Enemigo público

No es nuevo el planteamiento sobre el control privado y la intimidad de la gente, pero nunca deja de resultar interesante. Tony Scott se adentra de ese mundo a su manera, con su estilo, ese tan odiado por la crítica, pero tan aplaudido por el espectador que no duda en dejarse atrapar por su vertiginoso montaje siempre al servicio del entretenimiento. Su cine puede resultar efectista y un tanto superficial, a mí me parece muy estético y personal, algo que siempre respetaré en el hermano de Ridley. Sus películas plantean temas densos y espinosos que resuelve sin discursos demagógicos ni falsas moralejas, ahí están la extraordinaria “El fuego de la venganza” o “Revenge” con planteamientos hacia las vendettas, “Enemigo público” está más en la línea de “Deja Vu”, narrando las posibilidades del control gubernamental con la excusa de salvaguardar los intereses de los ciudadanos mediante la política de que todo los métodos están por encima de los derechos para lograr los objetivos. Esta película se centra más en los efectos colaterales que esto puede tener en un individuo específico a nivel familiar, cómo se puede destruir al individuo atacando una credibilidad que se puede manipular a nivel tecnológico, sin pensar en la presunción de la inocencia y trabajando sobre los escrúpulos de quienes miran por esa ventana. No se puede ocultar que su finalidad no es tanto llegar a aspectos morales como el de el puro espectáculo, algo que logra con facilidad gracias a un competente reparto repleto de rostros conocidos, que dan la personalidad suficiente como para realizar una película sin otras pretensiones que no sean estrictamente lúdicas.

Esta película es una especie de alegato a favor de la intimidad y la privacidad de las personas, y del respeto a las mismas.
Dentro de ser una película de acción, lo que más me gusta es que es una película en la que van pasando cosas, y no es una "aglomeración de escenas de tiros, persecuciones policiales y escapatorias varias que no están hiladas de acuerdo a un argumento que no sea 'tengo que matar al malo porque mató a mi mujer/novia...'"
En ciertos momentos tiene toques de humor, que hacen gracia, y que te desahogan un poco de la acción en la que se ve envuelto el espectador por medio de Will Smith

Película muy entretenida y trepidante de la que destacaría al siempre grande Gene Hackman y a un gran Will Smith.....con mucha acción, con un buen argumento y un ritmo frenético. Es una película que engancha.......cine del que entretiene.......y mucho.

Muy buen thriller, bastante entretenido. Mafia, FBI, policias, un ex-militar, periodistas, corrupción política, un abogado que no se entera de nada... lo tiene casi todo.
La trama es muy buena, y el final resulta hasta gracioso, pero genial.
La única pega es el doblaje de Will Smith, no es el mismo de siempre...
Gene Hackman, uno de los mejores actores, para mí, poco reconocido...está brillante en este guión muy bien adaptado de Tony Scott, que viendo la crítica anterior, no sabía que hizo tambien "Deja vu", quizá tendré que seguir este director más a menudo.

Le pongo solo un 7 porque quizá le falte más acción y tal vez se podría haber hecho un poco más liosa en diferentes escenas...

Enemigo público es una película amiga para los amantes de las conspiraciones. Yo soy de los que gusto de hablar largo y tendido sobre el "quién vigila a los vigilantes", pero también me gusta apostar un poco por la cordura. Enemigo público es ciencia ficción, puesto que mete el futuro dentro del presente. Así hay que tomársela.

Tony Scott dirige. Scott siempre fue un director nervioso, como acelerado. En Enemigo público, empieza con una introducción excesivamente larga. Aunque entiendo que lo que intenta es meter al espectador en situación, personalmente me parece que se toma demasiado tiempo para contar algo que se puede resumir con facilidad sin dejar ningún detalle en el tintero. En el segundo tercio de película, Scott nos bombardea con información, con personajes y con un ritmo trepidante, tal vez hasta ansioso, hasta llegar a un clímax en el que hace de la confusión creada en las dos partes anteriores su mayor baza para mantener la tensión. Así pues, Scott no nos cuenta la película como hay que contarla, sino que prepara todo a su antojo para facilitarse el camino, para debilitar mentalmente al espectador y para atacarlo cuando está entre ausente, confuso y ligeramente desinteresado. Que el ritmo sea vertiginoso no significa que el espectador sienta la necesidad de seguirlo, y ese fue siempre uno de los grandes errores de Tony Scott. El guion de David Marconi juega con la inclusión en el mundo actual de una tecnología que, por suerte, todavía no está tan desarrollada y, si lo está, no puede usarse con tanta facilidad (o eso quiero pensar). Aceptando el universo que nos presenta Marconi, nos adentramos en ese mundo, pero el guionista echa mano de la casualidad, del truco fácil y de su capacidad para poder saltarse la lógica para intentar colarnos gato por liebre, porque el universo futurista que nos presenta es bastante interesante, pero a Marconi se le ven carencias a la hora de vivir en él y darle uso.

Will Smith no hace su mejor trabajo, pero es un actor con mucho carisma y con buenas maneras, que en Enemigo público se ve un poco limitado por la ineficiente inspección que se hace de su personaje. Gene Hackman está sembrado, como siempre, un tipo con más tablas que una clase de matemáticas va sobrado en una película de este tipo. Lo mismo puede aplicarse a Jon Voight, que es uno de los tipos que más me gusta cuando se enfunda el traje de villano. Como secundarios, los más destacados y destacables son Regina King, aunque tiene brotes de sobreinterpretación, Lisa Bonet, Ian Hart, Tom Sizemore y un Jason Lee con un papel corto que está interpretado con muy buenas maneras.

Resumiendo: Enemigo público entretiene más por su montaje que por su contenido y eso nunca es un piropo. Su irregular desarrollo, lleno de trampas y errores de guion, así como unos cambios de ritmo excesivamente forzados por parte de Tony Scott, hacen que no sea el thriller que pudo ser.