Una proposición indecente

"Si alguno os quiere robar la esposa, la mejor forma de vengaros de él es dejar que se la lleve."
(Miguel de Cervantes )

Otra de esas películas que no tengo ni puñetera idea de por qué me ha dado por comentar... pero ha sido el leer unas cuantas críticas y observar incrédulo su puntuación media para sentirme motivado a darle a las teclas... y como bien reza el título tengo algo que decir:

Imaginaos por un momento que os sentáis en vuestro salón, enchufáis la tele y empezáis a ver por ejemplo (...)

-"Titanic"... y la quitáis ( para no verla más ) cuando DiCaprio ve por primera vez a Winslet.
-"Matrix"... y la quitáis cuando Reeves dice por primera vez "No puede ser!".
-"Los Puentes de Madison"... y la quitáis cuando se ve acercarse el coche de Clint.
-"Terminator 2. El Juicio Final"... y la quitáis cuando aparece por primera vez el T-1000.
Pues estas acciones tan raras de no disfrutar una peli cojonuda ni su primera media hora ( quizá cinco minutos más ) es exactamente lo que creo que habéis hecho todos los que estáis comentando aquí: no pasais más allá de la proposición que les hace Robert Redford, tanto visual como cinéfilamente.


Puede que sea el eje de la película, no en vano es lo que le da título, pero queda claro que es lo único en lo que os fijáis ( salvo unos pocos cuya crítica ya cuenta con mi "Sí" ): yo por mi parte sé cómo respondería: le soltaría un NO rotundo...

Este filme tanto en cuestiones de guión como técnicos es impecable... no sé a qué vienen las quejas: Adrian Lyne siempre dota a sus películas de un aire oscuro, intimista, casi tenebroso y falto de color, con una atmósfera y una fotografía inigualables, muy propio del cine de los noventa... y las interpretaciones aunque no sean la octava maravilla cumplen... a la par que los ya cansinamente vapuleados diálogos ( os juro que los he mirado con lupa y no encuentro nada irritante en ellos... me parece incómodo y relamido por ejemplo la frase "aquí huele a pedo" ).

Y ahora os pregunto yo algo que pocos se atreven a indagar: ¿qué haríais en el lugar del billonario ?

¿ Os atreveríais a hacer dicha proposición ? no a aceptarla... sino a HACERLA: Imaginaos por un momento ( más aún los que tienen novia y/o están casados ) que estáis viendo enfrente vuestra a la que posiblemente sea la mujer de vuestra vida... en brazos de otro... y que no volverás a verla ¿ qué haríais por conseguirla ? ¿ la dejaríais ser feliz ? ¿ renunciarías a tu felicidad por ella ? ¿ o recurriríais a los trucos más sucios por conseguirla ? Esa pregunta sí que es jodida de contestar...

a más ver

H

Creo que la mayoría de los críticos de cine, tienen cada vez menos sensibilidad, acierto e inteligencia a la hora de hablar de ciertas películas. Esta es una de ellas. Todo en esta película me parece maravilloso, los dialogos, los gestos, la hermosísima banda sonora en sintonía perfecta con cada escena y por supuesto el trío de actores protagonistas de esta obra maestra. Creo que la película en la escena de la subasta del hipopótamo, alcanza su momento sublime y magistral, en la que un perdedor demuestra las clarísimas diferencias entre las personas, el amor, el dinero y la dignidad. Ya se que para gustos los colores, pero a mí personalmente esta película en particular, jamás me ha dejado indiferente las varias veces que la he visto. El final sereno, hermoso, bellísimo, como no podía ser de otra forma.

Estoy casi completamente seguro que si alguién ve esta película, la pregunta que se formulará al acabar la misma, será la que yo he puesto por título.
Curioso dilema en que nos encontraremos si un billonario se nos acerca y nos dice que nos dará esa cantidad de dinero por tan sólo una noche junto a mi mujer. Este dilema se incrementará notablemente si por encima nos encontramos en bancarrota.
El dilema es el que quiso resolver el guionista ( mejor dicho, el que escribió el libro en el cual está inspirado la historia), dando lugar a una desconocida historia que sirvió de inspiración para el film presente.

En lo que al largometraje se refiere, nos encontramos ante un curioso film, que atrae más por su tema que por su argumento y que intenta a tientas resolver la cuestión, que cualquier marido tendría en una situación semejante.
Aunque la intención es buena, la película se queda un poco corta y peca de prestar más atención a las reacciones de los actores que a las situaciones donde éstos se encuentran, a parte de que no hay una escena minimamente erótica, donde se pueda ver realmente qué pasó realmente esa noche crucial, que tantos quebraderos de cabeza dio al personaje interpretado por Woody Harrelson.
Definitvamente, la película resulta interesante, aunque pudo ser mucho mejor de lo que realmente fue.
Atención a la actuación de Redford, que como siempre, mantiene el tipo y resulta lo mejor de esta curiosa película.

... no te deja indiferente. A mí, desde luego que no. El lema es el clásico en las películas más sonadas de Adrian Lyne: "Nueve semanas y media", "Atracción Fatal", "Lolita" o "Infiel": en el amor (y/o sexo), el que juega con fuego, se acaba quemando. Mensaje moralista, pues. El director parece sentirse muy a gusto con esta clase de historias.

En este caso, hay diversos alicientes, uno de los más llamativos (además del consabido "¿y usted qué haría si...?") es el enfoque diverso según se contempla a través de un prisma masculino o femenino. Ellas suelen valorar la actitud del personaje de Redford al dejar ir a quien sabe que no le ama, mientras que ellos cargan las tintas contra el propio Redford (la proposición no sólo es indecente, es repugnante), o Harrelson, quien pasa primero por un pobre insensato, para rehabilitarse después. Nueva lección moralista: el valor de la autoestima, que Harrelson resume en una frase: "El no vale más que yo: sólo tiene más dinero." Como también es moralista (y sobradamente manido, sobre todo en el cine) lo de que "el dinero no da la felicidad, ni compra el amor", aplicables a esta película. Así que poco de nuevo.

La trama está bien montada, pero sin grandes alardes, y es MUY previsible, demasiado. La interpretación, correcta sin más, con algunos momentos brillantes en secuencias de alta tensión. La banda sonora, muy emotiva, hace subir enteros a la película. La temática es de esas que propician el diálogo a la salida, pero... eso sí, dejando las emociones a un lado: a mí me costó una buena discusión con una ex-novia.

Es curioso como está película, mediocre entre las mediocres, fuera un exitazo de taquilla gracias al bombo que los medios le dieron en su día al temita de la infidelidad matrimonial “consentida”. Pero es más curioso ver como esta fama ha aguantado el paso de los años, cuando todos sabemos de lo etéreo de las noticias en los medios de comunicación. Achaco su longeva fama a lo picante del tema y a los debates que alrededor de él se puedan generar dado el conflicto moral que presenta, y que es lo único salvable de este film insulso al que todo le viene grande, desde unos diálogos que no se los cree nadie (como siempre señor Boyero, tiene usted razón), unos actores muy por encima de sus personajes y un final tan manido y predecible en el que dan ganas de echar la bilis. Es demasiado azucarado hasta para los happy end made in hollywood, y eso que nos tienen bien acostumbrados.

Sólo recomendable si tu actriz fetiche es Demi Moore y te pone verla en la cama rodeada de billetes de cien.