TPB AFK: The Pirate Bay Away from Keyboard

Nos encontramos con un documental que nos cuenta la progresión del juicio contra los acusados de copyright "The pirate bay". El documental está muy bien narrado y se centra en las argumentaciones que nos dan los creadores de la web sobre la libre expresión en la red y cómo se les cierran puertas desde estamentos arcaicos que no entienden hacía donde se encamina el futuro de la trasmisión de la información.
Además de que te hace pensar en la arbitrariedad de la justicia en el supuesto país idílico, este documental te hace reír con los protagonistas porque caen bien.
Desde luego, hay que ser crítico y observar que el documental se ha hecho desde una posición cercana a "The pirate bay" por lo que se tendría que escuchar a la otra versión. Pero seguro que se podrá descargar de forma gratuitia dentro de unos meses por la web de estos canallas.

Documental que sigue el juicio en contra de Gottfrid Svartholm, Peter Sunde y Fredrik Neij, cofundadores del portal de internet The Pirate Bay, quienes sufrieron demandas de las grandes productoras hollywoodenses que aquejan enormes pérdidas a raíz del funcionamiento de esta página y el compartimiento de archivos vía torrent. Sigue el juicio y parte de la vida personal de estos individuos y su forma de ver el internet y el derecho a la libertad de compartir información.

Valga decir que la obra como película en sí es bastante mediocre, uno de los involucrados menciona en algún momento que el juicio es como El proceso de Kafka, que nunca hay un avance y siempre hay algo que le aqueja la existencia, en este caso a ellos, pero también al espectador, las ideas son muy reiterativas por lo que se vuelve un tanto monótono el funcionamiento de la obra..

Problema también que los conceptos centrales no se desarrollan de buena forma, está bien, se centra en el juicio pero quizá pudo abordarse de una forma totalmente distinta que le daría un paradigma completamente diferente. Hay cosas innecesarias como esa muestra constante del frikismo e irreverencia de los tres individuos, cuestiones que en el conjunto están de sobra totalmente.

Ahora bien, lo que vale destacar del trabajo es que estos tipos son unos putos héroes, con todo y que uno no esté de acuerdo el cómo sean con personas, la visión y la función de su página de internet es una revolución completa y la libertad en su máxima expresión, además de esta idea de compartir que es formidable, cierto, los tipos lucraron con eso (mediante publicidad), ¿pero qué página de internet no lo hace?

Por otro lado, viendo la perspectiva actual, parece ser que las grandes distribuidoras y productoras estadounidenses (tanto de películas como de música), deberían en lugar de declarar una guerra abrir la cabeza y ver las posibilidades que un medio de dicho tipo les podría dar, alguno de los involucrados lo menciona, de alguna forma podrían ganar, la piratería está ahí desde antes de The Pirate Bay y seguirá estando si éste llega a desaparecer (cosa que estoy seguro no pasará).

La cuestión que veo en este punto es que no hay una sensatez o humildad de decir, sí, estos tipos irreverentes jóvenes idealistas tienen la razón, nunca lo harán porque es signo de debilidad, por más que estén perdiendo la batalla. Ya se sabe la historia de Megaupload, los cierres recientes de The Pirate Bay y de Kickass, ¿y en que acaba todo eso? En nada, ahí siguen y seguiremos disfrutando de eso, porque es una ventana al cine del pasado y a cosas contemporáneas de otras latitudes, porque si nos quedamos esperando a lo que traen estas productoras, nos quedamos encerrados en la gran cantidad de porquería que produce esta gente.

En síntesis, el documental como obra cinematográfica es bastante deficiente, pero en su contexto si da muchísimo de que hablar y ahí es donde es enriquecedor, ojalá alguien retome la idea de abordar estos tipos y se logre concretar un mejor trabajo. ¡Larga vida a la Bahía!

La realidad es que si el contenido o la información que brinda el documental no fuera tan jugosa, el mismo no valdría ni dos pesos.

La realización, vista desde una perspectiva puramente cinematográfica -los documentales también son cine- es bastante mala. Si no eres de los interesados en el tema de la informática, o los problemas de copyright, ni te molestes en ver este film porque no hay forma de que logre atraparte, cosa que paradójicamente sí logra otro reciente documental sueco: el ganador del Oscar: "Searching for a Sugar man" (Malik Bendjelloul, 2012).

Como adelantaba, la realización no es más que paupérrima, la cámara móvil con ataques de parkinson no tiene justificación alguna en varias escenas donde los entrevistados están sentados o quietos. Que estés haciendo un documental no quiere decir que te muevas al estilo Discovery Channel, incluso estos últimos tienen más prolijidad cuando mueven cámaras en el medio de la selva. Es decir, Klose coloca varias veces a la cámara como si fuera su ojo, lo que provoca que se mueva constantemente hacia la persona que habla y lo hace a mano alzada e incluso hace unos zooms en cámara bastante desprolijos.

El montaje no es para nada bueno, entremezcla archivos de la corte con la vida social de los tres acusados sin mucho rigor, incluso abusa de mostrar cosas de la vida íntima de los protagonistas como una salida que hacen a tomar unos tragos donde incluso se embriagan y son entrevistados en ese estado.

Lo más curioso, y esto ya no es una crítica al documental, es que a los creadores de "The pirate bay" se los ve bastante tranquilos, uno de ellos se casa, otro se va de "vacaciones" a Camboya, e incluso contestan en la Corte con bastante ironía. Esto termina por ser un espejo de lo que es el sistema judicial sueco, un país considerado entre los 10 mejores del mundo, pero donde sus habitantes pareciera que ni se estresaran cuando son detenidos por la Justicia.

Lo mejor: la historia del copyright da para mucho, cualquier aporte sobre este tema es interesante, ya que es una temática de actualidad que nos involucra a todos.
Lo peor: la realización del film, parece que la cámara se encapricha en jugar como ojo y apunta erróneamente.