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A propósito de Llewyn Davis

Drama Nueva York, 1961. Llewyn Davis (Oscar Isaac) es un joven cantante de folk que vive de mala manera en el Greenwich Village. Durante un gélido invierno, con su guitarra a cuestas, sin casa fija y sin apenas dinero lucha por ganarse la vida como músico. Sobrevive cantando en pequeños garitos, pero, sobre todo, gracias a la ayuda de algunos amigos que le prestan su sofá para pasar las frías noches. De repente, decide viajar a Chicago para ... [+]
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Críticas 183
Críticas ordenadas por utilidad
1 de enero de 2014
213 de 271 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo imposible es hacer entretenida una película de banda sonora folk y protagonista horchata.
El fartón que la hace degustable es una impecable dirección y una mimada producción. Podría estar nominada en cualquier categoría.
Aún así no puede entusiasmar a nadie, porque su propia naturaleza lo impide.
No intenta satisfacer ningún sentimiento del espectador, no empatiza con ningún personaje, no es blockbuster, no es gafapasta, no es familiar, no es friki, es una bala sin objetivo. Ni siquiera puede alcanzar el status de peli culto. Sólo es una peli muy bien hecha. Punto pelota.
Sines Crúpulos
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4 de enero de 2014
175 de 205 usuarios han encontrado esta crítica útil
"A propósito de Llewyn Davis" es la historia de un viaje, contrario a lo iniciático, de un hombre que se juega sus últimas cartas por seguir el camino que ha decidido tomar. De proporciones homéricas en el fondo y de configuración sencilla en el exterior, los hermanos Coen consiguen una vez más el milagro de dar forma a una película isla, un film que sólo ellos podrían facturar, con una equilibrada dosis de drama y comedia. Nada afectado lo primero y ausente de la carcajada continuada lo segundo, porque lo que se pretende es mantener al espectador en estado de alerta, creando un ambiente enrarecido donde (casi) cualquier cosa podría pasar. La extraordinaria y atmosférica fotografía de Bruno Delbonnel ("Fausto", "Amelie") llega al punto de conseguir que durante algunas escenas esto parezca una película de terror, con planos de una fuerza tremenda, y unos juegos de luz que quitan el hipo. Así, el periplo de este Llewyn Davis, esta road movie hacia el interior de sí mismo, pasa por todos los estados posibles antes de pasar página a ritmo de folk.

Hay mucho que decir de la nueva película de los hermanos Coen, pero lo cierto es que creo que lo mejor de todo es descubrirla lo más vírgenes posible. Así, me limitaré a mencionar algunos aspectos que me han dejado plenamente satisfecho. Por ejemplo, la interpretación de Oscar Isaac, un actor que hasta ahora había estado relegado a roles secundarios (que casi siempre salvaba con dignidad) y que por fin recibe un papel principal en el que demuestra la fuerza de su mirada, los registros que puede alcanzar con la simple mímica. Y qué voz, señores, menudo pack completo nos había estado negando Hollywood (sirva recordar su escena eliminada de Sucker Punch, donde cantaba una canción tremenda). Carey Mulligan tiene un papel cortito pero intenso, pero es cuando se pone tras un micrófono (¿recordáis su New York, New York de Shame?) cuando vuelve a conquistar. En realidad, cualquier momento musical de "A propósito de Llewyn Davis" es impecable. No me habría molestado que la película durase una hora más, si en ese tiempo se hubieran introducido más canciones filmadas con ese estilo tan cercano, fotografiadas por la cámara de Delbonnel como si formaran parte de un sueño.

Y por último, Ulises. Y su mitad femenina. Lo que consiguen los Coen con la presencia de este felino va más allá del elogio, y lo digo no sólo porque adore a los gatos sino porque funciona a la perfección como metáfora de ese viaje, errante, decidido pero con algo de dudidativo, que emprende Llewyn. Filmado de forma estilizada (el reflejo en el metro, los andares por el pasillo), en las pieles cuasi-doradas de Ulises, y en su mirada, reside gran parte de la chispa de una película que quizá no sea la mejor de los hermanos Coen, pero porque hablamos de gente que nos ha entregado no menos de media docena de películas extraordinarias. "A propósito de Llewyn Davis" probablemente no se convierta en un film de culto ("El gran Lebowski", "Fargo"), pero su propia narración la obliga a ser en cierta medida distante, pudiendo ser la cara B de "Searching for Sugar Man". A mí me ha gustado muchísimo, así que no puedo hacer otra cosa que recomendarla. Sólo por el gato, merece la pena.
Caith_Sith
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12 de enero de 2014
93 de 112 usuarios han encontrado esta crítica útil
«Unas veces cazas al oso, y otras veces el oso te caza a ti».

Ya lo decía el legendario cowboy en la bolera que frecuentaba El Nota. La vida es un continuo cazar o ser cazado, una búsqueda cíclica en la que nunca nos mueve el fantasma del combustible pasado. A dedo en coche y por el mundo helado, autoestopistas greñudos sin ánimo de descansar.

Llewyn Davis es esta vez el cazador, pero al contrario que El Nota, se toma la vida demasiado en serio. Llewyn Davis es un Barton Fink del Greenwich Village de los años 60, un músico folk que solo dice cuando canta, porque hablar habla pero nunca dice. Por la película pasan multitud de artistas o gente que dice ser artista. Todos, sin excepción, hablan de ellos. De su arte. Y a nadie le importa una mierda lo que dicen los demás. Una merienda de egos desnudos, sin dinero. Porque el artista está siempre demasiado ocupado hablando de sí mismo, de su tragedia, de que el chollo se le jodió por culpa de otros. La incomprensión. Con un sofá por cama que a cada día o a cada rato se le cambia de tapicería y de paredes. Vivir para ser artista, no para comer. Comer es para gente que solo existe, gente común que busca un futuro, sin ínfulas. Gilipollas mediocres. Pero Llewyn es especial. Tiene hijos como quien escribe canciones. Los deja estar en Akron cuando sabe que están vivos. No abre la caja, como tampoco la abría Barton en aquella playa de película. Se limita a abortar por filosofía y a vivir su tragedia con ansia felina.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
lyncheano
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17 de diciembre de 2013
71 de 90 usuarios han encontrado esta crítica útil
No puedo evitar rememorar O'Brother, Where Art Thou cuando afronto la temática de esta Inside Llewyn Davis. Pese a que las dos películas son completamente diferentes entre sí, su punto de partida y desarrollo tienen una parte en común: el tortuoso camino de unos personajes terminales, encerrados en una vida de puro lastre, remando sin rumbo hasta poder llegar a casa. Esta es la particular odisea del cantautor folk Llewyn Davis, un absoluto perdedor sin casa donde dormir ni trabajo del que ganar dinero, al que incluso sus mayores allegados les cuesta mostrar aprecio. Un Ulises en un mar de fracaso que se debate entre dar brazadas sin sentido o dejarse arrastrar al fondo del océano. Esta referencia se hará más notable en las patas de un gato que hará un perfecto símil con el personaje protagonista.

Podríamos diferenciar al film en dos partes, aproximadamente partidas por la mitad: el punto de partida, de vis más cómica y de agudos diálogos marca de la casa, está repleto de patosas situaciones que ponen en contexto la historia de Llewyn Davis, un cantautor folkie de más pena que gloria. Gracias a un excelente reparto (destacando cierto gato llamado Ulises cuyas apariciones siempre le colocan en el centro de atención), liderado de forma sobresaliente por Oscar Isaac en el papel que cambiará su vida como actor, Inside Llewyn Davis funciona con agilidad, adentránosos en su particular atmósfera provocada por una fotografía oscura y melancólica, sin duda alguna la virtud que más destaca en el film.

De cara a la recta final, el nuevo largometraje de los hermanos Coen se orienta hacia el drama existencial y se torna más intimista: sobre todo, más triste. Es ahí donde podemos encontrar los tics más reconocibles de los hermanos, temas de los que llevan tocando en una ya larga filmografía.

Si bien no es de difícil visionado, no es un plato fácil para el público medio: Inside Llewyn Davis es una película de ritmo tranquilo, de formas reservadas, y sobre todo, muy propia de los hermanos Coen. Su particular humor oscuro se hace muy patente en el desarrollo de la historia, mezclando diálogos de corte muy humorístico con conversaciones realmente hirientes para los personajes de la obra, si bien hay que resaltar de que se trata de un largometraje más emotivo de lo que estamos acostumbrados a ver en la carrera de los Coen.

Quizá la sensación de que el film deje al acabar su visionado con sensaciones similares a las de su inicio pueda ser un inconveniente para determinado público, pero no hay que olvidar los condicionantes que Ethan y Joel Coen dan a su obra: son cineastas de lo cotidiano, capaces de absorber un momento dándole su particular visión, más cercana al esperpento que al reflejo exacto de la historia. Es su cine, son sus normas, y bajo esta premisa Inside Llewyn Davis se muestra como una cinta de indudable calidad.

No podría acabar sin resaltar su preciosa banda sonora, canción con Marcus Mumford inclusive, llena de temas muy notables que, vaya por donde, también me retraen a O´Brother.
Huckleberry
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12 de julio de 2013
57 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
Generalmente definimos las “road movies” como películas basadas en viajes a lo largo de una zona o país determinado y en las que ese viaje físico, de un punto A a un punto B, va acompañado de un viaje íntimo del protagonista, espacio recorrido y personalidad crecen o mutan al unísono. Si esta definición es correcta deberíamos etiquetar Inside Llewyn Davis como una “anti road-movie” porque el de Llewyn/Oscar Isaac es un barco varado en el dique de la ribera del musical Greenwich de los 60, un artista sin rumbo, un poeta desnortado. Los Coen no sólo componen un antihéroe despreciable, emotivo e inolvidable a un tiempo sino que lo enriquecen recreando un microcrosmos (visual, musical y personal) en el que nos sumergimos desde el mismo inicio del film, lleno de seres con vida propia y que perduran más allá de la fugacidad de su paso por la pantalla.

Nos cuesta, bendita dificultad, distinguir donde aciertan más los de Minnesota, si en el guión, melancólicamente divertido, en su capacidad para la creación de atmósferas inmersivas o en su adecuada estructura circular, en cualquier caso Inside Llewyn Davis es una de esas películas en las que el espacio que ocupa en la memoria se va ampliando con el tiempo y uno de los más memorables aciertos de sus creadores, que no es poca cosa hablando de quien hablamos.
Talamasca
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