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Chantaje en Broadway

Drama. Cine negro Burt Lancaster encarna a un famoso y ambicioso columnista que domina todo Nueva York a través de la información que habitualmente consumen sus más de 60 millones de lectores. Pero como todo el mundo tiene un punto débil: su hermana pequeña. Todo cambiará cuando ésta se enamora apasionadamente de un guitarrista de jazz y los instintos más básicos del periodista salgan a relucir. (FILMAFFINITY)
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Críticas 47
Críticas ordenadas por utilidad
24 de enero de 2007
97 de 105 usuarios han encontrado esta crítica útil
Realizada por Alexander MacKendrick ("Viento en las velas", 1965), se basa en la novela breve "Sweet Semell Of Success", de Ernest Lehman, adaptada por éste y Cliford Odets, inspirada en experiencias personales y en el columnista Walter Winchell. Se rodó en exteriores de NYC y MGM Studios. Producida por James Hill, se estrenó el 27-VI-1957 (EEUU).

La acción tiene lugar en NYC a lo largo de unos pocos días de 1956. Narra las peripecias de Sidney Falco (Tony Curtis), agende de imagen y comunicación, ambicioso, desenvuelto, sin escrúpulos, que trabaja para J.J. Hunsecker (Burt Lancaster), columnista del diario de distribución nacional "The Globe". Escribe una crónica diaria de 60 millones de lectores, sobre temas de sociedad, arte, cultura, política, sucesos, romances y chismes. El crédito de la letra impresa le permite dar y quitar fama, renombre, prestigio y notoriedad. Sidney y otros esbirros le proprcionan la información que necesita. Haciendo uso de su situación preminente encarga a Sidney que rompa el idilio entre su frágil hermana Susan (Susan Harrison) y el músico Steve Dallas.

La película constituye una obra eminente de cine negro tardío. Explora el mundo sobterráneo de la gran ciudad, en el que se mueven personajes siniestros, codicionsos y perversos, en torno a los que se desarrolla una acción trepiedante, saturada de felonías, extorsiones, difamaciones, engaños, taiciones y asesinatos. Algunos policías corruptos se ponen al servicio de siniestros personajes, a las órdenes de los que propinan palizas y levantan falsas acusaciones de tráfico de drogas y de actividades antiamericanas. La anulación de personas incómodas se hace propalando falsas noticias que las desprestigian. El tráfico de favores se paga en metálico y, a veces, con servicios de prostitución y otros de vejación de personas. El relato se complica más cuando Sidney se ve obligado a provocar la ruptura de un idilio inocente, más resistente de lo esperado. Eleva, entonces, el nivel de audacia e insolencia, en el marco de un clima frío, tenebroso y despiadado. No cuenta la verdad, sino la voluntad del poderoso, incluso cuando éste actúa sin razón y por motivos inconfesables. La acción no visualiza disparos, sangre, bombas, explosiones, gracias al uso de elipsis, sobreentendidos, supuestos, sugerencias y confesiones posteriores a los hechos. Pese a ello el nivel de violencia de la obra es elevado.

La música incluye una banda magnífica, de tonos oscuros y potentes, con un tema destacado: "The Street". Se añade música ambiental de jazz, lenta, pausada y sugestiva, a cargo de "The Chico Hamilton Quintet". La fotografía, de James Wong Howe ("Picnic", 1955), de realismo expresionista, construye una narración angustiosa. La iluminación crea un dibujo denso, que perfila imágenes de JJ que evocan al monstruo de Frankenstein. El guión contrapone dos persoanjes relacionados por una pasión de amor y odio, sustentada en el hecho de que ambos se necesitan y, a la vez, se desprecian.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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2 de julio de 2011
80 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífica y durísima película de Mackendrick, a partir de un relato corto de Ernest Lehman, en la que también intervino el mismo Mackendrick y el guionista Clifford Odets, y asimismo producida por Burt Lancaster que también se reservó el papel protagonista. “Chantaje en Broadway”, nos expone todas las vilezas, corrupciones y amoralidades de esos seres pertenecientes al cuarto poder, a los cuales no les importa hundir con calumnias y falsedades a aquellos individuos que se oponen a sus deseos. Los dos personajes principales difieren en los hechos, pero no así en las causas. El más poderoso J.J. Hunsecker (soberbio Burt Lancaster), con el poder que le otorga que sus escritos sean leídos por más 60 millones de almas, tiene una influencia suprema así como implacable dureza, pero una parte muy sensible: Su hermana Susie, a la que no acabamos de saber de que forma la quiere, aunque sea lo más puro que tiene a su lado. El otro Sidney Falco (sorprende trabajo de Tony Curtis) agente de prensa, es una víbora que se va arrastrando al lado Hunsecker, engaña, chantajea e incluso empuja a su amante a acostarse con el único periodista que accede a publicar sus mentiras, Falco es una auténtica rata incapaz de respetar a aquellos que sienten algo por él, todo ello auspiciado por la connivencia policial.

“No soy ningún héroe. Trato bien a la gente cuando me conviene”.
Vfoul
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24 de febrero de 2009
50 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Impresionante relato sobre los chanchullos que se traen entre manos el director de un periódico neoyorkino y su "publicista". Una película que pondría a todos los estudiantes de periodismo en su primer año de carrera, para que vayan acostumbrándose a lo que les espera. Francamente brutal imaginarse que si esto sucedía en los 50, qué no pasará ahora.
En pantalla dos pedazo de "monstruos" como Lancaster, quien acojona mucho más que muchos gángsters del género negro y a quien no recomendaría ni muerto como amigo; y Curtis, brutal en su papel de escoria humana dispuesto a vender a su familia para conseguir un artículo.
Impresionantes también los duelos dialécticos que se suceden prácticamente durante toda la película, con dobles, triples y cuádruples sentidos en cada frase.
Una fotografía impecable retratando las luces de la ciudad como pocas veces he visto (deudoras del expresionismo alemán), así como una fabulosa música a cargo del genial Chico Hamilton (no se pierdan su banda sonora en Repulsión de Polanski) y su quinteto. Estas dos son las razones de mi referencia al lienzo de Mondrian.
Si hay un director a reivindicar, ese es Alexander Mackendrick. Uno de esos artesanos que engrandecieron el cine durante su corta pero fructífera carrera. Pocos pueden decir lo mismo.

Una obra maestra que no deben perderse.
tantra
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9 de febrero de 2009
44 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Toda la corta filmografía de MacKendrick está ocupada por humor o infancia. ¿Toda? ¡No! Una película poblada de negrísimos nubarrones resiste frente a tan tiernos temas: "Sweet Smell of Success".

Despiadado film sobre los maquiavélicos manejos de un columnista y su mamporrero.
La película se centra sobre todo en las sucias andanzas de este último, interpretado por un formidable Tony Curtis. Pero la aparición de Burt Lancaster es brutal. Ni un gangster de altos vuelos provocaría tanto pavor como su personaje. Y como arma sólo tiene una pluma.

Pero bajo este argumento subyacen otros temas en sus espléndidos diálogos como: corrupción, integridad, moralidad, posesión, servilismo, vanidad, y el fin de la inocencia.

Como siempre en las obras de este infravalorado cineasta, tanto el guión como la parte técnica están cuidadísimos. Una fotografía negrísima y una banda sonora milimétrica acompañan la apenas hora y media de esta cinta.

No me extraña que Mackendrick no aguantase el star system y se retirase a una apacible vida de profesor. Seguro que veía a los productores del mismo modo que retrata aquí al cuarto poder.
Gilbert
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16 de julio de 2009
31 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por cada trapo sucio que aparece en un medio de comunicación, suele haber otro en la intrahistoria de cómo se consiguió la noticia. Así ha sido siempre y así será. Periodistas los hay buenos, malos y peores, pero en general lo que se dice honrados más bien pocos. Cuando hablo de periodista lo hago de forma genérica, es decir, me refiero a corresponsales, columnistas, agentes de prensa, jefes de redacción, articulistas, editores... una fauna salvaje en busca de porquería en la que ellos suelen estar bastante manchados. Compren cualquier periódico mañana y léanlo, seguro que descubrirán más de asalariado de algún partido político, empresa o lobby que se gana la vida publicando calumnias.

“Chantaje en Broadway” se ocupa de eso y de bastante más, es una de las mejores películas de Alexander MacKendrick, aunque no la mejor. El guión es bueno, pero está contado de forma tan fría y cortante que produce una sensación de naturalidad extraña ante lo que pasa delante de nuestros ojos.

Uno de los pocos peros que le veo a la película es la interpretación de Tony Curtis, no es que sea mala, pero su personaje produce tanto rechazo que llegas a odiarle, no ocurre lo mismo con Burt Lancaster, que siendo el papel de J.J. igual o más villano que el de Curtis, consigues por un momento empatizar con su filosofía de trabajo, al denunciar este que los de más arriba, incluido políticos, es lo que se merecen.

Los últimos quince minutos de la película le dejan a uno sin respiración. Desgraciadamente desde el año 1957 las cosas no han cambiado mucho, la deontología profesional en ese gremio ha ido de mal en peor, y es que llega un momento que hay tanta basura que llegas acostumbrarte al olor.

Nota: 7,4.
vircenguetorix
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