Caníbal feroz

Prolongación aviesa del exitoso (por aquel entonces) subgénero antropofágico, Caníbal feroz es otro exploit purísimo y demencial del siempre interesante Umberto Lenzi, que ya se había aproximado al tema un año antes en Mangiati vivi (¿necesita traducción?), especie de secuela bastarda de la célebre Holocausto Caníbal. Realmente Caníbal feroz es otra secuela más del film de Deodato, pero Lenzi tiene el suficiente talento e ingenio como para que la cosa esta de comer seres humanos nos siga interesando y divirtiendo. Morbosa, sexy y con un evidente discurso crítico respecto a la mirada que sostiene el mundo occidental frente al buen salvaje (al que inoculan el virus de la barbarie: como una tesis doctoral de tercera sobre el origen de la antropofagia en las tribus indígenas), el film encierra en plena selva amazónica a unos incautos estudiantes y a un par de narcos para que un grupete de habitantes de la zona (un poco paradetes, eso sí) los vayan haciendo picadillo poco a poco.

Llegados a este punto está claro que el mensaje es lo de menos. Aquí lo que prima es el chorretón de sangre. Eso es Caníbal feroz: un buen gore. Qué digo bueno, un gore de puta madre, con unos alucinantes efectos especiales del gran Gino de Rossi. Por supuesto no faltan las necesarias dosis de exhibición corporal ni las capturas cuasidocumentales de animales sufriendo y muriendo en aras del buen cine de consumo de serie B. Por su espíritu amarillista diríase emparentada con la mítica Mondo Cane, el clásico cinéfago de Gualtiero Jacopetti. Mi principal reproche vendría por el montaje, carente de la fluidez y el dinamismo necesarios para evitar la sensación de agarrotamiento y amateurismo patente en varios de sus tramos. Aquí el buen ejemplo a seguir podría ser perfectamente Apocalypto. Pero bueno, ya sabemos que Lenzi se preocupa más del impacto de las partes que del equilibrio del Todo. No hay que tenérselo en cuenta, menos cuando el impacto del que hablamos es tan bestial.

Una recomendación segura para los amantes de la carne bien cruda y la casquería fina fina. Los de estómago delicado y/o afiliados a alguna sociedad protectora de animales, ni se os ocurra acercaros a ella, avisados estáis.

Lo mejor: no se corta un pelo.
Lo peor: lo absurdo de la historia.

Nada más y nada menos que prohibida en 36 países fue este film en 1981, entre los cuales no estuvo España que conoció su estreno en versión íntegra además, gran ejemplo de progresión en nuestro país tras una dictadura de 30 años, curioso ver que en 2009 hemos vuelto al pasado con la censura del film "SAW VI", ¡qué gracia me hace! Pero bueno, este film es junto con "Holocausto caníbal" la mejor película de este subgénero de explotación, tan popular a principios de los ochenta tras el monumental éxito de "Holocausto...", que fueron las películas de caníbales. Con una premisa parecida a la de "Holocausto..." hay que decir que en nivel de violencia y sangre ésta se come a la de "Holocausto...", de hecho me atrevería a afirmar que de verdad es una de las películas más bestias y brutales que he visto en mi vida, tiene escenas que provocan un impacto shockeante, por ese motivo no tengo más remedio que darle la máxima puntuación, porque la labor artística del maquillaje es IMPECABLE, SUPREMA, consiguiendo dar un nivel de realismo al gore que de verdad sigue sorprendiendo muchísimo (además teniendo en cuenta que han pasado 30 años por ella). La historia es más simple que la de "Holocausto...", aunque también se ve muy presente la crítica contra la sociedad "civilizada" que puede actuar como auténticos asesinos depravados con los que creen inferiores. Sin embargo pierde gran parte del realismo que el film de Deodato tenía al estar rodado en estilo documental, lo que en el apartado visual le hace ganar puntos a ésta ya que es evidente que tiene mejor calidad técnica, mejor fotografía y en general mejores medios, pero claro la mala calidad era intencionada en el film "Holocausto..." para dar ese aire agobiante de documental veraz. Realmente no me decanto por ninguna de las dos, ambas me parecen muy buenas, provocadoras e impactantes, desde luego no dejan indiferentes a nadie (y eso en una obra cinematográfica tiene su gran mérito).
Lo peor: la inclusión en el metraje de muertes reales de animales, me remito a lo que dije en la crítica de "Holocausto caníbal" para coger a los crueles cabrones responsables y cortarles la...

Se acaba el filón, se acaba el dinero y encima se empeñan en los mismos argumentos con esos prólogos de la ciudad de Nueva York y musiquilla de sintetizador para arrojarnos al otro extremo del continente a merced de indígenas carnívoros y meditabundos. Sólo con la expresión de sus aburridas caras mientras comen nos hacemos a la idea de que estamos viendo más de lo mismo y el "dejà vú" que te deja una vez finalizada la película te lleva a la conclusión que la materia no da para más. Al giallo de Argento que es lo que les va más a los italianos.

Aquí lo único que está para comerse son las actrices que intervienen porque cambian en cada uno de estos subproductos. Y, puestos a escoger, me quedo con la rubia antes que la morena (aunque más bien me quedaría con las dos). El resto del reparto, o más bien la plantilla, de "Holocausto Caníbal" o "Comidos Vivos" hacen sus pinitos ya bien haciendo de inspectores de polícia sabelotodo o en plan mafiosos de poca monta (lo digo por el actor con pinta de Bernd Schuster que aparece de matón al principio del film).

Es cierto que "Cannibal Ferox" tiene cierto aire de denuncia ante según que incivilizadas actitudes del hombre moderno hacia lo salvaje. Pero esa actitud ya se refleja en el equipo de rodaje que no duda en exponernos, una vez más, los sacriléjicos rituales de la Madre Naturaleza (iguana zampándose a un mono, anaconda matando a rata), cuando lo que tenía que mostrar era puro terror que por eso ya tenemos el National Geographic, el Discovery Channel, Félix Rodriguez de la Fuente y al Cazador de Cocodrilos Steve Irwin que en paz descanse también, a mayor alivio de los animalitos, sedados o no, de la selva.

Aprovechando el impacto mundial que provocó la polémica Holocausto Caníbal de Ruggero Deodato, el no menos polémico Umberto Lenzi realizó esta obra claramente inspirada en dicho film.

La película calca el mismo esquema que la película de Deodato, un grupo de jóvenes que van a una remota jungla de de Sudámerica a investigar los mitos de canibalismo que giran entorno a pueblos indígenas de la región, pero cuyo desafortunado encuentro con dos maleantes de poca monta, provocará una desafortunada serie de circunstancias que los llevará sufrir la brutal ira de los nativos, empezando un verdadero descenso a los infiernos para sus protagonistas.

Al igual que Holocausto Caníbal, de trama hay mas bien poca, mas bien es una excusa para mostrarnos una sucesión de secuencias gore, realmente terroríficas, muy bien realzadas y de un realismo escalofriante, un gran trabajo del equipo de efectos especiales,

Como también ocurre en muchas producciones italianas de este subgénero de caníbales, hay bastantes secuencias de muertes de animales, las cuales son repugnantes y hieren la sensibilidad del espectador, aunque ese es precisamente el objetivo de dichas escenas, producir emociones fuertes y shockeantes junto con los brutales asesinatos, amputaciones y torturas que vamos presenciando.

La verdad es que el film de Lenzi es bestial, desagradable, perturbador y terriblemente molesto, todo ello dirigido de manera excepcional por un Lenzi en plena forma y que ofrece lo mejor de si mismo en unas secuencias demoledoras, y que logra hacer padecer al espectador por la impotencia de sus protagonistas, pesa que algunos se merezcan su castigo, contra un rival sediento de sangre y justicia.

Caníbal Ferox es pues, una pieza esencial dentro de este género, probablemente la mejor junto con su hermana mayor Holocausto Caníbal, desde luego no defrauda en su ambición de impactar al espectador.

Atención al cameo de Perry pirkanen, el rubio al que amputaban el pene y se lo comían en Holocausto Caníbal, prueba de que el actor no murió durante dicho rodaje, como mucha gente cree hoy día.

Terminando de ver “Cannibal Ferox” (1981) de Umberto Lenzi con Giovanni Lombardo Radice, Lorraine De Selle, Danilo Mattei, Zora Kerova, Walter Lucchini, Fiamma Maglione, entre otros. Película de terror, de explotación italiana, prohibida en 36 países, algunos de los cuales, levantaron sus prohibiciones recientemente. La película tiene un descargo de responsabilidad al inicio que dice: “Esta es una de las películas más violentas que se hayan hecho. Hay escenas de tortura y crueldad sádica, mostradas gráficamente. Si la presentación de un tema desagradable y repulsivo le molesta, la no vea” El “boom caníbal” fue un período en la historia del cine de explotación que duró de 1977 hasta 1981, donde las películas sobre lugares exóticos, chocantes imágenes de ritos primitivos, nudismo, sadismo y “gore” eran la norma, y estuvieron en la cima de su popularidad en los cines “Grindhouse” Fue Umberto Lenzi, fallecido ayer, quien comenzó el “género caníbal” con su película “Man from Deep River” (1972), pero no fue hasta que Ruggero Deodato lanzó su película “Last Cannibal World” (1977) que el concepto comenzó a tomar forma. Así pues, esta historia es la misma que “Cannibal Holocaust” (1980) de Ruggero Deodato, donde las únicas diferencias residen en que no está rodada a modo documental, tiene una estética más cruda en las escenas violentas, y es más directa en el mensaje: “Homo homini lupus”, es decir “el hombre es el lobo del hombre”, donde los personajes no tienen que salir de “la civilización” para darse por enterados de quienes son los malos: Eran asesinos sádicos y fríos, que pensaban que podían esconderse de la justicia, pero ahora deben enfrentar la dura ley de la jungla... En el fondo, la película no tiene valor cinematográfico, ni siquiera los efectos especiales visuales; la historia es absurda, con actores malos que subrayan el estereotipo: El bueno, el malo, la zorra, la chica final, donde los indígenas quedan mal parados, y los neoyorkinos son los que se llevan los premios, con una descarada propaganda pro-México. En resumen, solo rescato la banda sonora compuesta por Roberto Donati y Fiamma Maglione, acreditados bajo un alias conjunto como Budy Maglione; con una pieza discotequera típica y pegajosa de los años 70s, y unos coros bastantes dramáticos que quedan en la memoria, aunque no se relacionan con las escenas. Tiempo desperdiciado.
NO RECOMENDADA
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