Elena Undone

En realidad llegué a esta película sin mucha convicción, con el objetivo de pasar un rato entretenido sin más. El argumento es simple, basado en un hecho real: la aburrida esposa de un pastor descubre el amor verdadero en brazos de otra mujer. La factura es impecable, pero no dice mucho más; es la misma de cualquier película norteamericana de serie B. Sin embargo, lo que me ha sorprendido gratísimamente es la química tan especial entre las actrices, y el maravilloso trabajo de Necar Zadegan, conmovedora durante todo el film. Sus interpretaciones han podido salvar un guión insustancial, y de verdad que merece la pena verla nada más que por eso.

Desde un principio, me pareció aburrida, compuesta por un conglomerado de escenas salteadas ligeramente soporífero que enseguida pierde nuestro interés inicial. Tampoco me agradaba demasiado ese toque con olor a documental sobre los sentimientos, las almas gemelas y el verdadero amor. Por momentos, incluso me preguntaba si estaría viendo algún programa sobre autoestima.
No me convencieron demasiado las reflexiones de ese charlatán acerca de otras historias de amor, porque estaba deseando alcanzar el corazón del romance principal. Pero se me hizo eterno hasta que las protagonistas se conocieron, aunque el resto no fue mucho mejor. Digamos que sólo me interesaban ellas, pero me tuve que tragar mucha paja insustancial por el medio. Hasta la música acompañaba su ritmo lento, porque los primeros minutos sonaba una melodía preciosa, pero luego desentonaba la mayoría de las veces.
Su desenlace también me pareció demasiado aburrido. Su relación consiste en todo momento idílico que pueda imaginarse. Una dice cualquier cosa, la otra se ríe, ambas se miran, ambas sonríen. Y así, durante interminables minutos. Se supone que ese enamoramiento edulcorado representa la complicidad de toda pareja. Después, nos presentan una sensualidad repetitiva y mediocre que ni siquiera nos transmite su necesidad de esas caricias.
En cuanto al drama familiar, no me conmueve, ni me importa. Por otra parte, su amor tampoco mereció que me enamorase de sus vivencias. Es más, se me hizo demasiado larga, muy pesada. De hecho, no soporté verla entera. Que estuviera basada en hechos reales no consiguió que me pareciera más interesante.