 de noviembre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una producción Lone Star con un argumento parecido al de otra producción de la misma compañía del año anterior, "El hombre de Utah" (The Man from Utah, 1934), de Robert N. Bradbury: John Wayne actúa ahora como infiltrado en un espectáculo de un charlatán ambulante (Earle Hodgins) para desbaratar la organización de un pérfido falsificador de moneda (Yakima Canutt, de nuevo en el papel del malo) con la ayuda de los Rurales mexicanos. Marion Burns aporta la presencia femenina.

Destaca de entre el conjunto la caravana primitiva del charlatán y su "troupe", que contrasta con los caballos y los vaqueros, como si el Salvaje Oeste se encontrara con los años 30 en el mismo plano.

Es un mediometraje entretenido (pasan muchas cosas en pocos minutos), y poco más.
Pedro Triguero_Lizana
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13 de marzo de 2024
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Uno de esos pequeños westerns producidos por la Lone Star, que tanto operaba en los años treinta.

Aquí, John Wayne se fogueó, antes de interpretar al protagonista de la inmortal "La diligencia", de John Ford.

En esta ocasión, de nuevo el metraje es de algo menos de una hora de duración, habiendo en dicho tiempo lugar para la acción, el humor y el romanticismo. Todo ello llevado de forma acostumbrada por la Lone, esto es: discretamente. Aunque también con simpatía.

No tiene nada de particular este film, siendo uno más de tantos en este género y productora.

Para ver y olvidar.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/
Baraka1958
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