El perdido

En esta película los que más han perdido han sido los actores de doblaje del mundo, porque no se dice ni mu. El perdido no habla consigo mismo (ni un terapéutico taco), ni con un balón de voley ni nada. Bueno, creo que a un perro perdido que aparece y desaparece le silba.

Tampoco hay voces en off, ni intertítulos, ni ninguna de las típicas ayudas a las que agarrarse y donde te explican la peli para que no vayas perdido. Es, pues, cine en estado puro esquelético.

Yo no he sabido descifrar el mensaje que nos quieren transmitir los autores (suponiendo que no vayan perdidos y haya algún mensaje) y me he aburrido un poco. Que quizás eso dice menos de mí que de los autores. Y no descarto que el título en realidad se refiera al espectador (a mí concretamente). Gran acierto de título.

El personaje perdido va intentando sobrevivir por la montaña y a cada escena que pasa es más crack. No sé si es un documental sobre un tipo singular, una alegoría de la humanidad, ciencia-ficción post-apocalíptica o la fantasía de alguien que ha perdido la chaveta.

Como punto positivo, al perdido actor le da tiempo de recorrer varios parajes naturales muy agradables de ver en gran pantalla.

Gustará a: el último superviviente, trascendentalistas, hippies
No gustará a: veganos, peluqueros, gente que no le gusta ver miembros

Uno no puede menos de asombrarse y congratularse de que se produzcan films como el que nos ocupa, tan alejados de la narrativa convencional en los tiempos que corren. Otra cosa es el resultado.

Farnarier versado documentalista se adentra en la ficción sin abandonar el tono documental, apoyándose en un hecho real. A mediados de los 90 un hombre se internó en el bosque en la provincia de Girona con el fin de quitarse la vida. La decisión de no hacerlo le condujo a una huida hacia adelante donde el contacto con la naturaleza y la superación de sus adversidades le hizo encontrarse a si mismo y optar por la soledad, para nunca regresar. Nada sabemos de su vida anterior en la película, ni de sus pensamientos a lo largo de ella. Farnier opta por el silencio de la palabra y deja que los sonidos de la vida y el silencio de este joven hablen por si solos.

Acompañándolo aprendemos muchas cosas que como seres humanos tenemos olvidadas y la fuerza y la fragilidad de nuestra propia especie ante un mundo “civilizado” del que dependemos en un grado probablemente ya irreversible. Marti que parece que así se llama nuestro hombre, se reinicia, vive en equilibrio entre lo que da la tierra y lo que desechan los hombres. Duerme, probablemente por primera vez en paz y goza de placeres olvidados en su caminar errante y vagabundo, en un exilio autoimpuesto, en una huida hacia otra vida si no más pura (lee revistas, aparece una radio) más personal.

Algunas repeticiones y elipsis poco clasificadoras de su supervivencia lastran y hacen que el metraje pese. “Into the Wild” (Sean Penn / 2007) o “Biagio” (Pascuale Scimeca / 2014), resuelven, a mi juicio, mejor el asunto, aunque sea desde otros ángulos complementarios.

cineziete.wordpress.com

No suelo ver cortometrajes siendo cinéfago; como no leo cuentos, y sí narrativa en formato novela. Cortos y largometrajes sin productos diferentes, un corto no es una peliculita pequeña o breve, es otra cosa.
Sin embargo, en ocasiones te topas con una idea que merece la pena ser contada en pantalla, pero..., Ay!, no da mucho de sí. Y si no logras meterla como episodio de una película convencional, sólo quedan dos opciones: darle el adecuado formato a su dimensión, y convertirla en una película corta de 10 ó 15 minutos..., o echarla a perder alargándola hasta más allá de lo razonable, y hacer un largometraje en el que está historia naufraga como el que de un niño en la s zapatos de su padre: sobra espacio por todos lados, sobra tiempo, no es una historia para ofrecerle cien minutos, hay que recurrir a la reiteración para llenarlos, y la supuesta trascendentalidad de la historia se traduce en aburrimiento para el espectador...
En fin, poca sustancia, lástima. No la recomendaré. No me quedaron ganas de verla de nuevo...
Un 4 y va que arde...