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Mi dulce Geisha

Comedia A Lucy Dell (Shirley MacLaine), una popular actriz de Hollywood, la ha dirigido su marido Paul (Yves Montand) en muchas de sus grandes películas. Para demostrarse a sí mismo que puede triunfar sin ella, Paul decide ir a Japón para dirigir una versión de “Madame Butterfly”. Pero Lucy, que no quiere quedarse fuera del proyecto, se disfraza y lo sigue hasta allí. (FILMAFFINITY)
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
3 de abril de 2009
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mi se me pasaron las dos horas volando. La peli es muy graciosa y los personajes en ningún momento caen en el ridículo. El film se ve con agrado y el final es inesperado. El trabajo de Shirley es magnífico. Una vez disfrazada parece realmente una chica oriental. las escenas de la peli rodada "Madame Butterflay" son muy bonitas, y todo hay que decirlo, la música de la opera mejora la película pues es un delirio para los oídos.

Supongo que es una peli que le gustará más a las chicas aunque yo la vi acompañada de mi novio y nos gustó a los dos por igual. La verdad es que nos reímos y nos picábamos con las distintas situaciones en que se encuentran los personajes. No esperéis una peli con mensaje profundo ni nada por el estilo. Es un film sencillo, con una trama sencilla que te hace pasar un buen rato, y nada más. A veces apetece ver este tipo de pelis y "Mi dulce geisha" es perfecta para este propósito.

A el personaje femenino no me irritó en ningún momento tal y como señala otra crítica. Creo que ella está genial en su papel. Quizá el personaje que agobia un poco porque es es su papel y ha de ser pesado es el mejor amigo del marido, siempre insistente en ligar con la supuesta actriz japonesa.

Yo si recomiendo esta peli. Claro está que todo es cuestión de gustos, pero no es una mala película ni mucho menos.

Saludos!!!
Ana Cervantes
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1 de mayo de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hermosa y dulce película que pone de manifiesto la calidad interpretativa de los personajes. La recomiendo ampliamente a quienes les gusten las películas blancas.
Mary Tere
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5 de mayo de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupenda película que desarrolla con gran habilidad cinematográfica una historia curiosa y compleja mediante el empleo de una cautivadora clave de humor
El resultado es una producción encantadora, de ritmo fluido y que consigue mantener una línea homogénea de intensidad, de frescura narrativa y de alto nivel de comicidad.
La ambientación es excelente y la banda sonora mece los vaivenes de la acción con un pulso ajustado.
También incluye una notable carga psicológica mediante la que se potencia el perfil dramático de la producción.
Debe reseñarse la magnífica interpretación de I. Montand, de E.G. Robinson y de S. MacLaine.
Para recordar.
ABSENTA
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17 de noviembre de 2023
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Deliciosa comedia en el mejor estilo hollywoodense, hecha para deslumbrar, hacer reír y emocionar… y hasta para pasarla magníficamente con las encantadoras interpretaciones de un reparto maravilloso: Shirley MacLaine… no, perdón, primero debe ir el nombre de, Yves Montand, pues, como él hace de marido, su nombre debe estar delante del de su esposa, ya que se trata de un matrimonio, modelo 1961. Les acompañan, Robert Cummings, Edward G. Robinson y la japonesa Yoko Tani (“The Quiet American”, “The Savage Innocents”…) quienes les hacen una segunda intachable.

Partiendo de un guion escrito por el prolífico Norman Krasna, la producción de, <<MI DULCE GEISHA>>, estuvo a cargo de Steve Parker, quien, en esos años, era el esposo de Shirley MacLaine, con quien estuvo casado entre 1954-1982… y parece ser que el viaje a Japón lo dejó tan encantado que, cinco años después de separarse de la actriz, contraería matrimonio con la japonesa, Miki Hasegawa. La relación entre, Parker y MacLaine, era tan libre en todos los sentidos que, mientras se filmaba la película, Montand le apostó al marido a que, antes de terminar el rodaje, conseguiría seducir a su mujer. En su libro autobiográfico, “My Lucky Stars”, la actriz contó quien ganó la apuesta: el actor francés.

Tomando como base argumental la emotiva y trágica ópera, “Madama Butterfly”, que compusieran, Giacomo Puccini, Luigi Illica y Giuseppe Giacosa, inspirados éstos en el cuento, “Madame Butterfly”, que, John Luther Ling, escribiera en 1898, el guion de Krasna se orienta, no en el desamor, sino hacia el exceso de amor, pero, apuntando cada miembro de la pareja en direcciones un poco distintas. La de Paul, por su esposa sin poder evitar un ansia de éxito personal no sujeto al nombre de su pareja; y la de ella por el estrellato antes que por su pareja.

El machismo queda deliciosamente ridiculizado, cuando vemos a las féminas tomando todo el tiempo la rienda y haciendo de las suyas con los caballeros que no pierden ocasión de (intentar) mostrar su virilidad... y su supremacía. La manera como, Lucy Dell, o si se quiere, Yoko Mori -los exquisitos y recursivos personajes que interpreta la MacLaine-, manejan cada situación, son todo un ejemplo para las mujeres que comienzan a adentrarse en los juegos del amor. Hasta, Kazumi, la instructora –aquí veremos lo que realmente significa ser una Geisha, así con mayúscula-, dará cuenta de que, aquello de la sumisión, puede convertirse en un estupendo juego de poder donde a alguien se le hace creer que lo tiene… pero es otra persona la que lo ejerce.

Se cuenta que, Shirley MacLaine, se tomó tan en serio su personaje, que se atrevió a convivir con geishas reales durante algunas semanas, dispuesta a aprender cuanto pudiera de su modo de actuar. Shu Uemura, su estilista y maquillador, se hizo tan famoso a partir de esta película, que terminó creando su propia marca de cosméticos, continuando, hoy día, con un importante reconocimiento.

<<MI DULCE GEISHA>>, es de ese cine que te deja plenamente complacido, sobre todo si eres de mentalidad abierta… y lo que sí es bien seguro, es que ¡a las chicas les encantará!
Luis Guillermo Cardona
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8 de agosto de 2020
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre "El apartamento" e "Irma la dulce" se rodó "Mi dulce Geisha" pero a diferencia de las dos primeras, el director no fue Billy Wilder, sino un tal Jack Cardiff, más experimentado en el cine de aventuras. Estas cosas se notan y, no habiendo otro activo que la MacLaine, sin intriga, ni humor, ni drama, ni aventura, solo una historia centrada en las capacidades interpretativas de la estrella aprovechando la cercanía de sus facciones con las de ciertas orientales, a media proyección caes en la cuenta de ya has visto todo lo que te van a ofrecer.
Está claro que viendo las fotos de MacLaine a algún preboste se le ocurrió la idea pero, aparte de esta, no se le ocurrió ninguna más. Es igual, esta tía vende, rodamos. Tal es así que el argumento base es justamente ese: Esta tía tiene que aparecer en la película que intentan rodar sus personajes.

Escolta a la diva una leyenda, Edward G. Robinson, pero la sencillez de su personaje no le permite aportar mayor valor a esta cinta de dimes y diretes que pretende un enredo infantil. Las intervenciones de Montand y Cummings, con escaso ingenio en sus diálogos, resultan de mero soporte para el cuento y no mejoran el interés.

Lo dicho, MacLaine no canta, no cuenta, no interesa y, de forma ya aburrida, compone correctamente la imitación de una geisha americana con pelucón y maquillaje que, con poco más de intríngulis, defrauda las expectativas de llegar a disfrutar de una buena comedia de los 60. Que las hubo, varias y muy buenas, y también salía S. MacLine en ellas.

Desvergüenza incalificable la profanación de la excelsa partitura de Puccini en las últimas escenas mientras, muy de lejos para que no "cante", MacLaine finge el playback de la soprano que interpreta un aria de Madame Butterfly, quizá la más emotiva de cuantas hemos oído. Todo ello para intentar poner un broche de oro a una chaquetilla de punto. Estos norteamericanos siempre han sido unos iconoclastas de escaso gusto.

Véala, pero no repita.
telemendenge
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