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Good Morning, Vietnam

Bélico. Comedia. Drama Vietnam. 1965. Un militar pinchadiscos de la radio, Adrian Cronauer, es enviado a Saigón para trabajar en la emisora del ejército norteamericano. En contraste con sus aburridos antecesores, Cronauer es pura dinamita: sus comentarios irreverentes, tacos, improperios y sus críticas al vicepresidente le hacen ganarse el aprecio de las tropas. Sin embargo, su superior, el teniente Hauk, no es de la misma opinión. (FILMAFFINITY)
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Críticas 43
Críticas ordenadas por utilidad
18 de abril de 2010
41 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las mejores películas en la carrera del irregular Barry Levinson que a su vez le debe mucho al extraordianario trabajo de su protagonista principal, Robin Williams. Resulta casi imposible no ver las similitudes entre el personaje al que da vida aquí Williams y aquel otro al que el actor interpretará sólo unos años más tarde en la estupenda El club de los poetas muertos. Si en aquella película de Peter Weir, Williams desafiaba con su comportamiento las normas y la férrea disciplina de un colegio privado de la América puritana de los años 50, en este film pone en jaque nada menos que a las autoridades del ejercito estadounidense desplazadas al Sudeste asiático para participar en la Guerra de Vietnam.

Williams es aquí Adrian Cronauer, un locutor del ejército norteamericano que llega a Saigón a mediados de los años 60 en pleno conflicto bélico para hacerse cargo de un programa de radio en la emisora de una de las bases. Gracias a su estilo desenfadado y divertido, Cronauer logra su objetivo de elevar la moral de la tropa pero a cambio irrita a los mandos superiores que harán todos los posibles por quitárselo de enmedio. Nuestro protagonista se convierte en una especie de "mosca cojonera" que lucha contra la censura que imponen las autoridades militares y contra la hostilidad con la que éstas analizan su trabajo.

Humor y música son los ingredientes principales que componen este cóctel llamado Good morning, Vietnam. Destaca por supuesto una excepcional banda sonora con una gran selección de temas de la época con una perfecta funcionalidad además -otro montaje de imágenes con el What a Wonderful World de Louis Armstrong de fondo que sobecoge profundamente. De acuerdo que su humor podía haber sido mucho más ácido y corrosivo, y que su discurso contra los convencionalismos que critíca podía haberse hecho menos obvio; a cambio la película transmite un buen rollo increíble y - a pesar de que el tono final es de tragicomedia- con momentos francamente divertidos e incluso hilarantes. El encargado de poner ese buen rollo es Robin Williams -que entiendo puede llegar a cargar a muchos- en un papel que parece hecho a la medida, y que no sólo lo emparenta con el profesor Keating de la citada El club de los poetas muertos sino también con el parlanchín genio de la lámpara a quien el actor puso voz en el Aladin de Disney.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Juan Solo
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30 de diciembre de 2007
53 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
Good Morning Vietnam es una película ligera, de fácil digestión, hecha para lucimiento de Robin Williams, que logra uno de los mejores papeles de su vida, interpretando a Adrian Cronauer, un locutor charlatán con pilas duracell al que el ejército adora, pero sus superiores no. Es una película convencional que, siendo el marco la guerra de Vietnam, pasa de puntillas sobre el tema centrándose en la confrontación que mantiene Cronauer con sus superiores, debido a su carácter rebelde, arrollador y simpático, muy lejos del anquilosado conservadurismo de las élites militares.
Los secundarios nada que ver con Robin Williams, rayando la trivialidad.

Podría haber sido una comedia ácida y crítica contra la catastrófica guerra del Vietnam, pero se queda en una comedia baladí con algún vano intento de crítica, como el diálogo que mantienen al final el niño vietnamita amigo de Cronauer y este, pero es muy secundario, lejos del tema principal, Adrian Cronauer.

Para ver un Domingo por la tarde, si no hay Liga, claro.
Malemute Kid
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4 de octubre de 2008
34 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al menos tiene la buena virtud de ser diferente, ofrece una visión muy distinta de la guerra de Vietnam, nada que ver con lo que estamos acostumbrados tragarnos respecto a ese pedacito de historia de los yanquis. La lástima es el resultado final de tanto acopio de protagonismo por parte de Robin Williams, en un papel que todo actor quisiera para si mismo no acaba de brillar.

De haber explotado más y mejor la relación con el vietnamita jovencillo, ofreciéndonos mejor de esta manera la otra cara de la guerra, la de los ocupados, posiblemente entonces hubiera dejado de ser una película simplemente correcta.
Luisito
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30 de junio de 2007
19 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
La música, los juegos, el cine, esa clase de cosas que evitan que la moral de los soldados se venga abajo, es algo vital en cualquier guerra. Más aún si es el año 1965 y el deber te envía a Vietnam.

El Ejército americano toma buena nota, y mantiene una emisora de radio en Saigon a la que llegará, recién aterrizado desde Creta, el locutor Adrian Cronauer (Robin Williams), que entiende a la perfección la clase de humor que la tropa quiere. Con un sentido del deber de lo más mermado, con pasión y con sorna, Cronauer pone en jaque, con sus bromas e irreverencias, a la jefatura militar de la emisora. Se busca problemas, y los encontrará.

Si a la continua burla radiofónica es el quehacer obligado de Cronauer, también se permite salidas por la Saigon ocupada, acompañado por un divertido Forest Whitaker.
El argumento desde luego da para mucho más, y no por falta de tiempo. Las risas quedan en un contraste muy poco definido con las situaciones más duras y emotivas de la película, que se libra de ser meramente entretenida por la buena fotografía y dirección y por la siempre tan decididamente genial intervención de Williams, quien optó a un Oscar por su trabajo en este largometraje de 1987, dirigido por Barry Levinson.

En ningún modo es “Good morning, Vietnam” una película bélica –de hecho, no se dispara un solo cartucho, pese a un puñado de escenas con acción –, y el público puede encontrar algo parecido a una crítica hacia lo puritano y formal que se muestra el Ejército americano en una situación tan delicada, hacia el distanciamiento entre mandos y tropa.

Desde luego, una película de la que uno se espera mucho más, por lo original de la idea, pero que divierte y evita la temática bélica casi diametralmente.
elumano
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14 de abril de 2012
23 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película original en el planteamiento, que queda, como no, eclipsada por este actor de los que se aman a sí mismos llamado Robin Williams. Un chiste estúpido sin gracia seguido por muchos más, intercalados por imitaciones histriónicas muy cansinas, continuando con ocurrencias o bien sexistas o bien escatológicas de primaria y rematando con shows sobreactuados que mal acompañan a magníficas canciones sesenteras (quizás aquí el doblaje no juegue a su favor) estropean lo poco salvable de la película.
Su relación con los vietnamitas es completamente artificial e increíble, poniendo a los americanos como enviados de las buenas nuevas de su profunda cultura y a los locales como terroristas o como tontitos ávidos por empaparse de cosas imprescindibles en un país ocupado y en guerra como puede ser aprender a decir tacos o cómo saludarse por Brooklyn o jugar al baseball. Incluso ambas cosas a la vez (terroristas y locales tontitos).
Habla un poco de la censura en el mundo militar y plantea un dilema humano, ciertamente interesante, lo digo sin coña, como es el que hasta en una situación de guerra y muerte hay buenas personas haciendo malas cosas porque las circunstancias de los poderosos les han llevado a ellas.
No digo que la película tuviera que ser más profunda, si no que no se centra en nada en particular más que en las gracietas del protagonista que a mi parecer no son ni graciosas y eso es hacer una película incoherente que encima ni entretiene. Floja.
DEADMAN
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