Alambradas de violencia

Mediocre spaguetti western que, como suelo decir con mucha frecuencia, y repito una vez más, es mejor que muchos otros y peor que bastantes.
Se puede ver y no molesta por cuanto es serio en cuanto a su desarrollo, sin notas de humor gratuitas, y con un empleo de la violencia que, al menos, no peca de exagerado. Cierto es que sobran más de un tiro y más de un muerto, pero es gradual y casi siempre consecuente con lo que se está contando.
Klimovsky es indudable que sabe filmar y siempre en sus filmes hay un cierto aire de clasicismo y un deseo de ser lo más elegante posible en la puesta en escena.
La pena es que el ritmo es irregular y la imaginación y lo original brillan por su ausencia, pareciéndose por tanto a tantos otros títulos del mismo género, aunque este sea de los primeros, y por ello no derive en caminos que van a la parodia o la astracanada, como ocurrió ya, sobre todo, en la década de los setenta.
Como siempre Anthony Steffen, el protagonista, nos ofrece su cara de piedra habitual, y el resto de los intérpretes cumplen sin más con sus personajes.
No aburre y eso es lo mejor, pero a pesar de que no es muy larga en metraje, se hace, aunque cansar no cansa, pero tampoco llena.
Se ve distraídamente y se olvida de la misma.

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Dos líneas argumentales se solapan en la cinta. De una parte un poderoso cacique que maneja en la sombra una banda que capitanea Trevor Northon (Wolf), dedicada a atentar contra los intereses del ferrocarril que se construye pues perjudica el transporte de sus ¿caravanas? Los ferroviarios por su parte tienen al pistolero Django-Regan (Steffen) para perseguir a los malhechores. Corren rumores de la muerte de Trevor y, como en Mike City vive "honradamente" el hermano gemelo del forajido, Regan marcha hasta Montana para confirmarlo. Y allí se encuentra con el eterno conflicto que enfrenta a los todopoderosos ganaderos que controla Amos Bronsberg (Melquiades) con los pobres colonos o agricultores que allí quieren establecerse con alambradas de por medio.
Como siempre que se manejan a la vez dos temas, hay que hilar muy fino para que el espectador no pierda el hilo de la trama. Lo que no ocurre aquí, complicado a su vez con la presencia de los gemelos Northon con un mismo intérprete que termina de hacer ininteligible el argumento.
Uno de ellos es el padre de Sally (Osuna) que sirve de soporte a la parte sentimental. La comicidad corre a cargo una vez más de un viejo cascarrabias ayudante de sheriff, Smitty (Hernández), lo mismo que el inolvidable Stumpy (Brennan) de "Río Bravo" y similares. También resulta interesante la figura del tendero-alcalde que "Vende mercancías y compra votos".
Trama compleja, enredada encima con un guion bastante caótico donde no deja espacio para sorpresas. Correcto rodaje (pese a los movimientos de algunos muertos), serio al menos si lo comparamos con otras astracanadas, pero con un ritmo muy irregular, sin tensión ni verdadero drama. Personajes sin gran hondura psicológica aunque bien trazados.
En fin, una cinta que no pasa de regular donde acabarán instaurando el orden un pistolero (verdugos los llamaban en Montana donde no eran muy bien vistos) y un bandido rehabilitado. Puede verse.

Uno más entre los miles de "spaghetti western" que se hicieron a la luz de los inolvidables trabajos de Leone y que hicieron de este subgénero algo postizo y absolutamente mediocre.
Se utiliza el recurrente personaje de Django interpretado por el no menos recurrente y olvidable Steffen en el marco de una historia de lucha entre granjeros y terratenientes. Rutinaria, mediocre. Como tantas veces en las coproducciones italoespañolas.