Janis

La primera vez que escuché de Janis Joplin, fue en una entrevista a la cantante Alanis Morissette a finales de los 90 y cuando aún era muy pequeño, donde confesaba su admiración por ella, y su influencia. Y tal como podemos apreciar al final del documental, donde vemos distintas artistas del género rock y pop, que confiesan la gran influencia directa de Janis: Pink, Melissa Ethergide, Sheryl Crow, etc. Janis de hecho, es considerada la pionera en el rock femenino, la precursora, con el permiso de la gran Aretha Franklin.
El trabajo de Amy Berg, reconocida documentalista de obras como “Delivers Us From Devil” (Líbranos del mal), polémica obra sobre la figura del padre Oliver O’Grady, conocido como el cura más pedófilo de la historia de la iglesia moderna, y “West of Memphis”, sobre el terrible caso de tres adolescentes encarcelados durante 18 años por el supuesto asesinato de tres niños con aparentes rituales satánicos. Estos dos documentales son un fiel retrato de la obra general de Berg, que si vemos, se centra en este tipo de personajes y temas, que tocan fibras y terrenos difíciles e incómodos para la sociedad. Es por esto que no me resultó extraño que se encargara del documental biográfico de Janis Joplin.
El documental fluye con muy buen ritmo y se encuentra estructurado en el formato tradicional expositivo, entre narración, documentación, testimonios, entrevistas y grabaciones. La mezcla entre las imágenes y grabaciones de Janis, son precisamente el plato fuerte del documental. El acercamiento a su intimidad, a su infancia y adolesencia marcadas por el rechazo, por no ser tan agraciada físicamente, la marcaron de por vida, así como la incapacidad de conseguir el amor que tanto anhelaba. La falta de amor, los problemas familiares, y todos esos detalles que la hacían sentir sola, y le permitían al tiempo refugiarse más en su música, sus composiciones y presentaciones.
Todos los apartes tristes de su vida, contrastan con el poder de su presencia en escena, y en general la potencia de su corta pero vibrante y electrizante carrera. Destacando su potente voz, su forma de interpretar y su presencia escénica, que hacían que verla en vivo se transformara en una experiencia irrepetible. Sus composiciones, llenas de vivencias personales, de dolor, tristeza, pero a la vez de fortaleza, redención y cotidianidad; junto con su poderosa voz, desgarradora y electrizante, mezclada con los versos recitados, que hacían sentir que estuviese hablando directamente con el público, contándoles una historia… un poco como Bob Dylan, la convirtieron en un símbolo y un icono cultural que aún trasciende y se hace presente. En los años 60, la personalidad de Janis rompió moldes y se salía completamente de los límites que hacían las mujeres, tanto en sus vidas, como musicalmente. Como era la única mujer cantante de rock, pasaba rodeada de hombres, lo que alarmaba a su conservadora familia.
Amy Berg logró acercarnos un poco más al mito de Janis, y gracias al material de archivo, las entrevistas y las cartas que envió a sus amores y a su familia, permiten que el espectador se haga una idea de lo que fue en realidad Janis Joplin, una chica triste en busca de afecto, una mujer adelantada a su tiempo que contrastaba notablemente por la sociedad de la época, pero que al tiempo permitió e inspiró la entrada de más mujeres del género, de decir palabrotas y de ser mpas abiertas y liberales en sus propias vidas, y por supuesto, su mayor rasgo, el de la super estrella del rock, que es y será con mucho tiempo. El final es muy triste, ya que se enfoca en la correspondencia que Janis tiene con uno de los grandes amores de su vida, y al parecer uno de los únicos que le correspondía sinceramente, ante una carta que Janis nunca alcanzó a leer… junto a una presentación en vivo de su éxito Little Girl Blue, que da título al documental. Muy recomendado para los admiradores y no admiradores de Janis.

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Se puede afirmar perfectamente que en estos últimos años el documental musical está atravesando un buen momento, ya que se han realizado numerosos filmes muy interesantes que acercan al gran público (además de retratar) a los artistas en cuestión. Pueden servir como ejemplo excelentes documentales como el oscarizado "Searching for Sugar Man" (Malik Bendjelloul, 2012) centrado en la figura de Sixto Rodríguez; "Queen: Days of Our Lives" (Matt O'Casey, 2011) sobre la banda británica Queen; "Marley" (Kevin McDonald, 2012) sobre la figura del reagee Bob Marley; "George Harrison: Living in the Material World" (Martin Scorsese, 2011) centrado en el ex-Beatle; o los más recientes "What Happened, Miss Simone?" (Liz Garbus, 2015) sobre la cantante de soul Nina Simone, y el ganador como mejor documental en la pasada edición de los Oscar "Amy (La chica detrás del nombre)" (Asif Kapadia, 2015) sobre la carismática Amy Winehouse. Es necesario indicar que han ido pasando los años y para Janis Joplin no se había hecho ningún biopic (pese a que su historia de superación, fulgor y combustión prematura es puramente cinematográfica), ni tampoco un nuevo documental (desde aquel "Janis" canadiense de Howard Alk, estrenado en 1975). Así que la reputada cineasta estadounidense Amy Berg ha puesto punto final a la incertidumbre, realizando uno de los documentales más esperados de la historia, titulado "Janis: Little Girl Blue" (que traducido al castellano viene a decir "pequeña chica triste"), centrado en la cantante con la voz más rasposa de los años sesenta, que triunfó en el rock, pero que su blues personal acabó condenándola a morir joven.

Hablar de Janis Joplin es hacerlo sobre una de las mejores cantantes de rock de todos los tiempos. Una auténtica pionera que influyó (y aún en la actualidad sigue influyendo) a muchísimas artistas a lo largo de la historia musical. Atesoraba una potente voz desgarrada y muy característica; y cabe decir que su agitada vida, repleta de drogas y excesos, unidos a su prematura muerte a los 27 años de edad, le han llevado a ocupar un puesto de honor entre los grandes mártires de la música moderna, formando parte del famoso y fatídico "Club de los 27"; de hecho, el impulso para la creación del citado club fueron las muertes de Joplin, junto con las de Brian Jones (guitarrista y multi-instrumentista de la banda The Rolling Stones), Jimi Hendrix (considerado como el guitarrista más grande de la historia), y Jim Morrison (legendario vocalista de la banda de rock psicodélico The Doors), todas ellas comprendidas entre 1969 y 1971. Huelga decir que más tarde se agregaron a la lista artistas como el genuino bluesman de los años 30 Robert Johnson; el mítico líder de Nirvana Kurt Cobain; y la genial cantante de pop Amy Winehouse.

Para llevarlo a cabo, su directora Amy Berg, con una amplia experiencia en el género, siendo responsable de los notables documentales "Líbranos del mal" (2006), "West of Memphis" (2012) y "An Open Secret" (2014); confecciona una completa pieza sobre la icónica cantante. La premisa se sostiene en un triángulo de investigación consistente, archivo en directo y documentos íntimos para mostrar una historia familiar y singular: aquella de la moza ambiciosa, y rebelde por naturaleza, que huye de su hogar para buscar fortuna y sentirse valorada. Es digno de mención que la cantante de folk alternativo Cat Power presta su voz, leyendo (a modo de 'voz en off') las cartas personales que Janis escribía a su familia; asimismo, contiene entrevistas deslumbrantes y meticulosas, en el que algunos de los entrevistados se han visto por primera vez aquí, como los hermanos pequeños de la artista; además de sus numerosos amoríos (que narran con candidez la experimentación sexual de la cantante tejana); y por descontado, los miembros de "Big Brother & The Holding Company", la banda que le dió la oportunidad de subirse a un escenario. El filme incluye mucha música, siendo una auténtica gozada ver imágenes en los estudios de grabación en el que Janis y su banda daban forma a grandes temas como "Summertime" o "Piece of my heart", al igual que diversas entrevistas televisivas, como las grabaciones en el backstage y actuaciones en vivo, de los míticos festivales de "Monterrey '67" y "Woodstock '69"; sin embargo, también resalta a la mujer detrás del mito, respetando su figura con afecto, profundidad y sin la menor morbidez. En resumidas cuentas, se trata de un apasionante, honorable y riguroso tributo que se postula como el definitivo.

No mucho se puede decir sobre este documental, quizás el más flojo de los de su reconocida autora, más que es una notable recopilación gráfica de la vida de esa niña tejana feucha a la que machacaron en su infancia (como a tantos otros) por no haber nacido con los cánones estéticos y sociales estúpidos e inmisericordes que imponen las sociedades y que promueven la crueldad y el acoso físico y psicológico a millones de niños y adolescentes que ni siquiera tienen el don de la voz de Joplin. Esa niña triste que se empeño en no serlo y se convirtió en un icono de la música y de la rebelión y la libertad personal. Sus éxitos en el escenario la dieron todo el amor que necesitaba para volverselo a quitar en cuanto bajaba de él. Los hombres y mujeres que la amaron y la defraudaron alimentaron su letras llenas gritos y lamentos. Mucho sexo, blues, y rock & roll, el alcohol y las drogas que abren las almas y consumen los cuerpos y las mentes se la llevaron a los 27 años para hacerla inmortal.

Nunca había visto un largometraje documental dedicado exclusivamente a la cantante estadounidense Janis Joplin (1943-1970) -aunque ya había visto un documental sobre la banda con la que alcanzó el éxito, Big Brother and the Holding Company, "Nine Hundred Nights" (2001), dirigido por Michael Burlingame- y tenía muchas ganas de verlo. No me ha decepcionado, aunque pasa muy por encima de la bisexualidad de la biografiada, por ejemplo en cuanto a su controvertida relación con Peggy Caserta, y no dice nada sobre aspectos de su vida mencionados por la biografía de Myra Friedman, como su muy misterioso viaje a México para abortar.

Tampoco se habla aquí, creo recordar, sobre la relación de Janis con los famosos "Ángeles del infierno" californianos, ni con Emmett Grogan, semihéroe de la contracultura, ni con Nick Gravenites, cantante y compositor con el que Janis tuvo una relación profesional (de hecho, cantaron juntos alguna vez), ni con otro cantante como Mike Bloomfield, quien también colaboró con Janis en la etapa "Kozmic Blues", en 1969. No aparece en el metraje, por cierto, una de las mejores canciones de Janis, "All is Loneliness". Al menos, este documental recoge imágenes muy curiosas de Janis en la gira del "Canadian Festival Express", entre junio y julio de 1970, con los integrantes, supongo, de la Full Tilt Boogie Band.

Este documental, que desde luego no es el primero sobre Janis Joplin, y posiblemente no será el último, pone delante del espectador una gran cantidad de imágenes y testimonios para que éste se haga su composición del personaje biografiado, de acuerdo a una estructura muy clásica, que no arriesga nada, en el sentido de que va alternando las declaraciones de los que la conocieron con imágenes de Janis, y con los textos leídos de sus cartas, todo ello en un riguroso orden cronológico. Con tanta información, es fácil que algo se nos escape, y, de hecho, el espectador muy interesado en el personaje, tal vez desee ver el documental otra vez. La mujer que Amy Berg nos va describiendo es sin duda una Janis Joplin con sus aciertos y sus errores, pero desde luego lúcida e inteligente, alejada del infantilismo que Myra Friedman le achaca en su biografía.

La película de Berg es tanto para "fans" de Janis Joplin como para los que no lo son, en tanto que es muy didáctica, con un desarrollo narrativo muy claro, que va del principio al final, un final que no ofrece posibilidad de cambios, por desgracia. La labor de montaje o edición, tan importante en un film de estas características, es digna de elogio. Si algo demuestra este documental, realizado tantos años después de la muerte de Janis, es que ella y su música han logrado trascender su época y han pasado a ser parte de la Historia con mayúsculas, posiblemente porque Janis Joplin, como cantante, es realmente irrepetible, única. Pocos cantantes se han confesado con tanta sinceridad en el escenario; de ahí que Janis consiguiera algo tan difícil como transmitir tanta fragilidad y tanta emoción y energía al mismo tiempo. Su voz y su música electrizaban, y lo seguirán haciendo.

Cuando yo empecé a escuchar música en mi juventud allá por el año 1970,Janis Joplin ya había fallecido y escuchaba en la radio muchas de sus canciones.Por aquel entonces yo no era demasiado seguidor de su música y su forma de cantar.Me gustaba más el estilo de Simon and Garfunkel,Elton John,Cat Stevens,Creedence Clearwater Revival,The Animals y Carlos Santana entre otros.Pero con el tiempo mi admiración por ésta chica Tejana fue en aumento.Yo no estaba muy de acuerdo con la forma de vida de la comunidad hippie.Mis creencias religiosas eran otras y eso estaba muy mal visto.Yo era deportista y ni fumaba tabaco,ni por supuesto nunca se me ocurrió probar las drogas.Pero Janis Joplin cayó en ellas y no pudo dejarlas.
La película documental sobre su vida me ha gustado mucho.Muy bien dirigida por Amy Berg,nos deja ver imágenes sobre su infancia y juventud que yo nunca había visto.En la película,comentada por amigos y amigas de su infancia,familiares suyos,otros cantantes y compañeros del grupo que la acompañó durante su corta carrera,nos muestra los problemas que tenía para adaptarse a los problemas sociales de su entorno.Las cartas que escribía a sus padres,con los que no se llevaba mal,pero con los que no estaba nada de acuerdo,nos deja ver lo molesta que estaba con muchas de las cosas que pasaban a su alrededor y con la gente que la rodeaba.Era una chica que se sentía infeliz por cómo la trataban los demás y para ella eso era muy frustrante.Si no se sentía querida,su mundo se venía abajo.Una pena,porque tenía mucha vitalidad y ganas de triunfar en el mundo de la música.Pero las drogas y el alcohol no le dejaron realizar su sueño.
Su forma de cantar y su voz pasarán a la historia,porque no ha habido ni habrá otra como ella.