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Soldado universal. El retorno

Ciencia ficción. Thriller. Acción Seth, un poderoso guerrero controlado por ordenador, se quiere vengar de sus creadores asesinándolos. El único que puede detenerle es Luc Deveraux, un heroico soldado. (FILMAFFINITY)
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Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
28 de mayo de 2006
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor hubiera sido que esta película no se hubiera hecho, ya que no le hace sombra a la primera, obra de Roland Emmerich, que está muchísimo mejor. El problema de este retorno es que el guión es una gran chorrada, además de las cosas que se han tomado "prestadas" de otras películas y otras que no se explican... Pero bueno, si te gusta la acción y vas concienciado de lo que vas a ver, te puede resultar entretenida (además, es cortita).
moray33
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9 de febrero de 2010
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Supongo que la pasará bien quien busque una cinta de acción y ciencia ficción grotesca, con un guión sin pulimentos que resulta cómico de tan exagerado e improvisado que se presenta.

Eso es lo que ofrece esta secuela: música heavy metal, mucho ruido, demasiada pirotecnia visual y coreografías de lucha. Es decir, lo típico de las cintas en las que actúa Van Damme, donde no importan los argumentos sino que la estrella son sus movimientos, sus patadas voladoras, sus mamporros y sus ocasionales salidas ocurrentes que a veces saca de la galera demostrando que también algo de cerebro posee.

Aquí la historia que nos convoca nos muestra cómo una Inteligencia Artificial diseñada por los militares adopta criterios propios, se corporiza y toma por la fuerza un laboratorio repleto de armas biológicas. Esa entidad mitad humana y mitad máquina puede dominar a los demás soldados universales que habitan en el lugar, a quienes manda a la misión de conseguir un código para sus perversos fines. Claro que como contrapunto tenemos a JCVD, la única esperanza de la humanidad, quien es además -para mala suerte de los villanos- el único que sabe el código secreto.

Y si hablamos de villanos, además de la inteligencia artificial corporizada en un morocho invencible, tenemos a un modelo de soldado universal muy avanzado bajo la forma de una bola de músculos calva, la cual dará más de un dolor de cabeza a nuestro héroe belga.

Lo dicho, “Universal Soldier: The Return” es una película entretenida de lo improvisada que resulta. Pero bajo ningún punto de vista se puede aprobar un filme donde el argumento es muy grosero, donde algunos personajes son tan planos que ni con calzador encajan dentro de la historia, y menos aún se puede darle el visto bueno a una cinta donde lo único que vemos son a unos soldados transformados en violentas máquinas de matar sin sesos batallando contra un tipo que soluciona todo con sus patadas voladoras y sus destrezas en las artes marciales.
Pasatiempos Digitales
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8 de septiembre de 2005
13 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy un gran admirador de Van Damme, admiro películas como Contacto Sangriento, Kickboxer, Salvaje y otras muchas, pero realmente, todo hay q decirlo, esta es la peor, creo yo, q Van Damme hizo hasta el momento. Entre los seguidores de Jean-Claude la primera parte de Soldado Universal era aclamada, yo opino q es uno de sus mejores trabajos, pero no sé porque Van Damme se pudo prestar a hacer esta secuela, ya q la primera parte debería acabar donde acabó y dejar en suspenso el como sería después la vida del protagonista. Lo peor: el contrario de Van Damme, el rival, patético.
jack_el_ripeador
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9 de mayo de 2011
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1992 el director alemán Roland Emmerich dirigió su primera película enteramente estadounidense, Soldado Universal, con dos de las grandes estrellas de acción por aquel entonces, los también europeos Jean-Claude Van Damme, belga, y Dolph Lundgren, sueco.

La película fue bastante exitosa y dio a Emmerich la oportunidad de subir en el escalafón hollywoodiense, y los fans de la acción quedaron en parte saciados, pese a las limitaciones de la película, el argumento por su parte nos hablaba de un grupo de veteranos de guerra fallecidos en combate que eran devueltos a la vida convertidos en las máquinas de guerra perfectas sin atisbo de humanidad ni recuerdos y casi imposibles de destruir, pero uno de ellos, Luc Deveraux (el personaje de Van Damme), iba recuperando la consciencia y la humanidad.

Siete años después de aquella se decidió hacer una segunda parte, de nuevo protagonizada por JCVD, pero esta vez sin Lundgren ni Emmerich, la película nos mostraría a un Luc Deveraux, que tras volver a ser humano totalmente se encuentra trabajando en la nueva generación de Soldados Universales hasta que estos se rebelan y él es el único que puede hacerles frente, por supuesto.

Soldado Universal: El retorno es una película sumamente entretenida y divertida a momentos, casi auto paródica, con un Van Damme en su salsa, que nos ofrece momentos de diversión frescos y escenas de acción espectaculares, sobre todo la pelea final con S.E.T.H., pero que no funciona como secuela de Soldado Universal, ya que, mejor o peor, el recuerdo de la primera parte, una película seria de acción con esta segunda, diversión sin más, no conectan para nada. Y sin contar a Van Damme, el resto del reparto son simplemente personajes sin entidad y lejos del carisma del inquietante Dolph Lundgren.

Probablemente si la película hubiera sido independiente hubiera sido mucho más entretenida y valorada, al menos por mi parte ya que ver a JCVD pasándoselo pipa (y haciéndoselo pasar a uno, para que mentir) en medio de situaciones desesperadas no tiene precio, tipo de actuación que continuaría el mismo año en la genial Van Damme´s Inferno y un par de años después en Replicant y The Order, una etapa ligera y entretenida de Jean-Claude que resultó un soplo de aire fresco en su filmografía pero no entendida por parte de sus fans, y por supuesto, machacada sin piedad por sus críticos.
Edgar_Morton
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13 de julio de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras un par de secuelas estrenadas directamente en televisión, la saga Soldado Universal recuperó a un Van Damme cuya carrera caía en picado para intentar poner en el escaparate de nuevo el nombre tanto de la saga como del actor.

Mic Rodgers, hombre de cine que ha trabajado en fabulosas películas como jefe y coordinador de efectos visuales, se lanza a dirigir y lo hace para ponerse a los mandos de la secuela "oficial" de Soldado Universal, una película en la que el guion regala despropósitos para dar y tomar sin ruborizarse, dejándose llevar demasiado por la evidencia de que quienes vayan a verla irán para ver a Van Damme repartir mamporros y no para encontrar una gran historia. No obstante, sería de agradecer un mínimo de coherencia y no encontrarnos con un calco de lo que sucedía en la primera película con las únicas diferencias de que Deveraux ahora tiene una hija y que hay una inteligencia artificial que ha visto demasiadas veces 2001: una odisea del espacio. En la primera película nos encontrábamos con que Roland Emmerich, a pesar de no hacer un gran trabajo, a menos sí tenía cierto gusto para rodar las escenas de acción, algo que Mic Rodgers, sorprendentemente (dado que su trabajo ha estado siempre ligado a ese apartado), hace de forma calamitosa.

Van Damme, para quien han pasado unos 25 años en los siete que separan las dos entregas de Soldado Universal, protagoniza la película volviendo a hacer lo que ha hecho durante la mayor parte de su carrera: dar patadas de todos los colores y correr mucho (es un tío que no ha caminado nunca, siempre con prisas). Su interpretación es floja, al nivel de la película. Michael Jai White, experto en artes marciales de todo tipo y actor que ha hecho una buena labor en la (fabulosa) miniserie de Mortal Kombat, hace aquí un trabajo espantoso. Más preocupado de que sus músculos salgan bien en plano que de actuar, el actor llega a dar un poco de vergüenza ajena en más de una ocasión. La tercera espada es el luchador de Wrestling Bill Goldberg, que al menos ofrece un personaje atractivo en el cine de acción: el típico grandullón musculado sin demasiado cerebro. Por último tenemos a Kiana Tom, que se limita a seguir a Van Damme a todos los sitios y a hacer las preguntas que desvelan la escasa trama de la película. Su trabajo, pasable.

Resumiendo, que es gerundio: Van Damme retorna para intentar relanzar su propia carrera a costa de la película que le hizo convertirse en un tipo importante de Hollywood. Para su desgracia y la de la película, la producción es un auténtico desastre desde el casting hasta el guion pasando por decorados, diálogos y dirección. Una secuela que jamás debió hacerse.
Grijander
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