Último destino (Serie de TV)

“Last resort” fue la crónica de una traición y cancelación anunciada. La nueva serie de la ABC tenía dos nombres clave al mando: Shawn Ryan, creador de “The Shield” y “The Unit”, como responsable y un piloto dirigido por Martin Campbell, que también produce la serie. El drama aspiraba a dar un golpe de estado en la parrilla televisiva estadounidense dentro del catálogo de series con conspiración, pese al fracaso de los últimos intentos con “The Event” y “FlashForward”, desde un punto más creíble dentro de la (ciencia) ficción donde quedaba enmarcada. Desde su argumento a sus elementos morales enfrentados al patriotismo, la serie se convirtió en una de las más esperadas y, al mismo, tiempo en una de las claras candidatas a la cancelación antes de su estreno. ¿Los motivos? ABC, como ha sucedido como la olvidable “Zero Hour”, colocó la serie en la complicada franja de los jueves con rivales imbatibles y un planteamiento y personajes más afines a la televisión por cable. ¿El resultado de la misión? Un puro suicidio catódico.

El argumento partía de un submarino del ejército de los EEUU que cuestionaba la orden que reciben para lanzar misiles nucleares sobre Pakistán… ¿De quién? ¿Y, sobre todo, por qué? Comprueban que EEUU sigue en su sitio… y no ha existido ningún ataque (nuclear) del país enemigo. Reciben dos respuestas: el capitán es relevado de su puesto inmediatamente y al no cumplir nuevamente la orden la nueva persona al cargo, la contestación definitiva y final se da en forma de un misil Tomahawk que casi acaba con ellos… Terminan en una isla donde se establecen como nación y amenazan con lanzar los misiles nucleares sobre suelo estadounidense si son atacados… Los frentes era múltiples e interesantes: una conspiración en Washington a lo Tom Clancy que ha originado que Pakistán reciba el impacto y millones de muertes por parte de armas nucleares de EEUU -enfocado tanto a la ‘dueña’ del juguete como al padre y Almirante de uno de los miembros de la tripulación-, un juego de lealtad y bandos dentro de la tripulación del submarino, el drama que genera a los familiares de los declarados enemigos de América, un mafioso que dirige el cotarro de la isla con una estación de la OTAN y que no está dispuesto a ceder su poder a esos nuevos dueños y, sobre todo, el origen de todo el embolado en el rescate de unos miembros sospechosos de las fuerzas especiales que han creado el monstruo que puede devorar a todos.

“Lost”, “Marea Roja” y “24” reunidos y puestos a prueba en copiosos frentes para generar todo tipo de posibilidades frente a un discurso patriota que genera el choque de las órdenes militares y los ideales de la bandera norteamericana. El piloto no fue revelador aunque generó el suficiente interés como serie a tener en cuenta… pero, con su cancelación y cierre como miniserie de trece capítulos con final cerrado, se notaron sus méritos y también deficiencias: ágiles capítulos pero también cierta irregularidad en ese juego con infinitas combinaciones y giros. Lo más gratificante y ‘radical’ de “Last Resort” ha sido comprobar que el Presidente de los Estados Unidos es el malo de ‘la película’. Algo inédito e interesante… La serie cancelada por la ABC llegó para dejar cerrado todo en la profundidad del mar en el que tal vez nunca tuvo que asomarse. Ni siquiera con el periscopio... Marcus Chaplin y su historia llegó hasta aquí, como un último recurso… que nunca tuvo realmente su propia serie. Esperemos que no quede, eso sí, en el fondo del mar y que muchos seriéfilos la rescaten y la recuerden con el tiempo.

Tuvo interés aunque nunca genialidad…

Todavía es demasiado pronto para aventurarlo, pero con Revolution y The mob doctor estrenados y las escasas expectativas depositadas en los que están por venir, podemos afirmar que Last resort es el drama más prometedor de la nueva temporada otoñal. Al menos, de momento, es el único con la suficiente ambición como para cumplir sus pretensiones. Tanto los medios, que aunque no son boyantes están muy bien amortizados, como las interpretaciones le confieren a esta nueva serie de la ABC los tintes de superproducción de los que el resto carece.

Last resort sale bastante bien parada del piloto. Y no es poco, dado que en 40 minutos se suceden varios intercambios de misiles nucleares, la devastación de un país, una declaración de guerra, el hundimiento y recuperación de un submarino militar, la invasión de una isla. De seguir al mismo ritmo, las dos primeras guerras mundiales se convertirán en una minucia histórica en comparación con el argumento de esta serie. Así que, de entrada, la credibilidad no parece su fuerte. Pero ¿desde cuando se espera fidelidad en un thriller de acción?

La premisa de un grupo de militares amotinados contra todo un gobierno de los Estados Unidos es de lo más sugerente, sobre todo si viene acompañada de conspiraciones desde las más altas esferas, intereses económicos y rencillas personales. Conviene saber ahora si el guión será capaz de mantener el interés del espectador, sobre todo tras un primer episodio adrenalínico e hiperactivo. ¿Conservará la temporada un ritmo tan frenético o se ralentizará con el desembarco de los protagonistas en una isla del Pacífico?

Las relaciones personales parece que ganarán peso en los siguientes episodios. El piloto ya nos ha dejado entrever posibles tensiones de poder y también posibles tensiones sexuales, como la que con toda probabilidad tendrá lugar entre el oficial Sam Kendal (felizmente casado) y la teniente Shepard. Para sostener estas tramas, Last resort se ha provisto de un reparto muy solvente, encabezado por un Andre Braugher con el carisma y la presencia necesarios para mantener bien alto el listón de la serie.

Así que de entrada sólo hace falta esperar que los guionistas de esta nueva ficción, ambiciosa y grandilocuente, vayan desenredando con astucia este embrollo en el que nos han sumergido. Puede que las guías ya estén prefijadas o puede que nos encontremos con una serie totalmente distinta al finalizar la temporada. Es cuestión de tiempo que descubramos si detrás de Last resort hay una gran cabeza pensante o una locura con destino a ninguna parte.

Serie cancelada prematuramente, por lo que se forzó su final. La idea es sugerente, un submarino atómico recibe la orden de lanzar cuatro misiles atómicos sobre Pakistán, tras recoger a un equipo de los Seal que había efectuado una misión en tal país. Al no venir la orden por los canales prefijados, y sí por un secundario situado en la Antártida, no disparan pidiendo la autentificación. Otro submarino nuclear lanza un ataque nuclear contra Pakistán, e intenta hundirles, lo que no logran, y se convierten en proscritos para su propio país, refugiándose en una Isla que se apropian, y lanzando un misil atómico que sobrevuela Washington y cae a 200 millas sin causar víctimas, para impedir que su propio gobierno los aniquile. Tanto la tripulación del USS Colorado como personas en EEUU buscan el porqué se produjo un ataque nuclear que rechazan el resto de los países del mundo.

Esta es la historia de la que parte la serie y estas sus vicisitudes para sobrevivir. Buenos actores y buena premisa.

El resultado, tras su prematura cancelación y su acelerado final, hacen bajar su puntuación de un sobresaliente a un aprobado alto. Un 6.

Se podrá criticar su inverosimilitud pero lo cierto es que cuando te des cuenta el capítulo ya se habrá acabado después de observar conspiraciones políticas, de la tripulación, amenazas nucleares, duelos con la población local, conflictos internacionales, misiones secretas... En la desmesura está su principal ventaja, en no dejar pensar si lo que sucede es plausible o no.

Además el hecho de que un submarino nuclear se oponga a su país tiene ese puntillo de rebelión ante el poder establecido que siempre es un punto a favor, máxime si la nación es Estados Unidos.

Cada personaje tiene su interés aunque haya algunos que lo posean más que otros, como suele ocurrir, sobretodo aquellos que fluctúan entre dos bandos y su elección final pueda ser determinante para el devenir de los acontecimientos. Marcus Chaplin es carismático así como el contramaestre Prosser. Por el contrario los personajes de las intrigas políticas son menos interesantes.

Entre las dos historias diferenciadas (la política y la de la tripulación) la segunda es de largo mucho más interesante ya que cuenta con muchos más detalles que la primera y es sencilla de seguir. Si es que los submarinos nucleares molan mucho.

La lástima es que haya sido cancelada y solo existan estos 13 capítulos de los que consta la temporada. La audiencia manda en cadenas como la ABC y el descenso que sufrió es una razón de peso pese a tratarse de uno de los estrenos más potables de la temporada.

El argumento parece del todo descabellado si lo piensas dos veces, lo que ocurre es que hacen un buen planteamiento de personajes, escenarios y ciertos giros que le dan interés, es una serie de ficción está claro. Está bien hecha, y se nota el guión.

Pese a estar de acuerdo con algunas críticas, creo que la serie desciende de nivel los últimos capítulos, con giros de triple salto mortal hacia atrás sin caerse, aparte de que ya el planteamiento inverosímil con el que comienza se hace más grande cada vez, y ya pierde credibilidad a nivel exponencial. No me voy a molestar ni en ponerlo en el spoiler.

Este situación de gran promesa en su inicio para caer en último(s) episodio(s) a niveles lamentables, no es sólo de esta serie, le pasa a muchas, y a está en cierto sentido también.

Sirve para pasar un ratito.