La ventana de enfrente

Recuerdo que la primera vez que vi esta película me gustó, por parecerme muy cercana a la vida.
Hoy la he vuelto a ver, y aún me ha gustado más;por las historias de amor tan reales que cuenta:
la de Giovana y Filippo, anclada en la rutina, como dice un personaje, pasados los años el matrimonio parece un incesto;porque la relación es más un amor reposado y conocido que a veces pesa en el alma, porque ha perdido esa novedad(hay que fijarse en la forma de tratarse al principio de la película, el tono malhumorado de sus palabras y al final, de confidencia, de amor, al fin y al cabo);
habla de la historia de Davide y Simone, hecha de pequeños trozos de papel escondidos a la vista de todos, de miradas a la vista de todos, de rechazo, de vergüenza de "el que dirán", pero sin embargo perdura más allá del tiempo, de la muerte.
Habla del amor de Lorenzo a Giovana, desde la ventana de enfrente,tras la cortina, que parece ser la salvación para los dos en sus solitarias vidas, una rodeada de gente, otro libre y sin preocupaciones, pero espía en la vida de Giovana, deseando que esos hijos fueran suyos, que esa mujer fuera suya, que esa familia fuera la suya.
La relación de amor de Davide y Giovana, que se representa en la ternura con que ella le desviste para ducharle, y como escucha y comprende todo lo que la experiencia y el dolor le dice, para que salve su vida, su matrimonio, se salve a sí misma.
Que decir de la hermosa música que envuelve a los personajes,las escenas interiores, las de la cuidad como un pequeño gheto.
Ozpetec es un director que me gusta a rabiar¿se me nota ver?.
Para degustarla con los ojos, el paladar, los oidos y el alma.

Estamos tan faltos de buen cine, que esas historias que apuntan maneras, que tienen ciertas partes muy interesantes, puedan llegar a confundir a los cinéfilos. Una historia como la que nos presenta Ferzan Özpetek y magistralmente interpretada por un Massimo Girotti, en sus días finales, nos puede llegar al alma, siempre que hubiera profundizado mucho más en ella habría conseguido una cinta con mucha más fuerza y personalidad que la que ha obtenido con la película que nos ha presentado. Sus historias, porqué en realidad son dos historias totalmente independientes no tienen nada que ver una con la otra.

El relato de Davide, anciano amnésico que revive por doquier su amor por Simone, y todo el drama que como una sombra le persigue, no tiene comparación con la ilusión que el vecino de enfrente despierta a la bella Giovanna, ¿quién no se ha ilusionado con una persona, al verla cada día a través de la ventana?

No es de extrañar que en el mundo cinematográfico actual y mucho más si nos referimos a una Italia ausente de grandes cineastas como Visconti, Rossellini, De Sica, etc…recibiera galardones, quizás estén tan faltos de buen cine como nosotros.

Dicho esto, la película es digna de ver. Y su banda sonora excelente.

Cuántas joyas nos ofrece el cine europeo que se ven ocultas por el potente coloso americano.
"La ventana de enfrente" despierta sensaciones opuestas con maestría, entre planos ingeniosos (como la escena en la que se sientan en la terraza del barrio judío, con la imagen girando detrás de los tres) y hermosos primeros planos (un primer plano a los ojos de la protagonista durante más de tres minutos en los créditos finales).
Todo expone hermosura y gusto, bien es cierto con algunos toques manidos y un personaje, el del vecino de enfrente, algo forzado en sus diálogos de novelas de Corín Tellado.

Las actuaciones son sobresalientes, destacando el papel protagonista de Giovanna Mezzogiorn.

Una partitura llena de bellos matices tocando levemente las programaciones electrónicas.

"La ventana de enfrente" cuenta dos historias con más de cincuenta años de diferencia pero con muchas similitudes. Los amores no permitidos y las ocasiones perdidas.
Es un reflejo sabio para dar el salto cuando la vida te ha dejado estancado.

Su historia no es desgarradora y tampoco nos encontramos ante una obra inolvidable pero desde luego sí es muy digna de ver, aunque sólo sea por las buenas interpretaciones de un reparto en el que destacan la preciosa y convincente Giovanna Mezzogiorno, y Massimo Girotti, que haría su último papel, pues falleció después de haber finalizado el rodaje de la película y sin llegar todavía ésta a la pantalla.

Precisamente la historia que él protagoniza es la más interesante de la cinta, siendo también muy entretenido el 'affaire' que planea Giovanna con el vecino de enfrente. Una dirección muy cuidada y detallista que hace de algunos fotogramas de la película auténticas postales. La banda sonora, magistral.

Pues eso, que la película se deja ver, pero hay tantos convencionalismos qué llega aburrir y además acabas viendo el juego del director, tocar la fibra con bonitas imágenes y frases conmovedoras pero bastante huecas y ya oidas. No se mete con nadie para que nadie la critique, pero no arriesga nada. Si no fuera dirigida por Ozpetek posiblemente no hubiera sido tan bien considerada. Para mí está sobrevalorada. Lo mejor: la mirada de Mezzogiorno en una interpretación fantástica. Lo demás bastante desechable. A parte de todo esto tiene un parecido muy sospechoso con la película española "En la ciudad sín límites" de Antonio Hernández (por supuesto anterior a la de Ozpetek), coinciden demasiadas cosas para ser casualidad. Con toda sinceridad.