El expreso de Elmira

Cuando uno ve una película como esta tiene que estar preparado para aceptar que van a sacarte a relucir el orgullo americano, su afan de superación y su gusto por la violencia. Además, las películas de deporte son muy dadas a exaltar valores y a los jugadores de los mismas. Si aceptamos esas premisas nos encontraremos ante una buena película que mezcla el futbol y racismo. Nunca he visto a un país tan orgulloso de mostrar lo racistas que eran y quizá sea ese el paso que se necesita para superar la xenofobia y van de camino a tener su primer presidente negro (cuan lejos esta la progresista europa de lograr algo parecido). La película engancha y emociona, Dennis Quaid hace un muy buen papel como entrenador y enseguida te conviertes en fan de Ernie Davis (el jugador), de su valor y coraje. Como no podía ser de otra manera tiene un final inflado de héroe americano... pero a quién no le gusta creer que existe algo más que mediocridad en este mundo. A mí por supuesto si.

La verdad es que no tengo ni idea sobre este deporte, pero aún así la considero una película bastante entretenida, el papel de Dennis Quaid me ha sorprendido gratamente,la historia en la que se basa (la vida de Ernie Davis) es sin duda una historia de superación, de la lucha en momentos complicados y de personas que sin usar la palabra, simplemente con hechos, fueron cambiando poco a poco la sociedad y la historia. ¡Como no!, se exaltan una serie de valores que podemos ver en cualquier película de deporte americana, pero bueno, creo que quien la vaya a ver lo supone de antemano.
Una película bien hecha y entretenida.

Estupenda película, francamente entretenida y bien rodada, que nos acerca a la vida de Ernie Davis, el primer chico de color que consiguió ganar el Trofeo Heisman, el premio más importante que se le puede dar a un jugador de fútbol americano. Con esta película nos acercamos un poco a ese gran desconocido deporte para nosotros como es el fútbol americano, un deporte muy americano, valga la redundancia. Las secuencias deportivas están muy bien rodadas y el director y su conjunto de actores hacen que te metas de lleno en la vida de este joven deportista que murió prematuramente, a la edad de 23 años de leucemia. Dennis Quaid se hace con el papel de entrenador del equipo de la universidad de Syracusa, en Nueva York, una actuación muy convincente de este ya veterano director que parece, como muy bien comenta otro usuario, haber encontrado su sitio en el cine. Lo cierto es que Quaid deja aquí un poco de lado sus habituales tics para regalarnos una actuación comprometida. Pero, sín duda, para mí lo mejor de la película es el joven Rob Brown, actor atractivo que se daría a conocer en "Descubriendo a Forrester", junto a Sean Connery, y que aquí está en su salsa, ya que el actor fue un atleta muy cualificado en el instituto, jugando no sólo a este deporte que es la base de esta película, sino también al baloncesto. Quizás el resto de secundarios no estén a la altura de los dos protagonistas principales en cuanto a su desarrollo, pero creo que podría recomendar el visionado de esta película sín problemas.

Estos biopics sobre grandes atletas que además son negros resultan edificantes desde el punto de vista ético, por cuanto de culpables nos sentimos los blancos históricamente. Y así debe ser porque nada hay más degradante para el ser humano que llegar a creer y convencerse de que la esclavitud es necesaria y moralmente defendible (se escribieron cientos de libros, textos legales y artículos para que los blancos se sientieran a gusto con sus vidas y pudieran seguir disfrutando, los que podían, de su estatus socioeconómico). Dicho esto habría que hablar de la película desde el punto de vista esctrictamente formal y no puedo decir más que es una repetición de lo que se ha venido haciendo durante la historia de cine (especialmente del cine americano) trabajando con estos materiales. Películas como "The natural", esta vez con el blanquísimo Redford, "El orgullo de los yanquis", con el bueno de Cooper, o más recientemente, "Jerry Maquire", con Cruise y Gooding Jr. mano a mano, cuentan lo mismo de la misma forma. Apenas aportan nada ni a la estructura ni al fondo... es como los espectadores estuviéramos asistiendo a una clase de cine biográfico y sobre deportes y nos enseñaran cómo ha de hacerse una película de este estilo. Quien quiera ser original que lo sea, pero la tradición manda y pocos son los que han logrado hacer algo diferente.
La película es, como también suele ser habitual en estos casos, larga en exceso (y digo en exceso, porque cualquier director con un presupuesto más bajo, la hubiera reducido en 30 minutos sin esfuerzo). Dennis Quaid, con la edad, ha logrado ser un actor sobrio, no muy versátil (pero, coño, qué se le puede pedir a un blanco) y aporta una interpretación convincente. El joven y desconocido Rob Brown se lo cree y nos hace sentir simpatía por su personaje... y el resto muy decente. La música, para quienes gusten del pasado, nos traslada a los 50 y principios de los 60, con una variedad de melodías inolvidables.
LO MEJOR: La ambientación de la época, incluida la musical, y los actores
LO PEOR: La dirección, lenta y antigua, sin frescura y un pelín aburrida

Una historia que cumple los patrones patrio-americanos que hemos visto tantas veces. Jugador negro, amenaza racial, que lucha y se supera a través del deporte.... Películas necesarias en USA y, que tenemos la suerte que nos hacen pensar, avergonzarnos de nuestros antepasados y, emocionarnos ante la superación frente a la adversidad....

Muy digna para pasar un buen rato y, para los amantes del deporte.... Muy bien rodada y cuidada..... Con la madurez, Dennis Quaid está encontrado su sitio....