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Una madre imperfecta

Comedia. Drama Marnie es una viuda reciente que se traslada a Hollywood para estar más cerca de su hija, lo que resultará ser un cambio total para su vida: nuevas aventuras, nuevos amigos, nuevas oportunidades… y quién sabe si un nuevo amor. (FILMAFFINITY)
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
9 de junio de 2016
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin otra que la soporte esta película sería insoportable, vulgar y aburrida; con Susan no sólo entretiene, también te hace partícipe de los conflictos de una mujer madura, más que perdida, desubicada, pero que a medida que avanza la historia, va evolucionando y recreándose hasta convertirse en un personaje de gran altura. Magnífica interpretación de la Sarandon, inconmensurable: ella es el 99 de la cinta.
Eulate
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30 de junio de 2016
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El duelo y sus límites. Aceptar la muerte de un ser querido. Tomarte tu tiempo, largo, para primero negarlo y luego, si escampa, poder aceptarlo. Una madre y una hija desconsoladas por la muerte del hombre de sus vidas.
Y todo ello tratado en modo de comedia. Con una protagonista omnímoda, absoluta, la gran Sarandon, todavía en forma y plenitud de facultades, la otra monstrua, junto a la Streep, de su generación, capaz de enriquecer su personaje con mil y un matices de mujer lista, sensible y sabia. Y como su hija, la siempre estupenda aunque aquí un poco siesa y fría, Rose Byrne.
No hay queja con la historia ni con el reparto. Donde flojea y cansa y carga es, quizás, con la morralla tópico sentimental que merodea durante todo el metraje, sí, lo obvio de la falta de ese amante esposo y padre tierno. Su evidente ausencia que se hace demasiado presente, la muerte. Y, por otro lado, en el intento desesperado de cargar la suerte hacia la risa (a tanto no llega, se queda a medio camino la mayoría de las veces) estropean un tanto a la protagonista, ya que por muchos momentos se convierte en una petarda-pedorra de impresión, en una cargante, insufrible y molestosa pelma con sus mil mohínes y horrorosas bondades de mujer muerta de asco que no es capaz de estar sola ni un minuto sin dar la murga a alguien (martirizando a su hija constantemente con sus pringosas preocupaciones) a costa de lo que sea, como sea, literalmente, puede ser que con dinero o lo que surja en cada jodida ocasión. Y cierta tendencia a convertir el periplo de la Marnie de marras en las etapas de una santa mártir justo antes de ser beatificada con todos los honores por la santa madre iglesia. Casi como una Amelie californiana y ricachona, como si viviera en un mundo de color de rosa, acolchado, perdiendo el tiempo con bobadas a diestra y siniestra y con alguna parada amorosa chusco patosa que también tiene lo suyo por forzada y sacarinosa. De ahí que se pierda en muchos desvíos e indecisiones, ni bromas ni veras ni frívola ni seria ni reflexiva ni banal ni original ni convencional ni arriesgada ni personal, ni nada finalmente sino un poco de casi todo, a medias, mezclado, vencida definitivamente hacia un tono agradable, meloso, cachondo pero sin pasarse, familiar, facilón, apreciable, aceptable, pero nunca tampoco demasiado, solo algo, un poco.
Ahí, ahí...
Ferdydurke
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21 de septiembre de 2016
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las protagonistas reaccionan de manera muy diferente ante la pérdida de un ser querido, y la película quisiera mostrar esas dos formas de afrontarlo aunque finalmente sólo opte por desarrollar el personaje más maduro, ese al que todo parece importarle menos aunque esto sea relativo y sólo sea una pose que debe mantener ante todos menos ante su psicólogo.

Ese personaje en apariencia complejo y complicado es tratado por el guión de manera despreocupada, terminando aburrido por el hecho de simplificarlo todo hasta la caricatura. Por momentos parece que Marnie fuese un simple vehículo para publicitar productos de Apple o coches de Lexus: cóbreme tres o deme dos, pero en realidad es una persona despreocupada en apariencia y también con su futuro económico, algo que la película se encarga de recordar cada dos minutos. Tanto es así que se dedica a hacer realidad las necesidades de los demás aunque sean desconocidos. Pero lejos de meterse en líos, todo saldrá perfectamente…

Este retrato tan amable está interpretado por Sarandon, que intenta poner buena cara a esto de hacer de hada madrina. Consigue sacar de la monotonía al espectador más valiente con una interpretación cercana y humana muy interesante, y aunque su labor es loable, la sencillez del conjunto y su falta de matices casi puede con ella.

Este exceso de buen rollo poco creíble también vence a su hija, personaje que lleva la pérdida de su padre de manera diferente. Hubiera sido interesante buscar un enfrentamiento dramático entre ambas actrices, pero “Una madre imperfecta” se dedica a otra cosa. El guión desarrolla por debajo de sus posibilidades al personaje de Byrne. Todo gira alrededor de su madre y no le deja apenas espacio siendo un simple satélite del astro Sarandon. Algo parecido le ocurre a Simmons, que solo adquiere verdadero protagonismo en la parte final.

Olvidando la ausencia de drama al que solo se agarra en la parte final, “Una madre imperfecta” es más que correcta por su manera de narrar esa particular forma de enfrentarse al dolo y a una nueva situación. Una dirección más personal de Scafaria le hubiera hecho ganar algunos puntos más, pero no se puede pedir todo.
Moody
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4 de enero de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Marnie (Susan Sarandon) es una mujer viuda con mirada de pasmada, como la que se le pone a uno cuando recibe un golpe en la cabeza sin verlo venir. Pues bien, Marnie se traslada a Hollywood para estar junto a su hija, una mujer de treinta y tantos que acaba de quedarse sin novio muy a su pesar. Este viaje de Marnie hacia Los Ángeles, va a resultar un cambio total para su vida y en la vida de su hija que se siente acosada por la presencia materna.

La directora y guionista Lorene Scafaria acomete con éxito desde mi modo de ver, este drama-comedia y lo hace muy suelta de cuerpo, y con escenas y una tónica general muy digerible y amena. Es una película que sin ser grande, sí es de bandera.

En el guión, la propia Scafaria hace un brindis dirigido a su madre, con la que al parecer no mantuvo una relación óptima, siendo que el film le sirve a modo de compensación y redención, loables mecanismos del ser humano, cuando ya no se puede hacer otra cosa. O sea, que se puede percibir claramente la naturaleza autobiográfica de esta miniatura cuyas escasas notas artificiales hallan su exoneración en un solo gesto de la Sarandon. Tiene una buena y variada música de Jonathan Sadoff y gran fotografía de Brett Pawlak.

El reparto es ante todo y sosteniendo buena parte del film una sembrada Susan Sarandon, que no sólo está maravillosa y deslumbrante, sino que además, sabe dotar de energía positiva y buen ánimo a su personaje, la madre viuda Marnie.

Acompañan actores y actrices muy conjuntados como Rose Byrne, su hija, con perenne cara de resaca que sabe preparar las escenas para el lucimiento de Sarandon. J.K. Simmons hace un simpático papel de ex-policía y amigo de Marnie, también con muy buen rollo. Lucy Punch muy bonita y efectiva. Jason Ritter, bien como ex-novio de la hija. Michael McKean el pretendiente frustrado. Y otros, todos en sintonía.

Se sale del cine con buen sabor de boca, con la imagen de un film delicioso y entrañable, en el que la “imperfecta” madre Marnie nos alegra el rato con júbilo y una buena onda digna de verse. Un rato de alegría, buen gusto y contento, que ya no son comunes en el cine USA.
Kikivall
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27 de enero de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta legítimo, después de tantos años, definir a Susan Sarandon como una magnífica representante de todas esas mujeres liberadas que habitan el planeta. Recurrente es pensar en su mítico personaje de Thelma y Louise (Ridley Scott, 1991), pero son muchas más las mujeres que ha interpretado, en una industria extremadamente masculinizada. Y ahora, a sus setenta y un años, Sarandon se mantiene fiel a su filosofía, de escoger papeles femeninos fuertes y autosuficientes, aunque apueste por una comedia sueve, como ocurre con Una madre imperfecta (Lorene Scafaria, 2015). Una película dirigida por una mujer y que sitúa en el centro de la trama a una viuda, patosa y desprendida, que aunque no acaba de tener una relación cercana con su única hija, se muestra feliz y dispuesta a disfrutar de cada segundo de su vida. Porque Marnie representa a la perfección la famosa frase "carpe diem", con esa actitud suya positiva y optimista, ya sea en sus visitas a la apple store, en sus paseos por la ciudad, con la organización de una boda o en compañía de unas gallinas, frente a su amargada hija, que aunque tiene un buen trabajo como guionista, deambula pesarosa por la vida.
De hecho desde los primeros planos Marnie parece destinada a ser interpretada por Susan Sarandon, ya que aunque es una cinta blanda, de fácil digestión y escasas aspiraciones, realiza una importante labor a favor de la visibilización de las mujeres maduras, activas y rebosantes de energía. Está claro que es necesario dar voz a personajes adultos, pero esta cinta va más allá, colocando a una mujer madura en el centro de la acción y dotándola de una gran alegría de vivir. Una intensidad vital que queda maravillosamente reflejada en la genial secuencia de cocinado y degustación del huevo frito, en la que Marnie demuestra que está decidida a disfrutar de cada acontecimiento que suceda en su vida, dando luz a esta oda a la imperfección, que puede decirse que es Una madre imperfecta. Una oda a la imperfección y a esas actitudes y formas de ser que nos hacen únicos e irrepetibles. Da igual que tus imperfecciones te hagan parecer excéntrica o difícil de clasificar socialmente, ya que es lo que te hace irrepetible.

Y además Una madre imperfecta resulta acertada en la relación que plantea entre Marnie y Zipper, dos personas adultas (ella viuda y él divorciado), que no dudan en darse otra oportunidad, demostrando que el amor no es un invento adolescente y que la experiencia dota a las relaciones de más hondura.

En resumen, un descubrimiento agradable, con la estimable aportación de Susan Sarandon, que siempre resulta un lujo de ver, y con una premisa narrativa valiente y madura.
Más en planoamericano.wordpress.com
Laura
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