El chip prodigioso

Vamos a ver... un ejercicio para todos...

Paso 1.- Sentarse en el sofá y encender la cadena de música

Paso 2.- Escuchar la canción "Don´t stop me now" de Queen, disfrutando cada segundo de sus 3.33 de duración

Paso 3.- Escuchar la canción "Señor" de los Pecos, aguantando sin reir de sus 2.40 de duración

¿Ahora? Ahora decirme qué cancion ha envejecido bien y qué canción mal. (Yo no me posicionaré porque soy la moderadora de la crítica)

"El chip prodigioso" es una película de hace 21 años, dignísimamente realizada y muy entretenida, ¿Quién no ha alucinado de niño con ella? ¿O es que ahora somos tan machos todos que en 21 años menos pensábamos que el siempre palomitero y "comercial" Joe Dante hacía de las suyas para que fliparan los yankees? ¿O que los efectos eran bastante mediocres teniendo en cuenta el nivel de FX que hemos alcanzado hoy en día?

Anda yaaaa...

No me vendáis basuras, hace 21 años "El chip prodigioso" era un peliculón divertido, entrañable y sin pretensiones que nos hizo disfrutar a todos y a cada uno de nosotros, riéndonos a carcajadas. Pero lo mejor de todo es que en 2.008 y haciéndole un severo exámen, la película ha envejecido muy dignamente; de modo que la puntuación de "7" es una puntuación actual y no el mero recuerdo romántico de hace más de dos décadas.

No me gusta la gente que desprestigia lo antiguo por el mero hecho de serlo, "tipical Spanish", hay que saber valorar las cosas en su justa medida, y esta peli... es buena.

Este requetemake o desmake (que yo qué sé, que qué sé yo, pero no es remake) de 'Un viaje alucinante' en su día me hizo gracia, y ni pienso volverla a ver ni a cambiarle la nota. No sólo porque hay que respetar los gustos de la adolescencia, que aunque uno era más gilipollas también había cierta puridad.

El otro motivo de por qué no hay que cambiar la nota es éste: todo lo visto antes de la 1ª votación filmaffinitera (en mi caso 2006) y no revisitado, no está afectado por el chip FA.

Si te han inyectado este peligrosísimo chip es fácil de descubrir por sus síntomas:

• Empieza la película y a los cinco minutos el chip ya te pone un listón: 6, tal vez 7.
• Si te va gustando el chip salta a 7 u 8, no más. Lo frenas con intención. aún es pronto.
• Si va pasando el tiempo y no ocurre nada especial, el chip va deslizándose lentamente: 6, 5,5, 5, 4,5...
• Si de repente hay algo que te disgusta, el chip se desploma a 2 o 3. No lo frenas, que se levante solito esta vez.
• Esperas el final para ajustar la nota. Es absurdo pero a veces piensas más el final por la nota final que por el final en sí mismo. "Como no me guste el final le clavo un 3" te susurra el maldito chip.
• Cualidad extrañísima del chip: se repite. Como el ajo, sí. Al cabo de unas horas o días el chip te avisa de un cambio de puntuación por el regusto, bueno o malo, que te ha dejado.

Sí, es un chip prodigioso. Pero con una excepción: si es una obra maestra el chip no funciona. O mejor dicho: si funciona es que no es una obra maestra.

Se trata de una de las mejores películas de entretenimiento de los años 80. No sólo es divertida, sino que también puede ser educativa. Los grandes efectos visuales y el buen argumento de la cinta hacen crecer un interés "friki" por la anatomía humana.
Un niño puede divertirse, aprender, y coger cariño fácilmente a la película; porque se desarrolla de tal modo que resulta interesante durante toda la acción.
También, por supuesto, jóvenes y mayores seguramente disfrutarán por igual, ya que el tema es interesante. Además el toque humorístico es impecable y ello hace que el disfrute limpio (apto para todos los públicos) esté asegurado.
En definitiva, es una producción típica americana de las que ya no se hacen...

Joe Dante es un buen director que son sus trabajos (principalmente la comedia de terror) logra captar siempre toda la esencia y la estetica de los años 80 a pesar de poseer algunos filmes no realizados durante dicha década. 'El chip prodigioso' mantiene todo su toque humorístico y tanto su argumento como la película en sí demuestra ser 100% ochentera, guste más o guste menos (personalmente a mí me encanta la esencia ochentera, deliciosamente cutre en algunas películas). En esta comedia fantástica se presentan muchos de los elementos que conseguían que este tipo de películas funcionaran por aquella maravillosa década: argumeto destinado a consumo familiar, director reconocido, actores con fama y un guión que combina muy bien las situaciones divertidas con las más puramente de acción y aventuras. Obviamente no existe credibilidad en las connotaciones científicas que se mencionan a lo largo de su desarrollo y no se puede ni se debe considerar ciencia-ficción seria, solo una comedia más para pasar el rato, agradable y muy entretenida con una interesante mezcla de comedia, fantasía, ciencia-ficción, acción, aventuras y thriller.

En lo referente a las interpretaciones, Dennis Quaid cobró ya su reconocida fama gracias a este filme y a algunos más con los que empezó su carrera a principios de la década. Aquí efectúa una actuación tremendamente carismática y haciendo gala de toda su vena humorística. Martin Short cumple eficientemente como cómico de turno aunque su actuación resulta excesiva por momentos. Mención también para una correcta Meg Ryan cuya popularidad cada vez se encontraba en alza.

En resumen, una interesante comedia fantástica sin apenas base científica, con todo el sello ochentero y de Dante, que resulta muy divertida y entretenida sin más pretensiones que la de divertir y entretener a partes iguales a toda la familia. Recomendable para todos.

·LO MEJOR: Dennis Quaid. Las altas cuotas de humor del guión. Sus faltas de pretensiones científicas.

·LO PEOR: sobra algo de estupidez en el personaje de Jack. Tras el fin se olvida sin dejar huella en la mente.

Si sumamos varios actores irregulares, el director de la mítica Gremlins, y la difícil y añorada época de los 80, el resultado es una nostálgica y entretenida película de aventuras por los curiosos paisajes del cuerpo humano. Si bien los efectos serían hoy de serie B (o C, o Z), la originalidad del guión y los toques de humor hacen que los minutos pasen con celeridad, mientras nuestro cerebro de jóvenes carrozas añora esa infancia que tuvimos entre muñecos de playmobil, scalextric, chapas y peonzas, complicados juguetes cuya existencia peligra en la actualidad. En una época en la que la gran pantalla tiende a sorprendernos poco, no es mala opción rebuscar en el viejo baúl y reencontrarnos con aquellos efectos que en su día nos dejaron boquiabiertos. Como siempre, detrás de muchos minutos buenos, está Spielberg. Martin Short, cuyo éxito fue casi tan corto como anunciaba su apellido, hace un divertido papel como el hipocondriaco Jack Putter.