Vulcania

No sé cómo explicar esto sin cargarme el argumento, pero quienes van de “copia de El Bosque” o de “enésima película española de José Sacristán” van muy equivocados.

Primero, los actores lo hacen bien: algunos son Muy Buenos (Miquel Fernandez, Aura Garrido), otros son excepcionales (José Sacristán, Ana Wagener, Ginés García Milán)

Hala, al spoiler.

Una pequeña sociedad, organizada como una colonia industrial y situada en un tiempo indefinido, es el mecanismo usado para narrarnos una elaborada crítica social de fondo camuflada de thriller de misterio. Los sencillos, pero bien aprovechados decorados, se sincronizan a la perfección con la historia, y las actuaciones llenas de naturalidad de su protagonista, Miquel Fernández, junto a una siempre dulce Aura Garrido, ponen la puntilla para que el conjunto sea más verosímil. Aunque pueda aburrir a algunos, o parecer poco original a otros, si tras verla acabas sintiéndote identificado con sus personajes y con la sensación de estar atrapado en tu propia Vulcania, es que la película ha logrado su objetivo.

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“Vulcania” es una película fallida y a la que no le auguro presencia en el palmarés de Sitges, pero no por ello es totalmente desdeñable. Entre sus virtudes, una atmósfera bastante lograda y una ambientación industrial y fabril que luce satisfactoriamente. Pero la deuda temática con “El bosque” de Night Shyamalan se me antoja excesiva, la crítica social que encierra poco perfilada, el ritmo demasiado moroso y las interpretaciones simplemente correctas, aunque más destacadas en el caso de los veteranos José Sacristán, Ginés García Millán y Ana Wagener. Se trata de un intento de thriller fantástico y distópico a la española que se ve sin esfuerzo, pero que no deja gran poso, quedándonos la sensación de que promete más de lo que da, aunque para tratarse de una ópera prima permite vislumbrar un brillante director en ciernes.

Conclusiones
Una cinta muy brillante por cómo afronta el término Ci/Fi una película ambientada en un futuro distópico y a pesar de ello juega a contarte la historia con una total ausencia de FX que te hagan creer en ese futuro, (quizás post apocalíptico) sin ningún añadido extra más allá de la pura narrativa cinematográfica que es excelente, ese motivo la pone en lo alto ya que con mucho adorno es sencillo llevar al espectador a futuros o galaxias lejanas, pero con pura narrativa... Es muy brillante la manera con la que maneja ese futuro que te lo mete en el cerebro y te hace soñar en ese mundo tan posible como palpable, pura poesía cinematográfica. Por otro lado duele lo poco distópico y lo muy parecido a la sociedad actual que llega a ser por momentos.
Lo que nos Enseña:
Una fotografía, una narrativa un guion, una dirección y unas interpretaciones, que te hacen soñar que otro cine es posible y está entre nosotros, la dirección te mete en la mugre de esa fundición como uno más de los protagonistas hasta el punto de oler el acero caliente y notar el sudor en tu piel.
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Pocas producciones españolas se adentran en el complicado terreno de la ciencia ficción más realista, esa en la que no predominan los robots y la tecnología de última generación sino un universo costumbrista en un contexto hipotético e irreal. En el caso de ‘Vulcania’ se trata de una comunidad cerrada y dictatorial en la que el trabajo en una fundición de acero es lo único que dignifica a sus integrantes, adoctrinados mediante el discurso del miedo a lo desconocido y una falsa apariencia de libertad. ¿Os suena de algo?

La crítica es tan evidente que incluso se refuerza con la frase “ni siquiera sabríais ser libres”, por si a algún espectador despistado no le había quedado claro el mensaje. Todo lo valiente que es el debutante José Skaf recreando una atmósfera que tan pronto recuerda a ‘El bosque’ como a ‘Perdidos’ deja de serlo en cuanto decide reducir los momentos de tensión a su desenlace. Un enorme plantel de actores, encabezado por José Sacristán, Aura Garrido, Ana Wagener y un soberbio Ginés García Millán, queda desaprovechado por un planteamiento que finalmente no sabe explotar todo su potencial.