Animal

Directa al grano. O, más bien, directa al monstruo. Tipiquísima película en la que un grupo de jovencitos ardorosos se adentran a pasar unos días en un bosque de la niñez y se topan con un bicharraco que se los va a ir comiendo, por lo que tienen que esconderse en una casa. Y no hay más. Mil veces visto. Mil veces o quizás dos mil. Quizás intentan romper un poco el tópico del orden de fenecimiento de las víctimas, con un empuje del "girl power", que despista un poco, pero los ingredientes de este tipo de filmes se repetirán y cumplirán escrictamente.
Nos recordará a "Exists" (2014), rodada el mismo año y con menos presupuesto, aunque las motivaciones del bicho serán distintas.

Así que la gracia del filme no está en lo que cuenta, sino en cómo lo cuenta. Y el director, Brett Simmons, que ya se lució en "Husk" , lo lleva bastante bien. Una nochecita entretenida, como en la mencionada "Husk" y un filme dinámico y que no aburre. ¿Es tópico? Si ¿Y qué? ¡anda que estos filmes no se copian a sí mismos!

Entre el reparto tenemos al chico que hizo de "Peter Pan", en el live-action de Disney; Jeremy Sumpter. Sigue teniendo la misma sonrisa. Qué pena que no hiciese filmes de más enjundia.

Bicho malo, muy malo, y muy asqueroso. Se ve poco, aunque conforme avanza el filme se ve más. E impresiona. Entretenida.

Estrenada en Estados Unidos el 17 de junio y con Drew Barrymore como productora ejecutiva, Animal intenta rememorar los slashers de criaturas monstruosas tan habituales en los ochenta. El director del proyecto es Brett Simons, que ya realizó con anterioridad el largometraje Husk (2011), obteniendo buena acogida por parte de público y crítica.

El guión llevado a cabo por Thommy Hutson y Catherine Trillo, sigue paso a paso la premisa del género y acaba por ofrecer una historia plana y previsible. Además los personajes resultan un tanto vacíos y no consiguen conectar con el espectador. También los diálogos brillan por su mediocridad, largos minutos de metraje transcurren entre inertes conversaciones que no conducen a ningún lugar, con el simple y evidente objetivo de alcanzar una duración determinada.

En el apartado técnico cabe destacar una correcta labor de maquillaje, a la antigua usanza, que no desmerece en absoluto. El bajo presupuesto queda, en este caso, bien aprovechado y podemos observar a la grotesca entidad sin el peligro de un ataque de risa por parte del público. Por otra parte, es destacable también el trabajo en la banda sonora firmada por Tomandandy, compositor de metrajes tan destacados como Parking 2 o Citadel. Gracias a este, se logra crear ese ambiente plomizo y siniestro tan deseable para este tipo de producciones.

Joey Lauren Adams, Elizabeth Gilles, Paul Iacono o Keke Palmer son parte de un elenco bien nutrido y experimentado. Realizan su cometido con corrección e intentan no desentonar a pasar de la poca fuerza de los diálogos. También es remarcable el buen trabajo de fotografía llevado a cabo por Scott Winig. Consigue acentuar todos los matices del bosque nocturno para que nada escape a nuestra vista.

Un grupo de amigos va a pasar unos días de vacaciones al bosque. En su camino se encuentran con una especie de depredador salvaje que tiene la firme intención de darse un festín con ellos. En su alocada huida se topan de casualidad, con una solitaria casa que deberán defender a costa de sus propias vidas.

En definitiva, Animal no puede decirse que sea una mala película, pero tampoco pasará a la historia del género en ninguno de sus apartados. Consigue salvar los muebles gracias a aspectos como la labor de dirección, la fotografía, o la banda sonora.

http://www.terrorweekend.com/2014/08/animal-review.html

Que vaina tan mala esta, no tuvo ni una sola gota de emoción ni de interesante, todo es tan básico y simple, que perdida de tiempo. Los personajes no actuaban como deberían actuar personas en esa situación, solo fijarse en una escena donde el afeminado comienza hablar mierda y las dos pendejas se quedan prestandole toda la atención del mundo con una media sonrisita en la cara o el latino calvo actuando como un pendejo (aunque siempre actúa de pendejo) Y también el otro saliendo del closet en pleno caos y arrastrando fuera del armario a un muerto y el bicharraco ese parece una especie de hombre lobo pero no da ni una pizca de miedo y el final una cagada.

Cinta del género de supervivencia y monstruos con aire ochentero y poco más que ofrecer que un conjunto de clichés y tópicos más que explotados en el género. Rodada sin más pretensión que entretener durante la hora y media de metraje, nos suelta en medio de un bosque donde sin ningún motivo que lo justifique habita una criatura que simplemente "está" allí, sin origen o historia que lo respalde: mirad, aquí hay un bicho... ¡corred!

Acotada simplemente en el desarrollo de la acción, nos enfrentamos a una película correcta, que juega las escasas bazas que permite la simplicidad del guión presentando una atmósfera aceptable, un ritmo que aunque no llega a lograr la tensión esperada por lo menos no aburre y a una factura técnica que cumple sin sobresalir. Mención especial a la criatura, donde se recupera el viejo maquillaje en contra del omnipresente ordenador, y que tiene un look que a muchos nos hace sentir algo mayores.

Los personajes desarrollan su personalidad el tiempo justo antes de ser devorados, sin que ninguno de ellos llegue a cautivarnos especialmente, aunque se podría destacar el papel de Amaury Nolasco por el mero hecho de discrepar del resto.

El problema de muchas de estas películas es que para mantener cierta incertidumbre y facilitar la sensación de angustia, la mayoría de las escenas se ruedan de noche, evitando así exponer demasiado al bichejo de turno al ojo escrutador del espectador, abusando en ocasiones de ello y dando como resultado un compendio de escenas demasiado oscuras y confusas. En ese apartado se puede alabar el buen trabajo de Scott Winig en la fotografía.

El desarrollo de la acción no deja espacio a la sorpresa y, entre dentelladas, vamos descartando a varios de los personajes, hasta llegar al esperado y previsible final.

Puede que Animal siga casi a raja tabla todas las convenciones del género slasher/monstruo, pero al menos lo hace con cabeza.

Sus personajes tienen el tiempo suficiente para desarrollarse y que nos importen mínimamente, además de no estar nada mal interpretados. La realización de la película es también bastante aceptable, con algún que otro plano interesante. La criatura no es original, pero está muy conseguida y por fin recuperamos el uso de maquillaje en el género.

Además la trama intenta ser bastante sólida y no solo una excusa para ver morir a chavalillos, por no decir que se aguardan alguna sorpresa.

En definitiva, Animal no cambiará tu mundo, es entretenida y consecuente consigo misma e intenta tener cierta consistencia.